Begin declaró a la radio militar de su país que había sugerido al jefe de gobierno Benjamin Netanyahu la retirada del plan "Begin-Prawer", añadiendo que "el primer ministro aceptó su propuesta".
La coalición de gobierno (Likud) estaba dividida respecto a este proyecto, que de haber sido sancionado habría significado la demolición de unas 40 aldeas beduinas en el Neguev no reconocidas por el gobierno israelí, y el desplazamiento de entre 30.000 y 40.000 personas.
Esta semana estalló un encendido debate en la Comisión de Interior del Parlamento, y el propio jefe de la coalición Likud, el partido de Netanyahu, Yariv Levin, dijo que no apoyaría que este proyecto se convirtiera en ley.
Begin, quien fuera ministro del gobierno anterior de Netanyahu, rechazó que el plan fuera desechado por las manifestaciones en su contra que tuvieron lugar en Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza. "No hay mayoría en la coalición para apoyar este proyecto de ley", se limitó a decir.