Las Guerreras de Ciudad Juárez.
En su vida diaria son obreras de maquiladoras, agentes de policía o amas de casa, pero los domingos las diez 'Guerreras' se transforman en una especie de heroínas montadas en motocicletas de gran cilindrada para distribuir medicina y comida en algunos de los barrios más afectados por la guerra de carteles de droga.
"Entre semana ubicamos a aquellas personas que pueden necesitar más ayuda: las madres solteras o personas ancianas que viven solas. El fin de semana, les hacemos las compras en el supermercado", explica Lorenia Granados, presidenta del club fundado hace dos años.
Desde 2008, el ambiente de tensiones económicas y sociales en Ciudad Juárez se ha agravado. La guerra de los carteles de Sinaloa y Juárez por conseguir la supremacía en esta plaza, estratégica para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos -el mayor consumidor mundial de cocaína-, deja 8.100 muertos
La crisis económica también llevó al desempleo a unos 100.000 obreros de las 'maquiladoras', las fábricas de ensamblaje de productos destinados fundamentalmente al mercado estadounidense que abundan en la frontera norte mexicana.
Las madres solteras de Ciudad Juárez han quedado particularmente expuestas a esta crisis. "Los hombres dejan sus casas a causa de la violencia o del desempleo y dejan a las mujeres solas con los niños. Muchas de ellas no saben como hallar ayuda", agrega Granados.
El gobierno federal puso en marcha el plan 'Todos somos Juárez' hace más de un año para reducir los problemas sociales de la ciudad de 1,2 millones de habitantes, pero la situación apenas ha mejorado.
Alrededor de 150.000 familias no consiguen lo suficiente para cubrir sus necesidades de alimento y medicina, según las estadísticas oficiales.
Pasta, sal, pañales... los paquetes con las compras caen a gran velocidad sobre el carrito del mercado de las "Guerreras", que gastan de su propio bolsillo entre 120 y 160 pesos (10 a 15 dólares) para pagarlo.
Estas provisiones llegan como caídas del cielo a la casa de Cecilia Carrillo, donde un perro flaco y seis niños desbordan la habitación que sirve a la vez como dormitorio y cocina, en medio de un calor sofocante.
La mujer se excusa al mostrar unos pocos chícharos (arvejas) hervidas. "Llegan realmente a tiempo, esto es todo lo que nos quedaba para comer", les dice a las 'Guerreras' con una sonrisa de gratitud.
Ayudar a los más débiles de la sociedad es casi como una obligación para Isabel Lucero, cofundadora del motoclub.
"Darle algo a cualquiera que tenga la necesidad es una satisfacción personal, pero también le das ejemplo a los niños. Espero que mañana estos niños se vuelvan personas de bien que ayuden a sus semejantes", dice.
Comparadas con una especie de Robin Hood y guerreras de los pobres, los medios han llenado al motoclub de adjetivos elogiosos. Pero ellas mismas se ven sólo como un grupo de mujeres que busca conseguir hacer la diferencia.
"Intentamos llevar un poco de felicidad a aquellos que no tienen nada. Nosotros queremos así que Ciudad Juárez no sea conocida sólo por sus malas noticias", apunta.
"Entre semana ubicamos a aquellas personas que pueden necesitar más ayuda: las madres solteras o personas ancianas que viven solas. El fin de semana, les hacemos las compras en el supermercado", explica Lorenia Granados, presidenta del club fundado hace dos años.
Desde 2008, el ambiente de tensiones económicas y sociales en Ciudad Juárez se ha agravado. La guerra de los carteles de Sinaloa y Juárez por conseguir la supremacía en esta plaza, estratégica para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos -el mayor consumidor mundial de cocaína-, deja 8.100 muertos
La crisis económica también llevó al desempleo a unos 100.000 obreros de las 'maquiladoras', las fábricas de ensamblaje de productos destinados fundamentalmente al mercado estadounidense que abundan en la frontera norte mexicana.
Las madres solteras de Ciudad Juárez han quedado particularmente expuestas a esta crisis. "Los hombres dejan sus casas a causa de la violencia o del desempleo y dejan a las mujeres solas con los niños. Muchas de ellas no saben como hallar ayuda", agrega Granados.
El gobierno federal puso en marcha el plan 'Todos somos Juárez' hace más de un año para reducir los problemas sociales de la ciudad de 1,2 millones de habitantes, pero la situación apenas ha mejorado.
Alrededor de 150.000 familias no consiguen lo suficiente para cubrir sus necesidades de alimento y medicina, según las estadísticas oficiales.
Pasta, sal, pañales... los paquetes con las compras caen a gran velocidad sobre el carrito del mercado de las "Guerreras", que gastan de su propio bolsillo entre 120 y 160 pesos (10 a 15 dólares) para pagarlo.
Estas provisiones llegan como caídas del cielo a la casa de Cecilia Carrillo, donde un perro flaco y seis niños desbordan la habitación que sirve a la vez como dormitorio y cocina, en medio de un calor sofocante.
La mujer se excusa al mostrar unos pocos chícharos (arvejas) hervidas. "Llegan realmente a tiempo, esto es todo lo que nos quedaba para comer", les dice a las 'Guerreras' con una sonrisa de gratitud.
Ayudar a los más débiles de la sociedad es casi como una obligación para Isabel Lucero, cofundadora del motoclub.
"Darle algo a cualquiera que tenga la necesidad es una satisfacción personal, pero también le das ejemplo a los niños. Espero que mañana estos niños se vuelvan personas de bien que ayuden a sus semejantes", dice.
Comparadas con una especie de Robin Hood y guerreras de los pobres, los medios han llenado al motoclub de adjetivos elogiosos. Pero ellas mismas se ven sólo como un grupo de mujeres que busca conseguir hacer la diferencia.
"Intentamos llevar un poco de felicidad a aquellos que no tienen nada. Nosotros queremos así que Ciudad Juárez no sea conocida sólo por sus malas noticias", apunta.