"Desde hace cuarenta años, el Partido Socialista se ocupó en gran medida de los temas de sociedad para situarse en la izquierda no sólo en los temas clásicos, como nacionalizaciones, papel del Estado, etc. Por eso sigue relativamente en primera línea" sobre esas cuestiones, señala Gérard Grunberg, del Centro de Investigaciones Científicas de la Escuela de Ciencias Políticas de París (Cevipol).
Pero "nunca es fácil para un poder político, sea de izquierda o de derecha, imponer temáticas de sociedad", ya que los franceses se concentran en las cuestiones económicas y sociales, como el empleo y el poder adquisitivo, estima Frédéric Dabi, analista del instituto Ifop.
"Pero es tentador, ya que es más fácil legislar o actuar en ese dominio que hacer disminuir la tasa de desempleo o aumentar el poder adquisitivo", agrega, acotando que el riesgo es que la opinión pública considere que el poder no se ocupa de sus principales temas de preocupación.
Estos "son de orden económico y social. Ante todo el empleo y el poder adquisitivo, el acceso a los servicios públicos y las cuestiones de seguridad", estima François Kalfon, edil socialista de la región parisina.
Es necesario "un buen equilibrio entre las cuestiones económicas y sociales de un lado y las cuestiones de sociedad del otro", agrega Kalfon, especialista en opinión pública.
Pero "lo que se hacía antes de manera natural, porque la sociedad iba bien, porque las fuerzas centrípetas eran mucho más fuertes que las centrífugas, pasa a ser más problemático ahora, porque hay una suerte de atomización de la sociedad", explica.
Pascal Perrineau, director del Cevipol, señaló el martes en el diario Le Figaro que, cinco meses después de la victoria de la izquierda en Francia, "la erosión de las bases sociales" de los socialistas parece "vertiginosa".
La temática de las reformas de sociedad ha estado muy presente desde la llegada a la presidencia francesa de François Hollande, suscitando diversas polémicas.
Según Dabi, hay que distinguir entre las reformas que eran promesas de campaña del actual presidente, como el matrimonio homosexual o el derecho de voto de los extranjeros no miembros de la Unión Europea en las elecciones municipales, y las otras.
Entre las otras, el experto cita la propuesta hecha el lunes por la ministra de Salud Marisol Touraine sobre la experimentación de salas de consumo de droga.
El sociólogo Jean Viard estima que los socialistas "hicieron hincapié" en el matrimonio de los homosexuales y que François Hollande espera que esa reforma "quede en cierta manera como fue el caso de la abolición de la pena de muerte en 1981" por François Mitterrand.
El voto de los extranjeros en las elecciones locales "no es un objetivo fundamental", estima Viard, señalando que los socialistas "no van a hacer todo al mismo tiempo" para evitar que "la derecha tenga la posibilidad de afirmar que hacen todo menos encontrarnos un trabajo".
Como para darle razón, la portavoz del gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, dio a entender el martes que esta reforma no será aplicada antes de las próximas elecciones municipales de 2014.
"Confieso que tengo dudas porque eso significaría la adopción del texto antes de la primavera de 2013", dijo la portavoz, agregando que "hoy es prematuro hablar de un calendario".
Pero "nunca es fácil para un poder político, sea de izquierda o de derecha, imponer temáticas de sociedad", ya que los franceses se concentran en las cuestiones económicas y sociales, como el empleo y el poder adquisitivo, estima Frédéric Dabi, analista del instituto Ifop.
"Pero es tentador, ya que es más fácil legislar o actuar en ese dominio que hacer disminuir la tasa de desempleo o aumentar el poder adquisitivo", agrega, acotando que el riesgo es que la opinión pública considere que el poder no se ocupa de sus principales temas de preocupación.
Estos "son de orden económico y social. Ante todo el empleo y el poder adquisitivo, el acceso a los servicios públicos y las cuestiones de seguridad", estima François Kalfon, edil socialista de la región parisina.
Es necesario "un buen equilibrio entre las cuestiones económicas y sociales de un lado y las cuestiones de sociedad del otro", agrega Kalfon, especialista en opinión pública.
Pero "lo que se hacía antes de manera natural, porque la sociedad iba bien, porque las fuerzas centrípetas eran mucho más fuertes que las centrífugas, pasa a ser más problemático ahora, porque hay una suerte de atomización de la sociedad", explica.
Pascal Perrineau, director del Cevipol, señaló el martes en el diario Le Figaro que, cinco meses después de la victoria de la izquierda en Francia, "la erosión de las bases sociales" de los socialistas parece "vertiginosa".
La temática de las reformas de sociedad ha estado muy presente desde la llegada a la presidencia francesa de François Hollande, suscitando diversas polémicas.
Según Dabi, hay que distinguir entre las reformas que eran promesas de campaña del actual presidente, como el matrimonio homosexual o el derecho de voto de los extranjeros no miembros de la Unión Europea en las elecciones municipales, y las otras.
Entre las otras, el experto cita la propuesta hecha el lunes por la ministra de Salud Marisol Touraine sobre la experimentación de salas de consumo de droga.
El sociólogo Jean Viard estima que los socialistas "hicieron hincapié" en el matrimonio de los homosexuales y que François Hollande espera que esa reforma "quede en cierta manera como fue el caso de la abolición de la pena de muerte en 1981" por François Mitterrand.
El voto de los extranjeros en las elecciones locales "no es un objetivo fundamental", estima Viard, señalando que los socialistas "no van a hacer todo al mismo tiempo" para evitar que "la derecha tenga la posibilidad de afirmar que hacen todo menos encontrarnos un trabajo".
Como para darle razón, la portavoz del gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, dio a entender el martes que esta reforma no será aplicada antes de las próximas elecciones municipales de 2014.
"Confieso que tengo dudas porque eso significaría la adopción del texto antes de la primavera de 2013", dijo la portavoz, agregando que "hoy es prematuro hablar de un calendario".