En Lugansk, capital de una de las regiones prorrusas del este, un ataque de los separatistas contra una unidad militar ucraniana se saldó con "pérdidas" en ambos lados, según la Guardia Nacional de Ucrania.
Las autoridades ucranianas indicaron el miércoles que trabajaban para liberar a los cuatro observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que los rebeldes retienen desde el lunes en un lugar desconocido.
Asimismo, la organización anunció que otro de sus equipos de observadores permaneció retenido durante horas este miércoles, tras ser detenido cerca de un puesto de control en una carretera cercana a Donetsk.
La operación militar lanzada por Kiev a mediados de abril contra los separatistas continuaba en este país amenazado de un corte en el suministro de gas ruso, que podría afectar a Europa.
Moscú y Kiev se mantienen firmes en sus posiciones, pese a los esfuerzos de los europeos para lograr un acuerdo, mediante el cual Ucrania pagaría en un primer tiempo 2.000 millones de dólares de su deuda con la compañía estatal rusa Gazprom antes de negociar una rebaja del precio.
De visita en Alemania, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, dijo que el pago de la deuda se haría tras un acuerdo sobre el precio del hidrocarburo ruso. El ministro ruso de Energía señaló, sin embargo, que primero debían abonar el dinero.
"El Muro de Berlín cayó y no habrá nunca más un muro de Berlín en Europa", dijo Yatseniuk, para quien el objetivo de Ucrania es "convertirse en un país europeo con el nuevo presidente", el oligarca ucraniano Petro Poroshenko.
En el "frente del este", además del ataque contra una unidad de la Guardia Nacional Ucraniana en Lugansk, durante la madrugada se registraron disparos en el centro de Donetsk, donde el lunes fallecieron cuarenta personas, en su mayoría prorrusos, en una batalla por el control del aeropuerto.
Rusia instó a Estados Unidos y a Alemania a exigir al gobierno ucraniano medidas urgentes para poner fin al "baño de sangre". "No puede haber justificación para esa operación punitiva", dijo el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.
- Poroshenko y Putin en Normandía -
El presidente electo de Ucrania prometió el miércoles aplastar la insurrección separatista en el este del país.
"Vivimos una situación de guerra en el este de Ucrania", dijo Poroshenko en declaraciones al rotativo alemán Bild. "No vamos a permitir por más tiempo que estos terroristas secuestren y maten a la gente", añadió en referencia a los rebeldes prorrusos.
Asimismo, el conocido como "rey del chocolate" dijo estar dispuesto a hablar con Putin sobre cómo "apaciguar la crisis y obrar por la paz", después de que más de 200 personas murieran en el conflicto del este de Ucrania desde mediados de abril.
Poroshenko y Putin tendrán la oportunidad de conversar en Francia, donde coincidirán el 6 de junio junto al presidente estadounidense, Barack Obama, en la conmemoración del 70 aniversario del Desembarco de Normandía.
En el terreno, nada hace presagiar por el momento un descenso de la violencia.
En Donetsk, varias tiendas estaban cerradas con los escaparates protegidos con tablas de madera o de hierro para evitar los saqueos y periodistas de la AFP constataron el vuelo de aviones de caza sobre la ciudad.
El mediador de la OSCE para Ucrania, el diplomático alemán Wolfgang Ischinger, no excluyó el retiro de los observadores de la OSCE si la situación empeora.
La presencia de combatientes chechenos en las regiones separatistas de Ucrania causó controversia este miércoles.
Mientras las autoridades ucranianas señalan la presencia de estos entre las filas rebeldes, el presidente de la república rusa de Chechenia Ramzan Kadirov, negó haber enviado militares a combatir con los insurgentes prorrusos.
Sin embargo, el canal estadounidense CNN difundió un vídeo el lunes en el que separatistas prorrusos decían ser "hombres de Kadirov".