La huida diaria de cristianos es "terrorífica", lamentó Sako, que acusa de ello sobre todo al creciente extremismo religioso.
Antes de 2003 y de la invasión del país por una coalición liderada por Estados Unidos, más de un millón de cristianos vivían en Irak, de los cuales más de 600.000 en la capital. Pero debido a la violencia ya no quedan más de 400.000 en todo el territorio, explicó.
"La emigración diaria de cristianos de Irak es terrorífica y muy preocupante", estimó el patriarca en la ciudad multiconfesional de Kirkuk (norte).
"La Iglesia está amenazada por un desastre y si la situación continúa no quedarán más que unos miles" de cristianos en Irak en los próximos años, teme.
Los principales peligros, según él, son el aumento del extremismo religioso, las amenazas de muerte proferidas contra los cristianos y la incautación de sus propiedades por parte de pandillas armadas.
Recientemente, estas pandillas se apropiaron de decenas de casas en Bagdad desde que sus propietarios, en su mayoría cristianos, se fueron de ellas debido a la violencia.
El patriarca arremetió asimismo contra los países occidentales que "promueven la emigración de los cristianos".
Pese a que los cristianos de Irak no suelen ser blanco explícito de ataques, la violencia cotidiana y las bombas han hecho que la vida sea insoportable. Además carecen de los sistemas de protección tribal que benefician a muchos musulmanes y de poco les sirve recurrir al sistema judicial, acusado de corrupción.