Lanzamiento de un cohete desde el centro espacial Esrange
La sociedad Spaceport Sweden, fundada en 2007, quiere ser la primera compañía en ofrecer vuelos comerciales hacia el espacio, utilizando como base el aeropuerto de Kiruna, que tiene vuelos directos con Londres, Tokio y Copenhague.
"Trabajamos para establecer en Suecia vuelos comerciales hacia el espacio para el turismo y la investigación y crear una base de lanzamiento en el aeropuerto", que será totalmente reconstruido, dijo a la AFP Karin Nilsdotter, directora de la empresa, cuya oficina se encuentra en el Instituto Sueco de Física Espacial (IRF).
Los turistas espaciales efectuarán vuelos de dos horas en aparatos futuristas, semi-aviones semi-transbordadores espaciales, que podrán transportar entre uno y seis pasajeros.
Los vuelos suborbitales, a 100 km sobre la Tierra, permitirán experimentar la ingravidez durante cinco minutos.
"Kiruna tiene 60 años de experiencia en el espacio: el IRF fue fundado en 1957 y en 1966 el sitio de Esrange", perteneciente al centro espacial sueco, explica con entusiasmo Karin Nilsdotter.
Hay que utilizar esos conocimientos para crear una aventura única, de repercusión mundial: el viaje en el espacio", dice Nilsdotter.
La situación geográfica del extremo norte de Europa ofrece ventajas con relación a otros proyectos similares en otros países como Gran Bretaña, Alemania o España.
En Kiruna, los vuelos subespaciales evitarán las molestias ocasionadas por el tráfico aéreo y la escasa densidad de población minimiza los riesgos para los habitantes.
"Aunque todavía es demasiado pronto para dar cifras, los estudios de mercado muestran que tenemos un potencial de 14.000 viajeros después de diez años de actividad", comenta Nilsdotter.
"Nosotros no fabricamos aviones pero vamos a colaborar con una empresa que tiene", aclara Nilsdotter sin precisar cuántos aparatos explotará Spaceport Sweden ni quienes serán sus socios.
En Estados Unidos varias sociedades, como Virgin Galactic, creada por el millonario británico Richard Branson, trabajan en la puesta a punto de aparatos capaces de transportar a los turistas hacia la frontera del vacío espacial.
"La tecnología todavía no está a punto", admite la Nilsdotter.
"Actualmente se llevan a cabo vuelos de prueba en Estados Unidos. Luego habrá que superar varios obstáculos vinculados a la legislación estadounidense sobre la importación y exportación" de materiales de defensa, agrega.
Los vuelos comerciales deben en principo comenzar en 2014 en Estados Unidos y algunos años más tarde en Suecia.
El director del sitio espacial de Esrange, Lennart Poromaa, es más mesurado.
"En algunos años podrá haber vuelos comerciales hacia el espacio, pero no será tan rápido como lo habíamos pensado", dice Poromaa a la AFP.
Su organización se retiró del proyecto "pues nosotros no trabajamos para la aventura", agrega destacando que su institución se dedica a la investigación.
"Eventualmente podríamos ayudarlos si tienen necesidades en el ámbito de la investigación", señala Poromaa, un ingeniero.
"Los aviones podrán volar hasta cuatro veces por día. Los investigadores que quieren probar sus experiencias en microgravedad podrán volar con nosotros", dice Nilsdotter.
Actualmente, Esrange lanza al espacio cuatro cohetes por año.
En Estados Unidos ya se reservaron más de 1.000 pasajes espaciales por un precio promedio de 200.000 dólares.
A la espera del primer vuelo espacial, en Kiruna, por el módico precio de 810 euros, los turistas pueden subirse a un avión que los transporta muy cerca de la aurora boreal.
"Trabajamos para establecer en Suecia vuelos comerciales hacia el espacio para el turismo y la investigación y crear una base de lanzamiento en el aeropuerto", que será totalmente reconstruido, dijo a la AFP Karin Nilsdotter, directora de la empresa, cuya oficina se encuentra en el Instituto Sueco de Física Espacial (IRF).
Los turistas espaciales efectuarán vuelos de dos horas en aparatos futuristas, semi-aviones semi-transbordadores espaciales, que podrán transportar entre uno y seis pasajeros.
Los vuelos suborbitales, a 100 km sobre la Tierra, permitirán experimentar la ingravidez durante cinco minutos.
"Kiruna tiene 60 años de experiencia en el espacio: el IRF fue fundado en 1957 y en 1966 el sitio de Esrange", perteneciente al centro espacial sueco, explica con entusiasmo Karin Nilsdotter.
Hay que utilizar esos conocimientos para crear una aventura única, de repercusión mundial: el viaje en el espacio", dice Nilsdotter.
La situación geográfica del extremo norte de Europa ofrece ventajas con relación a otros proyectos similares en otros países como Gran Bretaña, Alemania o España.
En Kiruna, los vuelos subespaciales evitarán las molestias ocasionadas por el tráfico aéreo y la escasa densidad de población minimiza los riesgos para los habitantes.
"Aunque todavía es demasiado pronto para dar cifras, los estudios de mercado muestran que tenemos un potencial de 14.000 viajeros después de diez años de actividad", comenta Nilsdotter.
"Nosotros no fabricamos aviones pero vamos a colaborar con una empresa que tiene", aclara Nilsdotter sin precisar cuántos aparatos explotará Spaceport Sweden ni quienes serán sus socios.
En Estados Unidos varias sociedades, como Virgin Galactic, creada por el millonario británico Richard Branson, trabajan en la puesta a punto de aparatos capaces de transportar a los turistas hacia la frontera del vacío espacial.
"La tecnología todavía no está a punto", admite la Nilsdotter.
"Actualmente se llevan a cabo vuelos de prueba en Estados Unidos. Luego habrá que superar varios obstáculos vinculados a la legislación estadounidense sobre la importación y exportación" de materiales de defensa, agrega.
Los vuelos comerciales deben en principo comenzar en 2014 en Estados Unidos y algunos años más tarde en Suecia.
El director del sitio espacial de Esrange, Lennart Poromaa, es más mesurado.
"En algunos años podrá haber vuelos comerciales hacia el espacio, pero no será tan rápido como lo habíamos pensado", dice Poromaa a la AFP.
Su organización se retiró del proyecto "pues nosotros no trabajamos para la aventura", agrega destacando que su institución se dedica a la investigación.
"Eventualmente podríamos ayudarlos si tienen necesidades en el ámbito de la investigación", señala Poromaa, un ingeniero.
"Los aviones podrán volar hasta cuatro veces por día. Los investigadores que quieren probar sus experiencias en microgravedad podrán volar con nosotros", dice Nilsdotter.
Actualmente, Esrange lanza al espacio cuatro cohetes por año.
En Estados Unidos ya se reservaron más de 1.000 pasajes espaciales por un precio promedio de 200.000 dólares.
A la espera del primer vuelo espacial, en Kiruna, por el módico precio de 810 euros, los turistas pueden subirse a un avión que los transporta muy cerca de la aurora boreal.