Una escultura, en el museo medieval de Bolonia, tapada con un cartel que dice: no cortemos la cultura
Algunos museos abrieron gratis, otros cerraron todo el día, los hubo que taparon con sábanas algunas obras de arte y pusieron carteles encima que decían "no recortemos la cultura"; las bibliotecas dejaron de prestar libros por unas horas, los sitios arqueológicos, asociaciones ý entes municipales hicieron actos informativos o dejaron entrar gratis al público. En Venecia, todo el sistema de museos y bibliotecas cerró sus puertas.
Además, los sindicatos convocaron para el próximo día 22 una jornada de huelga general del espectáculo. Ese día, los teatros y fundaciones líricas no abrirán, no habrá rodajes de cine ni de series de televisión y la postproducción será paralizada.
Las protestas de ayer implicaron a 173 Ayuntamientos, 134 empresas culturales, 16 asociaciones nacionales, además de regiones, provincias y universidades (muchas de ellas gobernadas por el centro derecha). Fue una respuesta corporativa y transversal al derrumbe, el sábado pasado, de la Casa de los Gladiadores de Pompeya, que ha revelado la dramática situación de conservación del patrimonio artístico e histórico italiano, que reúne cerca del 80% de los bienes tutelados por la Unesco.
Según los agentes culturales, los recortes aplicados por el tambaleante gobierno de Berlusconi "empeorarán todavía más una situación muy precaria". Italia dedica a la cultura el 0,18% del PIB. En julio, el ministro de Economía, Giulio Tremonti, decidió reducir en 280 millones los fondos culturales para el periodo 2010-2012, y retiró unos 800 millones más a los entes locales, prohibiéndoles dedicar más del 20% del presupuesto a actividades culturales.
La protesta ha dado ya un primer resultado porque Tremonti ha prometido revisar las cuentas. Pero no logró calmar el malestar del sector. Génova dejó entrar gratis a la gente en los museos y abrió algunos solo de noche. En Bolonia, se taparon con un velo las obras más importantes. Florencia cerró 20 minutos el museo del Palazzo Vecchio. En Nápoles, el Madre abrió gratis de 10.00 a 19.00, y lo mismo hicieron los museos municipales de Milán. En Parma cerraron el 80% de las pinacotecas. Y en Padua la maravillosa Capilla degli Scroveni, que se visita previa reserva, echó el cierre.
Además, los sindicatos convocaron para el próximo día 22 una jornada de huelga general del espectáculo. Ese día, los teatros y fundaciones líricas no abrirán, no habrá rodajes de cine ni de series de televisión y la postproducción será paralizada.
Las protestas de ayer implicaron a 173 Ayuntamientos, 134 empresas culturales, 16 asociaciones nacionales, además de regiones, provincias y universidades (muchas de ellas gobernadas por el centro derecha). Fue una respuesta corporativa y transversal al derrumbe, el sábado pasado, de la Casa de los Gladiadores de Pompeya, que ha revelado la dramática situación de conservación del patrimonio artístico e histórico italiano, que reúne cerca del 80% de los bienes tutelados por la Unesco.
Según los agentes culturales, los recortes aplicados por el tambaleante gobierno de Berlusconi "empeorarán todavía más una situación muy precaria". Italia dedica a la cultura el 0,18% del PIB. En julio, el ministro de Economía, Giulio Tremonti, decidió reducir en 280 millones los fondos culturales para el periodo 2010-2012, y retiró unos 800 millones más a los entes locales, prohibiéndoles dedicar más del 20% del presupuesto a actividades culturales.
La protesta ha dado ya un primer resultado porque Tremonti ha prometido revisar las cuentas. Pero no logró calmar el malestar del sector. Génova dejó entrar gratis a la gente en los museos y abrió algunos solo de noche. En Bolonia, se taparon con un velo las obras más importantes. Florencia cerró 20 minutos el museo del Palazzo Vecchio. En Nápoles, el Madre abrió gratis de 10.00 a 19.00, y lo mismo hicieron los museos municipales de Milán. En Parma cerraron el 80% de las pinacotecas. Y en Padua la maravillosa Capilla degli Scroveni, que se visita previa reserva, echó el cierre.