Con esta nueva agencia, que reemplazará a Frontex, se pretende evitar que el caos en una frontera exterior concreta, como la situación que vive Grecia, haga peligrar la libre circulación en el espacio Schengen.
La aprobación de la nueva legislación, que previsiblemente entrará en vigor en otoño, ha debido superar las reticencias de ciertos estados que temían por su soberanía nacional.
En el texto finalmente aprobado, en lugar de ser la Comisión quien decide dónde y cuándo intervenir, se ha pasado el poder al Consejo Europeo y, por tanto, a los estados miembros.
Si el país afectado por una afluencia masiva de migrantes rechaza la intervención, los demás países podrán reintroducir provisionalmente controles en las fronteras interiores del espacio Schengen.
De esta forma, "reconocemos en la práctica que nuestras fronteras exteriores son fronteras comunes, de las que todos somos responsables", afirmó el comisario encargado de Migraciones, Dimitris Avramopoulos.
El nuevo ente también tendrá un rol más relevante que Frontex en la expulsión de migrantes a sus países de origen cuando estos no puedan optar al estatus de refugiados.
Por razones técnicas, el parlamento deberá votar de nuevo, probablemente en septiembre, para finalizar el nuevo dispositivo. Aunque la Comisión quiere empezar a ponerlo en marcha sin esperar.
El año pasado, 850.000 migrantes llegaron por mar a Grecia, antes del pacto entre la UE y Turquía, que ha frenado en seco las llegadas por esa ruta y las ha desviado hacia Italia a través de Libia.
Desde principio de año, 2.800 personas se han ahogado en el Mediterráneo tratando de alcanzar Europa, según datos de principios de junio de la ONU.
La aprobación de la nueva legislación, que previsiblemente entrará en vigor en otoño, ha debido superar las reticencias de ciertos estados que temían por su soberanía nacional.
En el texto finalmente aprobado, en lugar de ser la Comisión quien decide dónde y cuándo intervenir, se ha pasado el poder al Consejo Europeo y, por tanto, a los estados miembros.
Si el país afectado por una afluencia masiva de migrantes rechaza la intervención, los demás países podrán reintroducir provisionalmente controles en las fronteras interiores del espacio Schengen.
De esta forma, "reconocemos en la práctica que nuestras fronteras exteriores son fronteras comunes, de las que todos somos responsables", afirmó el comisario encargado de Migraciones, Dimitris Avramopoulos.
El nuevo ente también tendrá un rol más relevante que Frontex en la expulsión de migrantes a sus países de origen cuando estos no puedan optar al estatus de refugiados.
Por razones técnicas, el parlamento deberá votar de nuevo, probablemente en septiembre, para finalizar el nuevo dispositivo. Aunque la Comisión quiere empezar a ponerlo en marcha sin esperar.
El año pasado, 850.000 migrantes llegaron por mar a Grecia, antes del pacto entre la UE y Turquía, que ha frenado en seco las llegadas por esa ruta y las ha desviado hacia Italia a través de Libia.
Desde principio de año, 2.800 personas se han ahogado en el Mediterráneo tratando de alcanzar Europa, según datos de principios de junio de la ONU.