Gaarder explica en esta obra la historia de la filosofía como si se tratara de una novela policíaca. Escrito apenas en tres meses, es uno de los de mayor éxito en la historia de la literatura. Fue traducido a unos 60 idiomas y vendió 80 millones de ejemplares. Y cuando Gaarder mira esas ediciones en urdu, suahili o bengalí en su biblioteca, no puede negar su éxito. "Poco a poco siento que he cumplido con mi tarea", dice en una entrevista con el diario "Aftenposten".
La editora Saskia Heintz, directora de la colección juvenil de la editorial alemana que publica "El mundo de Sofía", señala que el libro se ha convertido en una novela de culto. Cada año se siguen vendiendo varios miles de ejemplares. "Los jóvenes consideran muy fascinante que les cuenten la filosofía de una forma tan entretenida". Porque aunque Gaarder ha publicado cuatro "libros para adultos", los niños y jóvenes forman la mayor parte de sus lectores.
El autor tuvo también éxito con otros de sus libros, como "El misterio del solitario", "Maya", "La joven de las naranjas" o "Me pregunto...".
En todas sus obras se tratan cuestiones filosóficas como "¿de dónde viene el mundo?, "¿qué es un ser humano?" Gaarder tiene el talento de ponerse en el lugar de niños y jóvenes y aborda temas que no son sencillos.
En "El enigma y el espejo" habla de una niña enferma de cáncer que espera la muerte. En "La joven de las naranjas", un joven se pierde en las cartas de su padre fallecido. Su más reciente novela, "Los mejores amigos", trata de la soledad. "Son libros que explican el mundo y nos hacen reflexionar", señala la editora Heintz.
Hacer preguntas, hacer pensar... son cuestiones que a Gaarder, que se formó como profesor, siempre le parecieron cruciales. La respuesta, en cambio, no es tan importante para él, sobre todo porque la mayoría de las veces hay más de una.
Una de estas preguntas es: ¿cómo salvaremos a la Tierra del ser humano? Gaarder no quiere dejar esta tarea solamente a los jóvenes, por lo que defiende la protección del medio ambiente y critica las perforaciones previstas en el Ártico para sacar petróleo.
Y apoya a otros. Junto con su mujer Siri Dannevig creó el Premio Sofía, que se financia con parte de los ingresos del libro. Desde 1998 se entrega a hombres y mujeres que luchan "por un reparto decente y justo de los recursos del planeta".
La editora Saskia Heintz, directora de la colección juvenil de la editorial alemana que publica "El mundo de Sofía", señala que el libro se ha convertido en una novela de culto. Cada año se siguen vendiendo varios miles de ejemplares. "Los jóvenes consideran muy fascinante que les cuenten la filosofía de una forma tan entretenida". Porque aunque Gaarder ha publicado cuatro "libros para adultos", los niños y jóvenes forman la mayor parte de sus lectores.
El autor tuvo también éxito con otros de sus libros, como "El misterio del solitario", "Maya", "La joven de las naranjas" o "Me pregunto...".
En todas sus obras se tratan cuestiones filosóficas como "¿de dónde viene el mundo?, "¿qué es un ser humano?" Gaarder tiene el talento de ponerse en el lugar de niños y jóvenes y aborda temas que no son sencillos.
En "El enigma y el espejo" habla de una niña enferma de cáncer que espera la muerte. En "La joven de las naranjas", un joven se pierde en las cartas de su padre fallecido. Su más reciente novela, "Los mejores amigos", trata de la soledad. "Son libros que explican el mundo y nos hacen reflexionar", señala la editora Heintz.
Hacer preguntas, hacer pensar... son cuestiones que a Gaarder, que se formó como profesor, siempre le parecieron cruciales. La respuesta, en cambio, no es tan importante para él, sobre todo porque la mayoría de las veces hay más de una.
Una de estas preguntas es: ¿cómo salvaremos a la Tierra del ser humano? Gaarder no quiere dejar esta tarea solamente a los jóvenes, por lo que defiende la protección del medio ambiente y critica las perforaciones previstas en el Ártico para sacar petróleo.
Y apoya a otros. Junto con su mujer Siri Dannevig creó el Premio Sofía, que se financia con parte de los ingresos del libro. Desde 1998 se entrega a hombres y mujeres que luchan "por un reparto decente y justo de los recursos del planeta".