La relación económica entre China y África, un largo río de aguas a veces turbulentas


YAMENA. - Las relaciones económicas entre China y África, criticadas por los países occidentales que no ven con buenos ojos la influencia de Pekín en el continente, distan mucho de ser idílicas, como demuestra la decisión de Chad de suspender la cooperación con la petrolera estatal china CNPC.



El gobierno chadiano suspendió a partir del 21 de mayo "todos los trabajos de exploración y perforación" de esta empresa pública china en su territorio.

En una carta dirigida a CNPC, el gobierno, que ya había suspendido brevemente la actividad de la empresa por motivos similares en agosto de 2013, la acusa de "métodos nefastos" y de "vertidos nocivos".

La presencia de CNPC en Chad refleja el apetito voraz de China por las materias primas de África, indispensables para su desarrollo económico y en particular para satisfacer su enorme demanda energética.

La intensificación a principios del siglo XXI de las relaciones económicas entre China y el continente empezó manteniendo el espíritu de la conferencia de Bandung (1955) de solidaridad y convergencia entre los intereses de África y Asia.

Desde esta óptica, la llegada de China fue acogida con los brazos abiertos por algunos gobiernos, que veían en una alianza económica con Pekín un medio para cortar los lazos de dependencia con las expotencias coloniales.

Sin embargo, los propios chinos reconocen que no siempre han sido socios ejemplares. "Quizás haya fenómenos vinculados a los inversores chinos que no sean tan buenos o satisfactorios", dijo el jueves en Kigali el gobernador del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan.

El ministro de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi, había declarado en 2012 que no hay que pensar que "cada una de las empresas chinas tenga un comportamiento irreprochable".

 

- Primer socio comercial -

 

China reemplazó a Estados Unidos como primer socio comercial del continente africano en 2009.

Según datos oficiales chinos, a finales de 2013 el intercambio comercial entre China y África alcanzó 198.490 millones de dólares, un 19,3% más que el año precedente.

Ante el aumento de la presencia china en África, los países occidentales denuncian una nueva forma de colonialismo en los países del continente a través de préstamos o ayuda al desarrollo a cambio de jugosos contratos.

En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió a la República Democrática del Congo (RDC) que revisara las condiciones de grandes contratos firmados con China en 2007-2008, según los cuales el país ofrecía a Pekín enormes reservas de cobre y de cobalto a cambio de infraestructuras financiadas y realizadas por grupos públicos chinos, además de un préstamo para modernizar el sector de la minería.

China también está siendo criticada porque el intercambio con los países africanos favorece muy poco la creación de empleo local.

En Gabón, una disputa entre el Estado y Sinopec se resolvió cuando el grupo petrolero chino reconoció haber provocado graves perjuicios por valor de 1.000 millones de dólares, según el gobierno, que acusaba a la empresa de mala gestión, corrupción y de no respetar el medio ambiente.

En Angola, el primer país africano donde China invirtió, Pekín y Washington se libran una batalla de influencia para asegurar a sus empresas la mayor tajada posible de la enorme reserva petrolífera del país.

A pesar de todo, África sigue siendo una tierra prometida para China, y el primer ministro Li Keqiang anunció a comienzos de mayo en Etiopía que su país prevé duplicar sus intercambios comerciales con África, que alcanzarían a los 400.000 millones de dólares antes de 2020.

Sábado, 24 de Mayo 2014
AFP (Agencia France-Presse)
           


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