El autor de "Ciencias morales" y "Bahía Blanca" asevera: "Creo que hay una fuerte disociación entre el prestigio que la literatura tiene, el prestigio que los escritores tienen en tanto que escritores, y lo que realmente podría llegar a darle sentido y contenido a eso, que es leer".
Kohan (Buenos Aires, 1967) deplora la situación "del escritor como figura fetichizada de una admiración social totalmente hueca" y advierte que "en general se lee poco". "No a mí, en general se lee muy poco. Entonces menos veneración y más lectura. Cuestión que se planteó con (Jorge Luis) Borges en su momento: que era mucho más venerado que leído, si es que dejó de ocurrir", dice.
Respecto de las posiciones y pasiones políticas que atraviesan actualmente su país, Kohan se define "fuera de la dicotomía" entre kirchneristas y antikirchneristas.
"Yo no soy kirchnerista, no participo tampoco del fanatismo antiK, simplemente no soy kirchnerista y no estoy de acuerdo con su propuesta de país, no la comparto y no la he apoyado como votante. Pero tampoco me reconozco en absoluto en la ferocidad del fanatismo antiK y me cuesta muy a menudo muchísimo no encajar en esa dicotomía, porque para 'la grieta' están solamente esas dos posiciones", indica.
"En su reducción binaria las dos posiciones son intercambiables", lo que conduce a un empobrecimiento de las discusiones, se lamenta el escritor que adhiere a la izquierda.
Y lanza una propuesta: "Hay intelectuales K, hay intelectuales macristas también. Demos el debate, a mí me interesa mucho dar esos debates".
Kohan (Buenos Aires, 1967) deplora la situación "del escritor como figura fetichizada de una admiración social totalmente hueca" y advierte que "en general se lee poco". "No a mí, en general se lee muy poco. Entonces menos veneración y más lectura. Cuestión que se planteó con (Jorge Luis) Borges en su momento: que era mucho más venerado que leído, si es que dejó de ocurrir", dice.
Respecto de las posiciones y pasiones políticas que atraviesan actualmente su país, Kohan se define "fuera de la dicotomía" entre kirchneristas y antikirchneristas.
"Yo no soy kirchnerista, no participo tampoco del fanatismo antiK, simplemente no soy kirchnerista y no estoy de acuerdo con su propuesta de país, no la comparto y no la he apoyado como votante. Pero tampoco me reconozco en absoluto en la ferocidad del fanatismo antiK y me cuesta muy a menudo muchísimo no encajar en esa dicotomía, porque para 'la grieta' están solamente esas dos posiciones", indica.
"En su reducción binaria las dos posiciones son intercambiables", lo que conduce a un empobrecimiento de las discusiones, se lamenta el escritor que adhiere a la izquierda.
Y lanza una propuesta: "Hay intelectuales K, hay intelectuales macristas también. Demos el debate, a mí me interesa mucho dar esos debates".