PARÍS, Jean-Louis de la Vaissiere, (AFP) - Una simple referencia a los "territorios ocupados" solicitada por los países árabes y rechazada por Israel, impidió la adopción de una estrategia conjunta para el acceso al agua en el Mediterráneo.
La conferencia de Barcelona, ciudad sede de la UPM, buscaba con dicho acuerdo garantizar un acceso equitativo a este escaso recurso en la región para que no se convierta en objeto de nuevos conflictos en el futuro.
El fracaso de la conferencia "crea dudas sobre el futuro de la UPM", indicó su nuevo secretario general, el jordano Ahmad Massa'deh.
También genera incertidumbre sobre la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno prevista para el 7 de junio en Barcelona, observan los analistas.
La UPM, que agrupa a 43 Estados (los países de la Unión Europea, Turquía, Israel y los países árabes del Mediterráneo), fue creada en 2008 con la ambición de superar las dificultades políticas en la región por iniciativa del presidente francés Nicolas Sarkozy con el propósito de impulsar la cooperación euromediterránea lanzada en 1995 en la capital catalana.
La cooperación giraba inicialmente en torno a proyectos concretos vinculados a la gestión del agua, la descontaminación o la energía.
Sin embargo, el nuevo organismo ha sido minado por desacuerdos como el de Argelia y Marruecos sobre el Sahara occidental o el de Grecia y Turquía sobre Chipre, pero especialmente por el conflicto entre israelíes y palestinos.
El sábado, en un coloquio en París, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, evocaba la posibilidad de que Barcelona sirviera de escenario a Francia y Egipto para lanzar una "iniciativa política" que permita reactivar el proceso de paz israelo-palestino.
Pero según Denis Bauchard, experto sobre Medio Oriente del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), la UPM "está lejos del proyecto inicial (...) de crear una nuevo unión análoga a la UE y un conjunto muy integrado".
"Ha quedado reducida a una Barcelona más", aludiendo al Proceso de Barcelona lanzado en 1995.
El ex ministro francés de Relaciones Exteriores, Hubert Vedrine, para quien la UPM "es proyecto bien intencionado pero mal concebido", el asunto es que no hay vocación ni capacidad para solucionar un problema tan complejo como el de Medio Oriente.
"Para salvar la UPM propongo que bajo su tutela se desarrollen todo tipo de proyectos" en los cuales "todos estén obligados a hacer lo mismo al mismo tiempo", afirmó el ex canciller francés.
"Si no llevamos a cabo una descontaminación rigurosa del Mediterráneo, en 10 o 15 años será un basurero", precisó el ex canciller para quien ése "es un desafío mucho más interesante que un proyecto político ambiguo que no avanza".
La conferencia de Barcelona, ciudad sede de la UPM, buscaba con dicho acuerdo garantizar un acceso equitativo a este escaso recurso en la región para que no se convierta en objeto de nuevos conflictos en el futuro.
El fracaso de la conferencia "crea dudas sobre el futuro de la UPM", indicó su nuevo secretario general, el jordano Ahmad Massa'deh.
También genera incertidumbre sobre la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno prevista para el 7 de junio en Barcelona, observan los analistas.
La UPM, que agrupa a 43 Estados (los países de la Unión Europea, Turquía, Israel y los países árabes del Mediterráneo), fue creada en 2008 con la ambición de superar las dificultades políticas en la región por iniciativa del presidente francés Nicolas Sarkozy con el propósito de impulsar la cooperación euromediterránea lanzada en 1995 en la capital catalana.
La cooperación giraba inicialmente en torno a proyectos concretos vinculados a la gestión del agua, la descontaminación o la energía.
Sin embargo, el nuevo organismo ha sido minado por desacuerdos como el de Argelia y Marruecos sobre el Sahara occidental o el de Grecia y Turquía sobre Chipre, pero especialmente por el conflicto entre israelíes y palestinos.
El sábado, en un coloquio en París, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, evocaba la posibilidad de que Barcelona sirviera de escenario a Francia y Egipto para lanzar una "iniciativa política" que permita reactivar el proceso de paz israelo-palestino.
Pero según Denis Bauchard, experto sobre Medio Oriente del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), la UPM "está lejos del proyecto inicial (...) de crear una nuevo unión análoga a la UE y un conjunto muy integrado".
"Ha quedado reducida a una Barcelona más", aludiendo al Proceso de Barcelona lanzado en 1995.
El ex ministro francés de Relaciones Exteriores, Hubert Vedrine, para quien la UPM "es proyecto bien intencionado pero mal concebido", el asunto es que no hay vocación ni capacidad para solucionar un problema tan complejo como el de Medio Oriente.
"Para salvar la UPM propongo que bajo su tutela se desarrollen todo tipo de proyectos" en los cuales "todos estén obligados a hacer lo mismo al mismo tiempo", afirmó el ex canciller francés.
"Si no llevamos a cabo una descontaminación rigurosa del Mediterráneo, en 10 o 15 años será un basurero", precisó el ex canciller para quien ése "es un desafío mucho más interesante que un proyecto político ambiguo que no avanza".