"Las mujeres, al fin y al cabo, superamos la mitad de la población mundial... ¡y sobre todo hemos dado origen a toda la humanidad! Pero es cierto que las mujeres no crecen bien en un mundo como el del cine, donde hay que desarrollar un caparazón especial para el que no estamos acostumbradas", ha dicho Campion. Y eso que, para ella, "un hombre sin lado femenino tan sólo es media persona... yo soy mujer y tengo mi lado masculino".
La directora neozelandesa ha dividido a la crítica de Cannes con su retrato de la relación sentimental entre el poeta romántico británico John Keats (Londres, 1795-Roma, 1821), interpretado por el actor Ben Whishaw, y su amada, Fanny Brawne (Abbie Cornish). Una relación, por cierto, no consumada, y es que los poetas románticos son así, muy de amores platónicos, o quién sabe, incluso de amores confusos, no olvidemos que el propio autor de 'Endymion' solía decir: "Me desconciertan todas las mujeres, hasta mi propia madre". Keats vivió rápido, murió joven y tuvo, sí, un cadáver bonito: el caso es que su musa Fanny Brawn se quedó en eso, en musa. "Una historia de amor, no un biopic", asegura Campion.
La directora neozelandesa ha dividido a la crítica de Cannes con su retrato de la relación sentimental entre el poeta romántico británico John Keats (Londres, 1795-Roma, 1821), interpretado por el actor Ben Whishaw, y su amada, Fanny Brawne (Abbie Cornish). Una relación, por cierto, no consumada, y es que los poetas románticos son así, muy de amores platónicos, o quién sabe, incluso de amores confusos, no olvidemos que el propio autor de 'Endymion' solía decir: "Me desconciertan todas las mujeres, hasta mi propia madre". Keats vivió rápido, murió joven y tuvo, sí, un cadáver bonito: el caso es que su musa Fanny Brawn se quedó en eso, en musa. "Una historia de amor, no un biopic", asegura Campion.