
Los colegios electorales cerraron a las 19H00 locales (17H00 GMT), pero la afluencia fue muy inferior a la de la primera vuelta de la semana pasada.
Esta primera fase de la votación abarcaba a un tercio de las gobernaciones del país, incluidas las dos principales ciudades egipcias: El Cairo y Alejandría.
Una de las figuras más destacadas del campo liberal, Mohamed ElBaradei, tomó nota con amargura de la derrota del movimiento, uno de los que abanderó la revuelta contra el régimen de Mubarak al comienzo del año.
"Dejad (a los islamistas) gobernar y que tengan su oportunidad, la gente descubrirá que los lemas no bastan", afirmó al diario independiente Al Shuruq.
Los Hermanos Musulmanes, los fundamentalistas salafistas y la formación Wasat (islamistas moderados) consiguieron en total el 65% de los votos en la primera vuelta.
Los liberales lograron el 29,3% en total, pero repartidos en seis listas, de modo que buena parte de los duelos de la segunda vuelta serán entre candidatos islamistas.
ElBaradei, exjefe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y premio Nobel de la Paz, arremetió duramente contra el ejército en el poder, estimando que habían "fracasado" en administrar el país.
"Vivimos hoy en un sistema fascista con tribunales militares y la ley de excepción, y si hubiera otra etapa revolucionaria, estaría cargada de ira y de violencia", declaró.
"La situación va de mal en peor tras el fracaso del Consejo militar en la gestión del periodo de transición", añadió ElBaradei, estimando que los jóvenes egipcios, motor de la revuelta, "están completamente desengañados porque nada ha cambiado".
El exsecretario general de la Liga Árabe Amr Musa, que tampoco esconde su interés por la presidencia de Egipto, instó a los islamistas a respetar los principios de la modernidad y de la democracia.
"Los que han sido elegidos deben comprender que deben vivir de acuerdo con su siglo", declaró durante una conferencia en Dubái.
Añadió sin embargo que los triunfos electorales de los islamistas en Túnez o en Egipto eran la consecuencia normal del juego democrático. "No podemos hablar de democracia y poner en entredicho las consecuencias. La democracia, es lo que quiere el pueblo", dijo.
Los Hermanos Musulmanes, cuyo partido Libertad y Justicia (PLJ) obtendría 36% de los votos en la primera vuelta, advirtieron que saldrán a la calle "si hay un trucaje (en los resultados) en las elecciones o se manipula la Constitución".
La cofradía afirma ser partidaria de un gobierno de coalición, pero no aclara si se aliará con los salafistas (24% de los votos) o con los liberales.
Tras estas nueve gobernaciones, las otras regiones acudirán a las urnas a partir de la próxima semana hasta el 11 de enero.
Esta primera fase de la votación abarcaba a un tercio de las gobernaciones del país, incluidas las dos principales ciudades egipcias: El Cairo y Alejandría.
Una de las figuras más destacadas del campo liberal, Mohamed ElBaradei, tomó nota con amargura de la derrota del movimiento, uno de los que abanderó la revuelta contra el régimen de Mubarak al comienzo del año.
"Dejad (a los islamistas) gobernar y que tengan su oportunidad, la gente descubrirá que los lemas no bastan", afirmó al diario independiente Al Shuruq.
Los Hermanos Musulmanes, los fundamentalistas salafistas y la formación Wasat (islamistas moderados) consiguieron en total el 65% de los votos en la primera vuelta.
Los liberales lograron el 29,3% en total, pero repartidos en seis listas, de modo que buena parte de los duelos de la segunda vuelta serán entre candidatos islamistas.
ElBaradei, exjefe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y premio Nobel de la Paz, arremetió duramente contra el ejército en el poder, estimando que habían "fracasado" en administrar el país.
"Vivimos hoy en un sistema fascista con tribunales militares y la ley de excepción, y si hubiera otra etapa revolucionaria, estaría cargada de ira y de violencia", declaró.
"La situación va de mal en peor tras el fracaso del Consejo militar en la gestión del periodo de transición", añadió ElBaradei, estimando que los jóvenes egipcios, motor de la revuelta, "están completamente desengañados porque nada ha cambiado".
El exsecretario general de la Liga Árabe Amr Musa, que tampoco esconde su interés por la presidencia de Egipto, instó a los islamistas a respetar los principios de la modernidad y de la democracia.
"Los que han sido elegidos deben comprender que deben vivir de acuerdo con su siglo", declaró durante una conferencia en Dubái.
Añadió sin embargo que los triunfos electorales de los islamistas en Túnez o en Egipto eran la consecuencia normal del juego democrático. "No podemos hablar de democracia y poner en entredicho las consecuencias. La democracia, es lo que quiere el pueblo", dijo.
Los Hermanos Musulmanes, cuyo partido Libertad y Justicia (PLJ) obtendría 36% de los votos en la primera vuelta, advirtieron que saldrán a la calle "si hay un trucaje (en los resultados) en las elecciones o se manipula la Constitución".
La cofradía afirma ser partidaria de un gobierno de coalición, pero no aclara si se aliará con los salafistas (24% de los votos) o con los liberales.
Tras estas nueve gobernaciones, las otras regiones acudirán a las urnas a partir de la próxima semana hasta el 11 de enero.