Este memorando de nueve puntos, firmado dos semanas después de un primer protocolo de alto el fuego, se alcanzó tras siete horas de negociaciones en un hotel de la capital bielorrusa entre enviados de Moscú, Kiev y de los separatistas prorrusos, bajo la supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El acuerdo constituye un paso más para poner fin a este conflicto, que ha dejado 2.900 muertos y más de 600.000 desplazados en cinco meses.
El texto prevé un alto el fuego completo, la creación de una zona desmilitarizada y la retirada en 24 horas por ambos bandos de la artillería pesada (piezas superiores a un calibre de 100 milímetros) a 15 kilómetros de la "línea de contacto".
"Esto será una oportunidad para crear una zona de seguridad de al menos 30 kilómetros de ancho", resumió el enviado de Kiev, el ex presidente ucraniano Leonid Kuchma.
El objetivo es congelar la relación de fuerzas actual y establecer esta zona desmilitarizada en la línea del frente, que divide literalmente en dos la región separatista de Donetsk. En cambio, los prorrusos sólo controlan una pequeña parte de la región de Lugansk.
El memorando no abordó, sin embargo, el espinoso problema del aeropuerto de Donetsk, controlado por el ejército ucraniano pero rodeado por los rebeldes.
Asimismo, ambos bandos acordaron también no utilizar armas pesadas en las zonas pobladas y prohibir el vuelo de aviones de combates y drones sobre la zona de seguridad creada, que la OSCE vigilará.
Según el texto, "todos los grupos armados extranjeros, equipo militar, combatientes y mercenarios" deben abandonar Ucrania, indicó Kuchma. Los países occidentales y Kiev acusan a Rusia de enviar soldados a luchar en el este del país, acusaciones que Moscú desmiente.
- "Estatuto especial" no abordado -
Andrei Purguin, líder separatista de la autoproclamada "República Popular de Donetsk", indicó el jueves que sus negociadores propondrían en Minsk un "estatuto especial" para las regiones de Donetsk y Lugansk, si bien esta cuestión no se abordó por el momento.
"Tenemos nuestra opinión al respecto al igual que Ucrania tiene la suya", dijo Alexandre Zajarchenko, otro líder separatista de Donetsk.
Tras el primer protocolo de tregua firmado en Minsk, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, propuso garantizar un "estatuto especial" para estas regiones prorrusas y elecciones locales en diciembre.
En el terreno, la tregua implicó una reducción de la violencia, pero las violaciones de alto el fuego por ambos bandos dejaron al menos 34 personas muertas, según un recuento de la AFP en base a cifras oficiales.
Los cientos de miles de civiles del este de Ucrania se enfrentan también a la falta de productos básicos, agua y electricidad. Para paliarla, Rusia envió un tercer convoy de ayuda humanitaria, que llegó el sábado a Donetsk sin escolta.
Al mismo tiempo, altos responsables militares de la OTAN abordan desde el viernes en Vilnius el refuerzo de la seguridad de los países bálticos, preocupados por la política de Moscú y tras la decisión de la Alianza Atlántica de mantener "una presencia continua en la región".