La alegre y poco convencional película del estadounidense Damien Chazelle es un tributo a la edad dorada de los musicales norteamericanos, reuniendo a estrellas que aparecieron juntas en la comedia romántica de 2011 "Crazy, Stupid, Love" (Loco y estúpido amor), con la rareza de cantar esta vez.
La historia de la lucha de un pianista de jazz y su novia actriz en Los Angeles rinde homenaje a los musicales clásicos con alusiones a "Singing in the Rain" (1952) y "Grease" (1978), así como los clásicos "Bringing Up Baby" (1938) y "Top Hat" (1935).
Emma Stone encarna a Mia, una romántica de ojos grandes que va de audición en audición fracasada en busca de conseguir algo grande, mientras Ryan Gosling es Sebastian, un pianista de jazz que tiene problemas para pagar sus cuentas.
La pareja se encuentra --una vez en un famoso embotellamiento de tránsito en Los Angeles y luego en una fiesta subida de tono de celebridades -- antes de cortejarse en unas secuencias de baile que rememoran a los íconos estadounidenses Fred Astaire y Ginger Rogers.
"Ahora más que nunca necesitamos esperanza y romance en la pantalla grande", dijo Chazelle, de 31 años, un exmúsico de jazz que recibió en 2014 cinco nominaciones al Óscar con su segundo filme "Whiplash".
"Hay algo en los musicales. Son películas como de un país de sueño expresando un mundo en cual cantas espontáneamente, en el cual rompes las reglas de la realidad", dijo el director y guionista de la película.
Antes de ser proyectada en Toronto, la película, que abrió en agosto pasado el Festival de Venecia, recibió elogios de críticos y amantes del cine, así como de estudios y distribuidores.
Chazelle dijo que llevó una historia de amor a la vida moderna poniéndola en Los Angeles, cuyo apodo La La Land, también se refiere a un estado eufórico y onírico.
La historia de la lucha de un pianista de jazz y su novia actriz en Los Angeles rinde homenaje a los musicales clásicos con alusiones a "Singing in the Rain" (1952) y "Grease" (1978), así como los clásicos "Bringing Up Baby" (1938) y "Top Hat" (1935).
Emma Stone encarna a Mia, una romántica de ojos grandes que va de audición en audición fracasada en busca de conseguir algo grande, mientras Ryan Gosling es Sebastian, un pianista de jazz que tiene problemas para pagar sus cuentas.
La pareja se encuentra --una vez en un famoso embotellamiento de tránsito en Los Angeles y luego en una fiesta subida de tono de celebridades -- antes de cortejarse en unas secuencias de baile que rememoran a los íconos estadounidenses Fred Astaire y Ginger Rogers.
"Ahora más que nunca necesitamos esperanza y romance en la pantalla grande", dijo Chazelle, de 31 años, un exmúsico de jazz que recibió en 2014 cinco nominaciones al Óscar con su segundo filme "Whiplash".
"Hay algo en los musicales. Son películas como de un país de sueño expresando un mundo en cual cantas espontáneamente, en el cual rompes las reglas de la realidad", dijo el director y guionista de la película.
Antes de ser proyectada en Toronto, la película, que abrió en agosto pasado el Festival de Venecia, recibió elogios de críticos y amantes del cine, así como de estudios y distribuidores.
Chazelle dijo que llevó una historia de amor a la vida moderna poniéndola en Los Angeles, cuyo apodo La La Land, también se refiere a un estado eufórico y onírico.