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Amparo Aguilera.- Los productos que utiliza son biodegradables. En él reciclan la basura y todo se aprovecha. La comida que ofrece, además, es orgánica y liviana, preparada por su chef Calley Pressano.
El staff, aparte de ser en su mayoría nicaragüense, lo hace sentir entre amigos. ¿Hace falta algo más para no apostar a un descanso en este nicho ecológico? En realidad Jícaro Island Ecolodge tiene todo para hacerlo sentir en “casa”.
El gerente general del hotel, Howard Coulson, comenta que ese es el propósito. “Nuestro objetivo es servir con esmero a nuestros huéspedes. El fin es hacerlos sentir en conexión con la naturaleza y por supuesto, muy gusto en el hotel”, enfatiza. Y eso lo logran.
Desde que se pone pie en Jícaro, la atención es personalizada, lo que lo hace ser coherente con su categoría de boutique. El personal, desde la recepcionista Claudia Serrano hasta los jóvenes meseros y el gerente general, dan la bienvenida con una bebida local, a base de jícaro, propia del hotel.
El visitante, además, puede refrescarse el rostro con un toallita húmeda, tal como se hace en cualquier isla del Caribe, y entrar reanimado a Jícaro Island.
Incluso hasta puede solicitar el servicio para que le preparen la cama para el descanso, o bien recibir su taza de café o chocolate caliente por la mañana. Son puntuales con el servicio y la bebida es de calidad.
Otra ventaja es que no se escucha ruido por ningún lado y el huésped tiene la opción de hacer tour acuáticos o terrestres. Si quiere relajarse más, puede echar mano del spa del hotel o hacer yoga, aunque esto debe solicitarlo con 24 horas de anticipación.
También puede recurrir al bar donde será atendido por expertos en bebidas locales y extranjeras, como Elman Arias y Jorge Bonilla.
Pero eso no es todo. El hotel tiene la asesoría de la firma Cayuga Sustainable Hospitality que también lo hace con otros en Costa Rica, como son Lapa Ríos, Harmony Hotel, Arenas del Mar y Finca Rosa Blanca. Esto le permite, además de preservar la sostenibilidad ambiental, ser un sitio seguro.
El gerente de operaciones de Cayuga, Jorge Arrieta, lo sostiene. El ejecutivo explica que buscan la sostenibilidad desde todo punto de vista, ya que en el concepto incluyen hasta la comunidad donde operan y cuentan con el apoyo de Servicios de Médicos Globales.
“La idea es emplear en los hoteles, donde está la firma, a gente de la zona y apoyar a las comunidades aledañas. Además la meta es ser capaces de atender cualquier emergencia médica”, comenta. De manera que ese es otro valor adicional de Jícaro Island Ecolodge.
Para reservar
Jícaro Island Ecolodge ya está incluido como recomendación de viaje para 2010 en revistas estadounidenses y contemplado entre los hoteles boutique sugeridos de Centroamérica, por el periódico The Independent Traveller, lista que también incluye uno de Belice, de Guatemala, de Panamá, Honduras y el Anamaya Resort de Costa Rica, situado en Montezuma, Península de Nicoya, Guanacaste.
El staff, aparte de ser en su mayoría nicaragüense, lo hace sentir entre amigos. ¿Hace falta algo más para no apostar a un descanso en este nicho ecológico? En realidad Jícaro Island Ecolodge tiene todo para hacerlo sentir en “casa”.
El gerente general del hotel, Howard Coulson, comenta que ese es el propósito. “Nuestro objetivo es servir con esmero a nuestros huéspedes. El fin es hacerlos sentir en conexión con la naturaleza y por supuesto, muy gusto en el hotel”, enfatiza. Y eso lo logran.
Desde que se pone pie en Jícaro, la atención es personalizada, lo que lo hace ser coherente con su categoría de boutique. El personal, desde la recepcionista Claudia Serrano hasta los jóvenes meseros y el gerente general, dan la bienvenida con una bebida local, a base de jícaro, propia del hotel.
El visitante, además, puede refrescarse el rostro con un toallita húmeda, tal como se hace en cualquier isla del Caribe, y entrar reanimado a Jícaro Island.
Sin ruidos y a gusto
Adentro, el huésped tiene a su disposición nueve “casitas” de dos pisos, con su baño privado, su habitación principal y un sofá cama. El confort allí se respira por todos lados.Incluso hasta puede solicitar el servicio para que le preparen la cama para el descanso, o bien recibir su taza de café o chocolate caliente por la mañana. Son puntuales con el servicio y la bebida es de calidad.
Otra ventaja es que no se escucha ruido por ningún lado y el huésped tiene la opción de hacer tour acuáticos o terrestres. Si quiere relajarse más, puede echar mano del spa del hotel o hacer yoga, aunque esto debe solicitarlo con 24 horas de anticipación.
También puede recurrir al bar donde será atendido por expertos en bebidas locales y extranjeras, como Elman Arias y Jorge Bonilla.
Pero eso no es todo. El hotel tiene la asesoría de la firma Cayuga Sustainable Hospitality que también lo hace con otros en Costa Rica, como son Lapa Ríos, Harmony Hotel, Arenas del Mar y Finca Rosa Blanca. Esto le permite, además de preservar la sostenibilidad ambiental, ser un sitio seguro.
El gerente de operaciones de Cayuga, Jorge Arrieta, lo sostiene. El ejecutivo explica que buscan la sostenibilidad desde todo punto de vista, ya que en el concepto incluyen hasta la comunidad donde operan y cuentan con el apoyo de Servicios de Médicos Globales.
“La idea es emplear en los hoteles, donde está la firma, a gente de la zona y apoyar a las comunidades aledañas. Además la meta es ser capaces de atender cualquier emergencia médica”, comenta. De manera que ese es otro valor adicional de Jícaro Island Ecolodge.
Para reservar
Jícaro Island Ecolodge ya está incluido como recomendación de viaje para 2010 en revistas estadounidenses y contemplado entre los hoteles boutique sugeridos de Centroamérica, por el periódico The Independent Traveller, lista que también incluye uno de Belice, de Guatemala, de Panamá, Honduras y el Anamaya Resort de Costa Rica, situado en Montezuma, Península de Nicoya, Guanacaste.
