Las expectativas eran elevadas. Kechiche se hizo con la Palma de Oro en Cannes con su anterior trabajo, "La vida de Adèle" y ahora replica ese naturalismo casi de documental, esa inmediatez y ligereza en la historia de Amin, un veinteañero que, tras abandonar sus estudios de medicina en París, regresa al pueblo del sur de Francia donde reside su familia para pasar las vacaciones en la playa, en el restaurante tunecino de la familia y dedicarse a escribir guiones.
Basada libremente en "La Blessure, la vraie", de François Bégaudeau, Kechiche imprime una mirada nostálgica a la juventud y sus placeres, pero se regodea con largas escenas erógenas de los cuerpos de las protagonistas, como la de las muchachas bailando de forma sugerente.
Y precisamente una periodista le ha reprochado al realizador en la rueda de prensa su mirada netamente masculina. Contrariado, Kechiche respondió: "Siento que lo haya visto así, tengo la sensación de que no hay nada de machismo en mi acercamiento a las relaciones de los personajes, ni de juicios".
Además de subrayar que las mujeres de su película son fuertes y libres y que con sus numerosos planos (muchos de ellos de los traseros) de las protagonistas tan sólo quiso mostrar la belleza que emana del cuerpo, replicó si no había cierto prejuicio de partida. No obstante, no es la primera vez que se señala al realizador cierto machismo.
La cinta, que dura tres horas, está ambientada a mediados de los 90, en una Francia en la que parece no existir el problema del racismo. Al respecto el director tan sólo señaló que se entiende mejor el inicio de este siglo si se mira el final del siglo anterior. "Y en esa época que describo creo que la gente vivía de forma más armoniosa", señaló.
"Mektoub My Love: Canto Uno", a la que seguirá una segunda parte ya rodada y una tercera que se rodará al término del festival italiano, dividió a la crítica en Venecia, donde Kechiche compite por cuarta vez y ya se llevó hace diez años el Premio Especial del Jurado por "La graine et le mulet".
Sin embargo, la china "Angels Wear White", el segundo trabajo como realizadora de Vivian Qu, fue bien recibida. La única mujer que aspira este año al Léon de Oro reflexiona sobre la condición de sus congéneres en su país a través de la historia del abuso sexual que sufren unas niñas de 12 años en un hotel de una pequeña ciudad costera, donde la única testigo del delito es una adolescente que no se atreve a decir nada por miedo a perder su trabajo.
Vivian, una figura del cine independiente chino, produjo "Black Coal, Thin Ice", que ganó el Festival de Berlín. La china dedicó un año a la escritora del guión a fin de evitar que la cinta se convirtiese en un documental y para que la historia recogiese su forma de pensar.
Aunque su papel como directora es de observadora, la cineasta destaca la responsabilidad de los adultos en transmitir una serie de valores a las generaciones más jóvenes.
La 74 edición del Festival de Venecia se encuentra ya en su recta final a falta de presentar el viernes los dos últimos títulos a concurso: "Jusqu'à la garde", del francés Xavier Legrand, y la última producción italiana "Hannah", de Andrea Pallaoro, que muestra el retrato íntimo de una mujer a la que interpreta la actriz británica Charlotte Rampling.
Basada libremente en "La Blessure, la vraie", de François Bégaudeau, Kechiche imprime una mirada nostálgica a la juventud y sus placeres, pero se regodea con largas escenas erógenas de los cuerpos de las protagonistas, como la de las muchachas bailando de forma sugerente.
Y precisamente una periodista le ha reprochado al realizador en la rueda de prensa su mirada netamente masculina. Contrariado, Kechiche respondió: "Siento que lo haya visto así, tengo la sensación de que no hay nada de machismo en mi acercamiento a las relaciones de los personajes, ni de juicios".
Además de subrayar que las mujeres de su película son fuertes y libres y que con sus numerosos planos (muchos de ellos de los traseros) de las protagonistas tan sólo quiso mostrar la belleza que emana del cuerpo, replicó si no había cierto prejuicio de partida. No obstante, no es la primera vez que se señala al realizador cierto machismo.
La cinta, que dura tres horas, está ambientada a mediados de los 90, en una Francia en la que parece no existir el problema del racismo. Al respecto el director tan sólo señaló que se entiende mejor el inicio de este siglo si se mira el final del siglo anterior. "Y en esa época que describo creo que la gente vivía de forma más armoniosa", señaló.
"Mektoub My Love: Canto Uno", a la que seguirá una segunda parte ya rodada y una tercera que se rodará al término del festival italiano, dividió a la crítica en Venecia, donde Kechiche compite por cuarta vez y ya se llevó hace diez años el Premio Especial del Jurado por "La graine et le mulet".
Sin embargo, la china "Angels Wear White", el segundo trabajo como realizadora de Vivian Qu, fue bien recibida. La única mujer que aspira este año al Léon de Oro reflexiona sobre la condición de sus congéneres en su país a través de la historia del abuso sexual que sufren unas niñas de 12 años en un hotel de una pequeña ciudad costera, donde la única testigo del delito es una adolescente que no se atreve a decir nada por miedo a perder su trabajo.
Vivian, una figura del cine independiente chino, produjo "Black Coal, Thin Ice", que ganó el Festival de Berlín. La china dedicó un año a la escritora del guión a fin de evitar que la cinta se convirtiese en un documental y para que la historia recogiese su forma de pensar.
Aunque su papel como directora es de observadora, la cineasta destaca la responsabilidad de los adultos en transmitir una serie de valores a las generaciones más jóvenes.
La 74 edición del Festival de Venecia se encuentra ya en su recta final a falta de presentar el viernes los dos últimos títulos a concurso: "Jusqu'à la garde", del francés Xavier Legrand, y la última producción italiana "Hannah", de Andrea Pallaoro, que muestra el retrato íntimo de una mujer a la que interpreta la actriz británica Charlotte Rampling.