La victoria de los separatistas flamencos, una advertencia para Bélgica


BRUSELAS. - La victoria de los independentistas flamencos en Amberes y el llamamiento de su líder Bart De Wever a negociar una confederación son una advertencia para el Estado belga, en un contexto de auge de las reivindicaciones separatistas en Escocia y Cataluña.



Bart de Wever, en Amberes(Antwerpen).
Bart de Wever, en Amberes(Antwerpen).
Bart De Wever, el carismático dirigente de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA), ganó en las municipales del domingo la alcaldía de Amberes, la mayor ciudad de la región de Flandes (norte), y desbancó a los socialistas, que controlaban esta importante localidad portuaria desde hacía 80 años.
Los separatistas neerlandófonos reforzaron además su presencia en todo Flandes, obteniendo resultados por encima del 25%. No obstante, las alianzas entre los partidos tradicionales (liberales, cristiano-demócratas, socialistas y ecologistas) mantendrán al N-VA fuera del poder en muchos municipios.
De Wever no tardó en conferir un carácter nacional a su victoria, y pidió al primer ministro belga, el socialista francófono Elio Di Rupo, que negocie de inmediato con él una "reforma confederal" del Estado, que iría mucho más allá de las transferencias de competencias a las regiones que figuran en el programa del ejecutivo actual.
"Este gobierno que no hace más que gravar y que no esté apoyado por una mayoría de flamencos es inaceptable; hay que acabar con esto", afirmó De Wever.
El triunfo del líder secesionista se debe a su habilidad para mezclar el sentimiento identitario flamenco, fruto de una larga tradición nacida en el siglo XIX, cuando Bélgica estaba dominada por los francófonos, y las convicciones derechistas de gran parte del electorado neerlandófono, según los analistas.
"Egoísmo financiero"
"Frente a la política del gobierno actual, Flandes espera un mayor liberalismo económico, limitando por ejemplo el período de prestaciones por desempleo o poniendo fin a la indexación automática de los salarios sobre la inflación", apunta el politólogo Pierre Vercauteren, de la Universidad de Mons.
Amandine Crespy, del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas, ve similitudes entre los movimientos separatistas en Europa, mencionando el caso de Escocia, que celebrará en 2014 un referéndum sobre su independencia, y el de Cataluña.
Según ella, estos movimientos se apoyan a menudo en un cierto "egoísmo cultural", asociado a un "egoísmo financiero". Pero, sostiene Crespy, en ninguna región como en Flandes es tan clara la superposición de ambos factores.
Elio Di Rupo, que dirige desde fines de 2011 una coalición de seis partidos (tres flamencos y tres francófonos) que incluye a liberales, socialistas y centristas, dijo desde ya que no negociará la formación de un Estado confederal.
Vercauteren cree que "la agenda política no cambiará inmediatamente", aunque espera que Bart De Wever ejerza una fuerte presión sobre los tres partidos flamencos de la coalición hasta las legislativas previstas en junio de 2014, fecha considerada por muchos como "la hora de la verdad" para Bélgica.
Lunes, 15 de Octubre 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


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