ROMA, Davide Berretta, (AFP) - En Bolzano, norte de Italia, la curia abrió recientemente una dirección de correo electrónico para recabar testimonios, después de que un diario local de idioma alemán publicara las revelaciones de un hombre que afirma haber sido violado en un convento, en los años sesenta, cuando era un adolescente.
A comienzos de marzo, la Congregación para la doctrina de la fe, encargada de examinar las denuncias, solicitó a la diócesis de Verona, norte de Italia, que reabriera una investigación sobre más de 60 casos de abusos sexuales en un instituto para niños sordomudos.
"La Iglesia italiana está preocupada y comienza a actuar frente a lo que podría convertirse en un escándalo", dijo Mirabile.
A mediados de marzo, en el diario Avvenire del episcopado italiano, Charles Scicluna, que dirige las investigaciones del Vaticano sobre crímenes sexuales, dijo que estaba preocupado por la "persistencia de una cultura de silencio" aunque consideró que el "fenómeno no parecía alcanzar proporciones dramáticas" en Italia.
El 18 de marzo pasado, el obispo de Bolzano, Monseñor Karl Golser, pidió "perdón" a las víctimas y las alentó a contactar la diócesis, diciendo que quería disipar "la impresión de que la Iglesia quiere esconder algo".
En el caso de Verona, la diócesis va a interrogar a las víctimas de los abusos revelados por el semanario L'Espresso en enero de 2009, que habían dado lugar solamente a una investigación interna de la Iglesia.
Sacerdotes y empleados del Instituto Católico Antonio Provolo de Verona, fueron acusados de haber abusado de 67 niños sordomudos desde los años cincuenta hasta 1984.
El portavoz de la diócesis, Bruno Fasani, confirmó las nuevas investigaciones pero calificó la cifra de "no fiable".
Bajo el título "El Infierno Italiano", el semanario L'Espresso publicó el viernes un nuevo artículo dando cuenta de "40 casos de abusos" cometidos por religiosos, entre ellos un cura en Toscana y una monja en Lombardía, norte de Italia.
Para Mirabile, la ola de escándalos y la reciente carta pastoral del Papa a los fieles de la iglesia irlandesa empujará a muchas víctimas a romper el silencio.
"La carta del Santo Padre constituye sin duda un aliento", dijo el padre Fortunato di Noto, un sacerdote siciliano cuya asociación Meter es muy activa contra la pedofilia y la pornografía infantil.
Desde noviembre pasado, cuando un informe reveló que la jerarquía eclesiástica irlandesa había cubierto las centenas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, decenas de casos de pedofilia fueron denunciados en Alemania, tierra natal del papa Benedicto XVI, en Austria, en Holanda y en Suiza.
Sin embargo, hasta hace unos días, los medios de comunicación italianos, en particular la televisión, no le habían dado mucha importancia al tema.
Para Mirabile, eso se explica por el "apego y la devoción" de los italianos a la iglesia católica y por el hecho de que "el Vaticano está en Roma".
El portavoz de las víctimas de Verona, en cambio, acusa al gobierno italiano que "no intervino, a diferencia de los gobiernos de Irlanda y Alemania".
A comienzos de marzo, la Congregación para la doctrina de la fe, encargada de examinar las denuncias, solicitó a la diócesis de Verona, norte de Italia, que reabriera una investigación sobre más de 60 casos de abusos sexuales en un instituto para niños sordomudos.
"La Iglesia italiana está preocupada y comienza a actuar frente a lo que podría convertirse en un escándalo", dijo Mirabile.
A mediados de marzo, en el diario Avvenire del episcopado italiano, Charles Scicluna, que dirige las investigaciones del Vaticano sobre crímenes sexuales, dijo que estaba preocupado por la "persistencia de una cultura de silencio" aunque consideró que el "fenómeno no parecía alcanzar proporciones dramáticas" en Italia.
El 18 de marzo pasado, el obispo de Bolzano, Monseñor Karl Golser, pidió "perdón" a las víctimas y las alentó a contactar la diócesis, diciendo que quería disipar "la impresión de que la Iglesia quiere esconder algo".
En el caso de Verona, la diócesis va a interrogar a las víctimas de los abusos revelados por el semanario L'Espresso en enero de 2009, que habían dado lugar solamente a una investigación interna de la Iglesia.
Sacerdotes y empleados del Instituto Católico Antonio Provolo de Verona, fueron acusados de haber abusado de 67 niños sordomudos desde los años cincuenta hasta 1984.
El portavoz de la diócesis, Bruno Fasani, confirmó las nuevas investigaciones pero calificó la cifra de "no fiable".
Bajo el título "El Infierno Italiano", el semanario L'Espresso publicó el viernes un nuevo artículo dando cuenta de "40 casos de abusos" cometidos por religiosos, entre ellos un cura en Toscana y una monja en Lombardía, norte de Italia.
Para Mirabile, la ola de escándalos y la reciente carta pastoral del Papa a los fieles de la iglesia irlandesa empujará a muchas víctimas a romper el silencio.
"La carta del Santo Padre constituye sin duda un aliento", dijo el padre Fortunato di Noto, un sacerdote siciliano cuya asociación Meter es muy activa contra la pedofilia y la pornografía infantil.
Desde noviembre pasado, cuando un informe reveló que la jerarquía eclesiástica irlandesa había cubierto las centenas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, decenas de casos de pedofilia fueron denunciados en Alemania, tierra natal del papa Benedicto XVI, en Austria, en Holanda y en Suiza.
Sin embargo, hasta hace unos días, los medios de comunicación italianos, en particular la televisión, no le habían dado mucha importancia al tema.
Para Mirabile, eso se explica por el "apego y la devoción" de los italianos a la iglesia católica y por el hecho de que "el Vaticano está en Roma".
El portavoz de las víctimas de Verona, en cambio, acusa al gobierno italiano que "no intervino, a diferencia de los gobiernos de Irlanda y Alemania".