Estas declaraciones tuvieron lugar un día después de la adopción de nuevas sanciones por la Unión Europea (UE), destinadas a presionar a las autoridades iraníes para que, además de reanudar las conversaciones, cesen de enriquecer uranio.
El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad sostuvo que "Irán reanudará las conversaciones sobre (su programa) nuclear con Occidente en septiembre", señaló el martes el canal iraní en inglés Press-TV.
El mandatario iraní agregó que "Irán quiere una participación de Turquía y Brasil en esas negociaciones", según la misma fuente.
Irán propuso el 17 de mayo a las grandes potencias, en el marco de un acuerdo con Brasil y Turquía, intercambiar en territorio turco 1.200 kilos de su uranio escasamente enriquecido (al 3,5%) por 120 kilos de combustible enriquecido al 20% y destinado al reactor de investigación médica de Teherán.
La iniciativa fue ignorada por las grandes potencias, que votaron el 9 de junio una cuarta tanda de sanciones contra Teherán, ya que temen que Irán procure fabricar una bomba atómica, una sospecha categóricamente desmentida por las autoridades iraníes.
Como represalia, a fines de junio, el presidente iraní anunció una congelación de dos meses del diálogo.
El lunes, Irán transmitió una respuesta a las preguntas del grupo de Viena (Estados Unidos, Rusia, Francia) respecto a la propuesta de canje de combustible nuclear que había hecho en mayo junto con Brasil y Turquía. Esta oferta ya había sido considerada insuficiente por las grandes potencias.
Ya en junio, Brasil y Turquía se habían negado a apoyar las sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, en su calidad de miembros no permanentes.
Las nuevas sanciones de la UE anunciadas el lunes "no van a ayudar a reanudar las conversaciones y no debilitarán nuestra determinación para defender nuestro legítimo derecho de proseguir un programa nuclear pacífico", indicó un vocero del canciller iraní, según la agencia de noticias IRNA.
En cambio, para el canciller italiano, Franco Frattini, "las sanciones son el instrumento más importante para persuadir a Irán" de que vuelva a la mesa de negociaciones y acepte un estricto marco de supervisión sobre su programa de enriquecimiento de uranio.
La UE decidió el lunes prohibir toda nueva inversión europea, asistencia técnica o transferencia tecnológica en el sector energético, afectando especialmente las actividades de licuefacción y refinado.
A pesar de que Irán es el cuarto productor mundial de petróleo crudo, importa hasta 40% de su gasolina, porque carece de la capacidad de refinación para satisfacer su demanda interna.
Además de la energía, el sector iraní del transporte de carga, por mar y por aire, se verá muy afectado, y se incrementarán los controles en los puertos europeos y en alta mar.
Los intercambios comerciales también se dificultarán: se prohíbe la actividad a un mayor número de bancos iraníes, así como las transacciones financieras superiores a 40.000 euros sin una autorización específica y se extiende la lista de personas sin derecho a solicitar un visado en Europa.
El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad sostuvo que "Irán reanudará las conversaciones sobre (su programa) nuclear con Occidente en septiembre", señaló el martes el canal iraní en inglés Press-TV.
El mandatario iraní agregó que "Irán quiere una participación de Turquía y Brasil en esas negociaciones", según la misma fuente.
Irán propuso el 17 de mayo a las grandes potencias, en el marco de un acuerdo con Brasil y Turquía, intercambiar en territorio turco 1.200 kilos de su uranio escasamente enriquecido (al 3,5%) por 120 kilos de combustible enriquecido al 20% y destinado al reactor de investigación médica de Teherán.
La iniciativa fue ignorada por las grandes potencias, que votaron el 9 de junio una cuarta tanda de sanciones contra Teherán, ya que temen que Irán procure fabricar una bomba atómica, una sospecha categóricamente desmentida por las autoridades iraníes.
Como represalia, a fines de junio, el presidente iraní anunció una congelación de dos meses del diálogo.
El lunes, Irán transmitió una respuesta a las preguntas del grupo de Viena (Estados Unidos, Rusia, Francia) respecto a la propuesta de canje de combustible nuclear que había hecho en mayo junto con Brasil y Turquía. Esta oferta ya había sido considerada insuficiente por las grandes potencias.
Ya en junio, Brasil y Turquía se habían negado a apoyar las sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, en su calidad de miembros no permanentes.
Las nuevas sanciones de la UE anunciadas el lunes "no van a ayudar a reanudar las conversaciones y no debilitarán nuestra determinación para defender nuestro legítimo derecho de proseguir un programa nuclear pacífico", indicó un vocero del canciller iraní, según la agencia de noticias IRNA.
En cambio, para el canciller italiano, Franco Frattini, "las sanciones son el instrumento más importante para persuadir a Irán" de que vuelva a la mesa de negociaciones y acepte un estricto marco de supervisión sobre su programa de enriquecimiento de uranio.
La UE decidió el lunes prohibir toda nueva inversión europea, asistencia técnica o transferencia tecnológica en el sector energético, afectando especialmente las actividades de licuefacción y refinado.
A pesar de que Irán es el cuarto productor mundial de petróleo crudo, importa hasta 40% de su gasolina, porque carece de la capacidad de refinación para satisfacer su demanda interna.
Además de la energía, el sector iraní del transporte de carga, por mar y por aire, se verá muy afectado, y se incrementarán los controles en los puertos europeos y en alta mar.
Los intercambios comerciales también se dificultarán: se prohíbe la actividad a un mayor número de bancos iraníes, así como las transacciones financieras superiores a 40.000 euros sin una autorización específica y se extiende la lista de personas sin derecho a solicitar un visado en Europa.