A poco más de un mes de las elecciones, la presidenta del ultraderechista Frente Nacional lidera la intención de voto para la primera vuelta de las presidenciales, galvanizada por el Brexit y la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
El centrista Emmanuel Macron, que pisa los talones de Le Pen en los sondeos, acusó a su principal rival de "dividir a los franceses" con sus "provocaciones" durante un encendido debate sobre el burkini, el traje de baño que utilizan algunas musulmanas y que creó una polémica en Francia el verano pasado.
"Usted no quiere ver la gravedad real de lo que ocurre en nuestro país, hace unos años no había burkinis en nuestras playas", respondió Le Pen, quien dijo querer poner fin a la inmigración, "legal e ilegal" en Francia.
Le Pen exigió "fronteras nacionales" argumentando que "no se puede confiar en una Grecia arruinada o una Italia sumergida para controlar un flujo [de migrantes, ndlr.] que llega de manera continua".
Por su parte, el candidato de la derecha, François Fillon, quien se presenta a las elecciones imputado por desvío de fondos públicos, intentó dar un impulso a su alicaída campaña centrándose en el programa de fuerte corte liberal con el que alcanzó la victoria en las primarias de la derecha en noviembre.
"Quiero ser el presidente que liberará a los franceses del exceso de burocracia", declaró el candidato conservador, prometiendo llevar Francia a ser la primera economía de Europa en diez años.
Fillon, hasta hace poco gran favorito para ocupar el Elíseo, fue imputado la semana pasada por desvío de fondos públicos y apropiación indebida de bienes sociales por el caso de los empleos presuntamente ficticios de su esposa e hijos como asistentes parlamentarios.
De acuerdo con las encuestas, Le Pen y Macron son los dos favoritos para suceder al impopular presidente socialista François Hollande, quien renunció a presentarse a un segundo mandato.
Sin embargo, el alto número de indecisos, alrededor del 40% según las últimas encuestas, hacen imposible prever con certitud el desenlace de estos comicios, uno de los más imprevisibles de la historia reciente de Francia.
El socialista Benoît Hamon y el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, quienes se sitúan en cuarta y quinta posición en los sondeos respectivamente, aprovecharon esta cita para intentar captar a los indecisos.
A pesar de su convergencia de ideas, Hamon y Mélenchon no han logrado alcanzar una alianza que les permitiría calificarse a la segunda vuelta.
Este debate inédito en Francia da el pistoletazo de salida de una campaña electoral opacada por escándalos financieros.
A los problemas judiciales de Fillon se suman los de Le Pen, objeto de una investigación por empleos presuntamente ficticios en el Parlamento Europeo, en donde es diputada.
Pero a diferencia del candidato conservador, la ultraderechista se niega a ser interrogada por la justicia antes de las elecciones.
Los otros seis candidatos calificados a las presidenciales, pero con pocas posibilidades de ganar, fueron excluidos del debate, lo que provocó protestas.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales tendrá lugar el 23 de abril antes de un balotaje previsto el 7 de mayo.
El centrista Emmanuel Macron, que pisa los talones de Le Pen en los sondeos, acusó a su principal rival de "dividir a los franceses" con sus "provocaciones" durante un encendido debate sobre el burkini, el traje de baño que utilizan algunas musulmanas y que creó una polémica en Francia el verano pasado.
"Usted no quiere ver la gravedad real de lo que ocurre en nuestro país, hace unos años no había burkinis en nuestras playas", respondió Le Pen, quien dijo querer poner fin a la inmigración, "legal e ilegal" en Francia.
Le Pen exigió "fronteras nacionales" argumentando que "no se puede confiar en una Grecia arruinada o una Italia sumergida para controlar un flujo [de migrantes, ndlr.] que llega de manera continua".
- Fillon busca enterrar escándalos -
Por su parte, el candidato de la derecha, François Fillon, quien se presenta a las elecciones imputado por desvío de fondos públicos, intentó dar un impulso a su alicaída campaña centrándose en el programa de fuerte corte liberal con el que alcanzó la victoria en las primarias de la derecha en noviembre.
"Quiero ser el presidente que liberará a los franceses del exceso de burocracia", declaró el candidato conservador, prometiendo llevar Francia a ser la primera economía de Europa en diez años.
Fillon, hasta hace poco gran favorito para ocupar el Elíseo, fue imputado la semana pasada por desvío de fondos públicos y apropiación indebida de bienes sociales por el caso de los empleos presuntamente ficticios de su esposa e hijos como asistentes parlamentarios.
De acuerdo con las encuestas, Le Pen y Macron son los dos favoritos para suceder al impopular presidente socialista François Hollande, quien renunció a presentarse a un segundo mandato.
Sin embargo, el alto número de indecisos, alrededor del 40% según las últimas encuestas, hacen imposible prever con certitud el desenlace de estos comicios, uno de los más imprevisibles de la historia reciente de Francia.
- Le Pen, también investigada -
El socialista Benoît Hamon y el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, quienes se sitúan en cuarta y quinta posición en los sondeos respectivamente, aprovecharon esta cita para intentar captar a los indecisos.
A pesar de su convergencia de ideas, Hamon y Mélenchon no han logrado alcanzar una alianza que les permitiría calificarse a la segunda vuelta.
Este debate inédito en Francia da el pistoletazo de salida de una campaña electoral opacada por escándalos financieros.
A los problemas judiciales de Fillon se suman los de Le Pen, objeto de una investigación por empleos presuntamente ficticios en el Parlamento Europeo, en donde es diputada.
Pero a diferencia del candidato conservador, la ultraderechista se niega a ser interrogada por la justicia antes de las elecciones.
Los otros seis candidatos calificados a las presidenciales, pero con pocas posibilidades de ganar, fueron excluidos del debate, lo que provocó protestas.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales tendrá lugar el 23 de abril antes de un balotaje previsto el 7 de mayo.