La Marina Militar logró evitar así una nueva tragedia en alta mar tras el incendio registrado el domingo en un ferry cerca de las costas de Albania, que dejó al menos 13 muertos, y posiblemente muchos más.
El "Blue Sky M", un carguero de pabellón moldavo, llegó en torno a las 03H30 locales (02H30 GMT) del miércoles a Gallipoli (sureste de Italia), donde las autoridades se hicieron inmediatamente cargo de centenares de migrantes clandestinos, entre ellos unos cuarenta menores, constató la AFP.
"Fue una verdadera carrera contrarreloj", explicó un portavoz de los servicios de guardacostas italianos, Filippo Marini.
"Desbloquear las máquinas fue difícil y delicado, pero lo lograron" explicó.
El barco, abandonado por su tripulación, iba a estrellarse contra las rocas después de que lo dejaran a su suerte con el timón bloqueado, rumbo a las costas de la Apulia italiana, en el sur de la península.
El choque hubiera provocado una auténtica "masacre", según un tuit de los mismos servicios de guardacostas.
Según los medios de comunicación italianos, a bordo del barco iba una mujer embarazada a punto de dar a luz. Pero esta información no pudo ser confirmada el miércoles, como tampoco la nacionalidad de estos migrantes, que según la prensa local son en su mayoría de origen sirio.
En principio las autoridades informaron de 900 supervivientes, aunque posteriormente rebajaron la cifra a 768.
La policía y las autoridades marítimas tratan ahora de entender cómo cientos de personas pudieron quedarse a la deriva en un carguero de esta manera.
La odisea, que no se sabe aún dónde comenzó, tomó ribetes dramáticos el martes frente a la isla griega de Corfú donde, según medios de prensa helenos, el barco envió un SOS debido a la presencia a bordo de "hombres armados".
Alertadas, las autoridades marítimas griegas conversaron con el capitán del barco. "Una fragata (griega) escoltó al navío brevemente hasta que llegó a aguas internacionales y se dirigió rumbo a Italia", explicó una fuente italiana.
- Carrera contrarreloj -
Según las autoridades, el "Blue Sky M" tenía como destino el puerto de Rijeka, en el norte de Croacia.
Cuando el barco emprendió el rumbo a Italia, aparentemente el capitán y la tripulación abandonaron el navío, temerosos de la intervención de las autoridades.
Un helicóptero y una patrullera de la Marina Militar acostaron entonces el carguero para inspeccionarlo.
Fue entonces que descubrieron que el barco no iba a la deriva, sino que se dirigía hacia la costa. Comenzó entonces la operación para retomar el mando del gigantesco navío.
Los seis hombres que subieron a bordo lograron cambiar in extremis el rumbo de la embarcación, que se encontraba a menos de 5 millas náuticas (unos 9 km) de la costa.
Algunas horas después el carguero atracó en un muelle, donde los servicios de emergencia pudieron hacerse cargo de los pasajeros.