Jacob Zuma-izquierda-y Jesse Jackson.
Ninguna referencia, en este día de fiesta, a las divisiones del CNA, el partido en el poder en Sudáfrica tras el advenimiento de la democracia, en 1994, tema que la prensa ha tratado a su gusto en los últimos días: de lo que se trata es de celebrar la unidad y de volver a las raíces.
En ausencia de Nelson Mandela, ya muy mayor (93 años) para ceremonias, el CNA inició el día con el sacrificio, al amanecer, de un toro, dos cabras y dos pollos a fin de ganarse el favor de los antepasados, a dos pasos de la iglesia de Bloemfontein (centro), donde fue fundado el 8 de enero de 1912.
"Hoy en día, nuestros líderes, nuestros jefes y nuestros curanderos tuvieron que realizar ciertos rituales antes de que podamos entrar seriamente a la celebración" del centenario del más antiguo "movimiento de liberación" africano, explicó el presidente Jacob Zuma.
"En otras palabras, debemos venerar a nuestros antepasados, venerar a nuestros propios dioses de manera tradicional", agregó.
El presidente Zuma se reunió discretamente con la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, antes de recibir 50 cabezas de ganado de un clan xhosa (llegado del sur del país) que alimentó a los padres fundadores del CNA en 1912.
La llama del centenario bendecida por Monseñor Tutu
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Zuma presidió, la noche del sábado, una larga cena de gala que reunió a responsables y veteranos del partido, así como a representantes de otras formaciones políticas, iglesias, sociedad civil y compañeros de lucha llegados de todo el mundo.
En el menú, acompañado de discursos de conmemoración de la lucha contra el poder del apartheid, que dominó Sudáfrica hasta comienzos de los años 1990, hubo callos y el guiso de rabo de buey, platos favoritos de Nelson Mandela .
De la cuarentena de jefes de Estado anunciados, sin embargo, sólo unos cuantos estaban presentes en la cena (en particular los presidentes de Benin, Congo, Madagascar, Mozambique, Namibia, Uganda, Ruanda y Zambia).
"Es una noche de celebración, pero también una noche para dar las gracias", dijo Cyril Ramaphosa, figura del partido convertido en maestro de ceremonias: "Gracias a todas las personas, a todas las organizaciones, a todos los países que nos ayudaron a vencer al régimen racista del apartheid".
"En Sudáfrica, en cien años, ustedes han cambiado a los seres humanos, pero el partido sigue siendo el mismo. (...) Ustedes son más que el taller de África", respondió el nuevo presidente de Zambia, Michael Sata.
"Nosotros no combatimos contra las razas, luchamos contra las ideas que discriminan", añadió el mozambiqueño Armando Guebuza.
Zuma encendió la llama del centenario a medianoche (22H00 GMT), tras las puertas cerradas de la famosa iglesia en la que se fundó el partido que dirige y que fue reabierta al culto para la ocasión, tras ser restaurada.
Una animada misa siguió, una vez abiertas las puertas, en presencia de una enjambre alegre de fotógrafos, equipos de televisión, dirigentes y militantes del CNA, militares en uniforme de gala, escoltas, jefes de Estado ...
El público fue invitado a orar en particular por los líderes del partido muertos y el arzobispo Desmond Tutu bendijo la llama. El Premio Nobel de la Paz -recibido en 1984 por su lucha pacífica contra el apartheid- ha criticado duramente, en los últimos tiempos, las tendencias autoritarias del CNA.
Las celebraciones del centenario terminarán el domingo con un gran mitin en el estadio de Bloemfontein, donde el presidente Jacob Zuma debe hablar ante unas 100.000 personas, antes del inicio de un espectáculo que debe resumir los 100 años del CNA en 100 minutos.
En ausencia de Nelson Mandela, ya muy mayor (93 años) para ceremonias, el CNA inició el día con el sacrificio, al amanecer, de un toro, dos cabras y dos pollos a fin de ganarse el favor de los antepasados, a dos pasos de la iglesia de Bloemfontein (centro), donde fue fundado el 8 de enero de 1912.
"Hoy en día, nuestros líderes, nuestros jefes y nuestros curanderos tuvieron que realizar ciertos rituales antes de que podamos entrar seriamente a la celebración" del centenario del más antiguo "movimiento de liberación" africano, explicó el presidente Jacob Zuma.
"En otras palabras, debemos venerar a nuestros antepasados, venerar a nuestros propios dioses de manera tradicional", agregó.
El presidente Zuma se reunió discretamente con la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, antes de recibir 50 cabezas de ganado de un clan xhosa (llegado del sur del país) que alimentó a los padres fundadores del CNA en 1912.
La llama del centenario bendecida por Monseñor Tutu
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Zuma presidió, la noche del sábado, una larga cena de gala que reunió a responsables y veteranos del partido, así como a representantes de otras formaciones políticas, iglesias, sociedad civil y compañeros de lucha llegados de todo el mundo.
En el menú, acompañado de discursos de conmemoración de la lucha contra el poder del apartheid, que dominó Sudáfrica hasta comienzos de los años 1990, hubo callos y el guiso de rabo de buey, platos favoritos de Nelson Mandela .
De la cuarentena de jefes de Estado anunciados, sin embargo, sólo unos cuantos estaban presentes en la cena (en particular los presidentes de Benin, Congo, Madagascar, Mozambique, Namibia, Uganda, Ruanda y Zambia).
"Es una noche de celebración, pero también una noche para dar las gracias", dijo Cyril Ramaphosa, figura del partido convertido en maestro de ceremonias: "Gracias a todas las personas, a todas las organizaciones, a todos los países que nos ayudaron a vencer al régimen racista del apartheid".
"En Sudáfrica, en cien años, ustedes han cambiado a los seres humanos, pero el partido sigue siendo el mismo. (...) Ustedes son más que el taller de África", respondió el nuevo presidente de Zambia, Michael Sata.
"Nosotros no combatimos contra las razas, luchamos contra las ideas que discriminan", añadió el mozambiqueño Armando Guebuza.
Zuma encendió la llama del centenario a medianoche (22H00 GMT), tras las puertas cerradas de la famosa iglesia en la que se fundó el partido que dirige y que fue reabierta al culto para la ocasión, tras ser restaurada.
Una animada misa siguió, una vez abiertas las puertas, en presencia de una enjambre alegre de fotógrafos, equipos de televisión, dirigentes y militantes del CNA, militares en uniforme de gala, escoltas, jefes de Estado ...
El público fue invitado a orar en particular por los líderes del partido muertos y el arzobispo Desmond Tutu bendijo la llama. El Premio Nobel de la Paz -recibido en 1984 por su lucha pacífica contra el apartheid- ha criticado duramente, en los últimos tiempos, las tendencias autoritarias del CNA.
Las celebraciones del centenario terminarán el domingo con un gran mitin en el estadio de Bloemfontein, donde el presidente Jacob Zuma debe hablar ante unas 100.000 personas, antes del inicio de un espectáculo que debe resumir los 100 años del CNA en 100 minutos.