Los Tanks, sótanos de la Tate Modern, en Londres.
El anuncio fue hecho el lunes en una conferencia de prensa del museo de arte moderno de Londres, que atrae 5 millones de visitantes por año en un lugar que fue concebido para 2 millones, y que necesita urgentemente más espacio.
El inmenso "turbine hall", ex sala de máquinas donde los artistas crean una obra original, ocupa un espacio considerable, y el museo dispone de únicamente la mitad de la superficie de exposición del Centro Pompidou en París o del MoMA en Nueva York, que atraen a casi la mitad de visitantes.
Los depósitos diseñados originalmente para contener un millón de galones de combustible (4,55 millones de litros), fueron convertidos por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron y son dos esferas gigantes de cemento bruto.
Son dedicados al "arte en acción", según Chris Dercon, director de la Tate Modern, persuadido de que "el museo es el lugar ideal para inventar".
"Estos últimos cincuenta años, las películas, los performances, las instalaciones y los nuevos medios de comunicación se volvieron formas privilegiadas para los artistas", explicó Nicholas Serota, director del "imperio" Tate (Tate Britain, Tate Modern, Tate St Ives, Tate Liverpool).
Desde el miércoles, cuarenta artistas "visuales" propondrán sus obras en los depósitos, comenzando por la coreógrafa belga Anne Teresa de Keersmaeker.
Los visitantes verán gratuitamente una versión de su coreografía "Fase", donde dos danzarinas con faldas dúctiles se moverán ágilmente al son de una música repetitiva, del 18 al 20 de julio.
El coreano Sung Hwan Kim proyecta videos en un espacio oscuro poblado de espejos. En otro espacio, la estadounidense Susan Lacy da la palabra a 430 mujeres de más de 60 años, cuyas voces son difundidas en medio de la oscuridad.
Los depósitos abrirán desde este miércoles hasta el 28 de octubre, para un festival de 15 semanas, que forma parte de las Olimpiadas culturales de Londres 2012.
Cerrarán luego temporalmente, para permitir la continuación de los trabajos: la Tate construye sobre los depósitos una torre de 64,5 m de alto, con la finalidad de crecer.
Estos dos espacios circulares subterráneos en desuso desde el desmantelamiento de la central eléctrica que alberga la galería de arte moderno a orillas del Támesis, constituirán pues a su vez los "cimientos" del nuevo edificio que abrirá sus puertas a más tardar en 2016.
Segundo museo de Londres en frecuentación (tras el British Museum), el Tate espera abrir la torre de 10 nuevos pisos y 3 exposiciones en ese lugar en 2016. El proyecto cuesta en total 215 millones de libras, de los cuales tres cuartas partes ya fueron reunidas entre donantes públicos y privados.
En poco más de 10 años de existencia, la colección de la Tate Modern también ha crecido, gracias a las nuevas adquisiciones y a la multiplicación de las formas de arte gracias a las nuevas tecnologías.
Sólo en 2010, se procuró 287 nueva obras, especialmente de regiones emergentes como Asia y América Latina, y entre ellas una instalación del tamaño de una habitación del surcoreano Do Ho Suh, titulada "Staircase-111" (2010).
El inmenso "turbine hall", ex sala de máquinas donde los artistas crean una obra original, ocupa un espacio considerable, y el museo dispone de únicamente la mitad de la superficie de exposición del Centro Pompidou en París o del MoMA en Nueva York, que atraen a casi la mitad de visitantes.
Los depósitos diseñados originalmente para contener un millón de galones de combustible (4,55 millones de litros), fueron convertidos por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron y son dos esferas gigantes de cemento bruto.
Son dedicados al "arte en acción", según Chris Dercon, director de la Tate Modern, persuadido de que "el museo es el lugar ideal para inventar".
"Estos últimos cincuenta años, las películas, los performances, las instalaciones y los nuevos medios de comunicación se volvieron formas privilegiadas para los artistas", explicó Nicholas Serota, director del "imperio" Tate (Tate Britain, Tate Modern, Tate St Ives, Tate Liverpool).
Desde el miércoles, cuarenta artistas "visuales" propondrán sus obras en los depósitos, comenzando por la coreógrafa belga Anne Teresa de Keersmaeker.
Los visitantes verán gratuitamente una versión de su coreografía "Fase", donde dos danzarinas con faldas dúctiles se moverán ágilmente al son de una música repetitiva, del 18 al 20 de julio.
El coreano Sung Hwan Kim proyecta videos en un espacio oscuro poblado de espejos. En otro espacio, la estadounidense Susan Lacy da la palabra a 430 mujeres de más de 60 años, cuyas voces son difundidas en medio de la oscuridad.
Los depósitos abrirán desde este miércoles hasta el 28 de octubre, para un festival de 15 semanas, que forma parte de las Olimpiadas culturales de Londres 2012.
Cerrarán luego temporalmente, para permitir la continuación de los trabajos: la Tate construye sobre los depósitos una torre de 64,5 m de alto, con la finalidad de crecer.
Estos dos espacios circulares subterráneos en desuso desde el desmantelamiento de la central eléctrica que alberga la galería de arte moderno a orillas del Támesis, constituirán pues a su vez los "cimientos" del nuevo edificio que abrirá sus puertas a más tardar en 2016.
Segundo museo de Londres en frecuentación (tras el British Museum), el Tate espera abrir la torre de 10 nuevos pisos y 3 exposiciones en ese lugar en 2016. El proyecto cuesta en total 215 millones de libras, de los cuales tres cuartas partes ya fueron reunidas entre donantes públicos y privados.
En poco más de 10 años de existencia, la colección de la Tate Modern también ha crecido, gracias a las nuevas adquisiciones y a la multiplicación de las formas de arte gracias a las nuevas tecnologías.
Sólo en 2010, se procuró 287 nueva obras, especialmente de regiones emergentes como Asia y América Latina, y entre ellas una instalación del tamaño de una habitación del surcoreano Do Ho Suh, titulada "Staircase-111" (2010).