La guerra en las telenovelas sirias


BEIRUT. - Son lentas, muy lentas, las veladas del Ramadán. Después de la comida vespertina del iftar en la que se rompen horas de abstinencia, la gente se divierte en restaurantes, cafeterías, pasea por las calles animadas de localidades árabes, y muy a menudo, se sienta en su casa ante los aparatos de televisión. Son también horas de recogimiento, de convivencia familiar, de distracción viendo los seriales televisivos de este mes santo de los musulmanes, con su peculiar estilo y con un consumo muy popular.



La guerra en las telenovelas sirias
Hay millones de espectadores que apasionadamente a veces, siguen sus episodios. Como ha ocurrido en los últimos años del Ramadán -¨cuaresma de día, pascua de noche¨ en acertada expresión de nuestro Josep Carner- son los seriales sirios los que mas éxito consiguen.
Rompieron hace un tiempo la absoluta hegemonía egipcia, y pese al horror de su guerra, al exilio de muchos de sus actores, la devastación de ciudades, los profundos desgarros de su sociedad, la pauperización del país, se mantienen en el primer puesto de las audiencias. Su número se ha reducido a veinte seriales -hay alrededor de ciento cincuenta en todo el mercado del Magreb y del Machrek- la mitad de los del año pasado. Muchos han tenido que ser grabados fuera de Damasco, en Dubai, Abu Dhabi, Beirut, y son coproducciones.
Así como hace dos años y en plenas turbulencias populares árabes, los temas aun no reflejaban el espantoso conflicto que sufren estos pueblos, el drama sirio, es ahora su argumento central, con sus contradicciones y paradojas. Ha pasado también el tiempo para Egipto, ahora a la deriva, con su estilo de telenovelas ligero, desenfadado, con las consabidas secuencias de danza del vientre, escenas de comedias musicales y dramas rurales.
Estos seriales con su emoción, sus peripecias, su nostalgia, la recreación de ambientes de antiguos barros tradicionales de Damasco o Alepo, con sus vivas discusiones y enfrentamientos, a veces violentos de sus personajes, son un documento de gran valor de los vuelcos históricos de estos pueblos. Exhibidos en las cadenas privadas de televisión de los principados del Golfo, de Líbano, se han impuesto, esta vez, a los culebrones turcos que tanto éxito tienen también, entre el público árabe.
Uno de estos seriales de mayor interés es el protagonizado por el popular actor Durayd Laham. La palabra se ha liberado y se abordan problemas, tabús, sin reparos ni restricciones. En un mismo canal libanés, por ejemplo LBC, se proyectan sucesivamente dos seriales, uno proclive a reflejar el estado de ánimo de los partidarios del régimen sirio, otro abierto a la vida y al combate del mundo de la insurrección. ¿Conseguirán llegar a una profunda critica social y política? Los cineastas, como la población siria, han quedado muy divididos.
Algunos de sus temas tratan de las muchachas sirias, de familias forzadas a vivir entre la guerra y Beirut, de la lucha por la independencia siria del siglo XX, contra el mandato francés…
Nunca un Ramadán de telenovelas para llenar las ociosas horas nocturnas había resultado tan politizado.
Tomás Alcoverro
Domingo, 4 de Agosto 2013
La Vanguardia, Barcelona, España
           


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