Alan Johnson, ministro de interior británico
El cese de Nutt se lo ha tomado la comunidad científica británica como una declaración de guerra. Los primeros, los colegas de Nutt, que lo consideran una amenaza a su independencia. Pero también otros científicos, que ven una intromisión intolerable en su libertad de expresión.
El domingo dimitieron en solidaridad otros dos miembros del consejo: el químico Les King y la farmacéutica Marion Walker. Y da la impresión de que no serán los últimos, a la espera de que se reúna el consejo el próximo 10 de noviembre.
En el artículo de la discordia, Nutt decía que la decisión de Brown de elevar el cannabis a la categoría de droga dura carecía de base científica y decía que el alcohol y el tabaco son más dañinos que sustancias como el LSD o el cannabis. Unos comentarios que casan mal con la política restrictiva de Brown, ideada para ganarse el corazón de los votantes conservadores.
"No creo que cualquier científico que tenga respeto por sí mismo quiera servir en un consejo así", decía este lunes Nutt. Una opinión que contrasta con la del ministro del Interior, Alan Johnson, el hombre que lo despidió. "Uno no puede tener un asesor que al mismo tiempo sale a la arena pública y hace campaña contra las decisiones del Gobierno", decía un irreconocible y colérico Johnson en una entrevista en SkyNews.
En el fondo del asunto late un debate más amplio: hasta qué punto un científico que asesora al Gobierno debe tener o no las manos atadas para criticar en público sus decisiones. Varios científicos ya han respaldado al destituido Nutt. Brown podría afrontar ahora dimisiones en otros consejos asesores si no logra suturar la crisis.
El domingo dimitieron en solidaridad otros dos miembros del consejo: el químico Les King y la farmacéutica Marion Walker. Y da la impresión de que no serán los últimos, a la espera de que se reúna el consejo el próximo 10 de noviembre.
En el artículo de la discordia, Nutt decía que la decisión de Brown de elevar el cannabis a la categoría de droga dura carecía de base científica y decía que el alcohol y el tabaco son más dañinos que sustancias como el LSD o el cannabis. Unos comentarios que casan mal con la política restrictiva de Brown, ideada para ganarse el corazón de los votantes conservadores.
"No creo que cualquier científico que tenga respeto por sí mismo quiera servir en un consejo así", decía este lunes Nutt. Una opinión que contrasta con la del ministro del Interior, Alan Johnson, el hombre que lo despidió. "Uno no puede tener un asesor que al mismo tiempo sale a la arena pública y hace campaña contra las decisiones del Gobierno", decía un irreconocible y colérico Johnson en una entrevista en SkyNews.
En el fondo del asunto late un debate más amplio: hasta qué punto un científico que asesora al Gobierno debe tener o no las manos atadas para criticar en público sus decisiones. Varios científicos ya han respaldado al destituido Nutt. Brown podría afrontar ahora dimisiones en otros consejos asesores si no logra suturar la crisis.