Este anuncio refuerza la inestabilidad política de un gobierno que enfrenta una violenta rebelión islamista, encabezada por los talibanes aliados de Al Qaida, así como una grave crisis económica en un país en donde casi un cuarto de los 180 millones de habitantes vive por debajo del umbral de pobreza.
El Partido del Pueblo Paquistaní (PPP) de Zardari y Gilani, que dirige la coalición en el poder, tenía el martes por la noche la opción de plegarse a la decisión de la justicia y nombrar a otro primer ministro o contestar e iniciar un pulso arriesgado.
El presidente Zardari, en el poder desde 2008 y el fin del régimen militar, está en mala posición y numerosos observadores y expertos estimaban el martes por la noche que no tenía otra opción más que la de nombrar a un nuevo primer ministro.
Deberá en ese caso llegar a un acuerdo con los otros partidos de la frágil coalición, haciendo quizás concesiones.
Para algunos observadores, la decisión podría favorecer la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas, que inicialmente estaban previstas para febrero de 2013.
Zardari, muy impopular y apodado el "Señor 10%" en referencia a las múltiples sospechas de corrupción en su contra, anuló inmediatamente una visita oficial a Rusia, en donde debía participar en un foro económico.
El presidente prefirió quedarse en Islamabad para "estudiar la situación" política y "elaborar un plan de acción" con sus socios de la coalición gubernamental, declaró su portavoz Farhatulá Babar.
Los directivos del PPP pidieron calma y parecían aceptar la perspectiva de reemplazar al primer ministro.
"Yusuf Raza Gilani queda destituido de su rango de parlamentario a partir del 26 de abril, fecha de su condena. Deja igualmente de ser primer ministro de Pakistán", había declarado por la tarde el presidente de la Corte Suprema, Iftikhar Muhamad Chaudhry, al leer el veredicto.
"La Comisión Electoral tendrá que notificar oficialmente esa destitución y el presidente tomará las medidas necesarias para garantizar la continuidad del proceso democrático", agregó Chaudhry.
Al caer la noche, la comisión electoral se plegó y publicó la ordenanza que abre el proceso de inhabilitación de Gilani en el Parlamento, y por lo tanto de su puesto de primer ministro, que debe ser ocupado por un parlamentario.
Gilani es el primer ministro en ejercicio condenado en la historia de Pakistán. Inhabilitándolo, la Corte Suprema apunta indirectamente a Zardari.
La más alta jurisdicción del país reclama la reapertura de una causa contra el presidente Zardari por desviar presuntos fondos públicos por unos 12 millones dólares junto con su esposa Benazir Bhutto cuando ésta era jefa de gobierno (1988-1990 y 1993-1996) y él uno de sus ministros.
En 2003, un tribunal suizo los declaró culpables de lavado de dinero en primera instancia, pero la pareja apeló el fallo.
Zardari se convirtió en presidente un año después de la muerte de su mujer, asesinada en un atentado en diciembre de 2007. En 2010, el fiscal de Ginebra estimó que no podía reabrir la causa mientras Zardari fuera jefe de Estado, por su inmunidad.
A pesar de los reiterados pedidos de la Corte Suprema, Gilani rehusó hasta ahora pedir la reapertura de la causa a los suizos. Ante el rechazo, la Corte lo inculpó de desacato a fines de febrero y lo condenó simbólicamente en abril.
Estados Unidos y las potencias occidentales siguen de cerca la vida política de Pakistán ya que es la única potencia militar nuclear del mundo musulmán y uno de los santuarios de poderosas organizaciones islamistas, entre ellas Al Qaida.