Franco y Millán Astray
La única hija del general, Peregrina Millán-Astray y Gasset, presentó en el último día de plazo un recurso de reposición ante el Ayuntamiento coruñés contra el acuerdo municipal para retirar la controvertida efigie. "No me gusta llegar a este extremo, quería alcanzar una solución por consenso y acuerdo", explicó ayer la heredera en conversación con este diario. "Pero no me quedó otro remedio y llegaré hasta donde haga falta y marque la ley", advirtió en referencia a su intención de acudir a los tribunales si es necesario y no prosperan, como teme, sus alegaciones administrativas.
No es tanto la retirada de la estatua de la vía pública, en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica, lo que molesta a Peregrina Millán-Astray, sino el absoluto silencio que guardó el Ayuntamiento y su alcalde, el socialista Javier Losada, ante su "oferta de consenso". A punto de cumplir 68 años, hizo todas las gestiones con la Legión para que acepte recibir en donación la efigie de su padre para que se conserve en sus acuartelamientos.
Hace menos de un mes, cuando se enteró del acuerdo municipal para suprimir, junto a otro medio centenar de símbolos franquistas que pululan en la ciudad, el armatoste de la pequeña plaza que también lleva el nombre de su padre, la hija del militar envió un fax al regidor en el que le ofrecía, "antes de presentar un recurso", llegar "a un acuerdo" y reunirse para "buscar una solución digna" tanto para "la memoria" de su padre, "para la Legión y para esa gran ciudad".
En una carta firmada por el teniente de alcalde González-Garcés y fechada el pasado 14 de diciembre, el Gobierno local de A Coruña cita la Ley de Memoria Histórica para justificar la retirada de la estatua. Peregrina alega, entre otras cosas, que la ley, que prohíbe "la exaltación de la sublevación militar de 1936, la Guerra Civil y la posterior represión de la dictadura" franquista, no es de aplicación en el caso de Millán-Astray porque la estatua fue levantada por el Ayuntamiento en 1970 no por su activismo golpista, sino "exclusivamente, como consta en una placa", para rendir homenaje al fundador de la Legión, "un cuerpo en activo integrado en las Fuerzas Armadas", en el 50º aniversario de su muerte.
No es tanto la retirada de la estatua de la vía pública, en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica, lo que molesta a Peregrina Millán-Astray, sino el absoluto silencio que guardó el Ayuntamiento y su alcalde, el socialista Javier Losada, ante su "oferta de consenso". A punto de cumplir 68 años, hizo todas las gestiones con la Legión para que acepte recibir en donación la efigie de su padre para que se conserve en sus acuartelamientos.
Hace menos de un mes, cuando se enteró del acuerdo municipal para suprimir, junto a otro medio centenar de símbolos franquistas que pululan en la ciudad, el armatoste de la pequeña plaza que también lleva el nombre de su padre, la hija del militar envió un fax al regidor en el que le ofrecía, "antes de presentar un recurso", llegar "a un acuerdo" y reunirse para "buscar una solución digna" tanto para "la memoria" de su padre, "para la Legión y para esa gran ciudad".
En una carta firmada por el teniente de alcalde González-Garcés y fechada el pasado 14 de diciembre, el Gobierno local de A Coruña cita la Ley de Memoria Histórica para justificar la retirada de la estatua. Peregrina alega, entre otras cosas, que la ley, que prohíbe "la exaltación de la sublevación militar de 1936, la Guerra Civil y la posterior represión de la dictadura" franquista, no es de aplicación en el caso de Millán-Astray porque la estatua fue levantada por el Ayuntamiento en 1970 no por su activismo golpista, sino "exclusivamente, como consta en una placa", para rendir homenaje al fundador de la Legión, "un cuerpo en activo integrado en las Fuerzas Armadas", en el 50º aniversario de su muerte.