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Política
El líder del movimiento, Hassan Nasrallah, dijo que el grupo había obtenido una "victoria política" en las elecciones. "Basados en los resultados anunciados por las campañas electorales, podemos decir que conseguimos lo que esperábamos", dijo Nasrallah en un discurso televisado.
"El nuevo Parlamento representa una garantía para proteger (...) la estabilidad del país", señaló y añadió que el hecho de que se hayan celebrado las elecciones "es un logro nacional histórico".
Los primeros datos de las primeras elecciones en el país en nueve años indican que Hariri obtuvo apenas 21 de 128 mandatos, alrededor de un tercio menos de los 33 escaños que ganó su coalición en 2009. "Esperábamos obtener un mejor resultado y conformar un bloque mayor", dijo hoy Hariri en Beirut.
El primer ministro anunció que quiere trabajar junto a todos los partidos para lograr la estabilidad política del país.
Unos 583 candidatos aspiraban a ocupar uno de los 128 escaños del Parlamento en liza. El sistema de reparto de poder que rige en el país otorga la mitad de los escaños a musulmanes y la otra mitad a cristianos.
Además, los principales cargos están también repartidos entre las principales confesiones: la presidencia está reservada a un cristiano, mientras la jefatura de Gobierno es para un sunita y la presidencia del Parlamento para un chiita. Dado que Hariri es sunita, es el candidato con más posibilidades de que se le vuelva a encargar la formación de Gobierno.
La población multireligiosa de Líbano está conformada por un cuarto de sunitas, un cuarto de chiitas y alrededor de un 40 por ciento de cristianos.
La votación del domingo fue vista como un test de una nueva legislación electoral, que reduce distritos electorales e introduce representación proporcional con el objetivo de favorecer a partidos menores. Se preveía que esto podría favorecer a Hibzolá.
El movimiento, apoyado por Irán, apunta también a ganar en la mayoría de distritos donde presentó candidatos, según sugieren expertos electorales y los resultados recogidos por el propio movimiento.
Las primeras elecciones parlamentarias en Líbano en casi una década estuvieron marcadas por una baja participación que se cifró en el 49,2 por ciento. Los resultados oficiales iban a ser anunciados hoy hacia el mediodía (09:00 GMT), pero se vieron retrasados por el lento recuento, indicó el Ministerio del Interior.
La mayor presencia de la milicia Hibzolá y con ello el aumento de la influencia de Teherán había generado en el pasado fuertes tensiones con el otro gran poder regional, Arabia Saudí y su aliado Estados Unidos. Hariri tiene estrechas relaciones con Arabia Saudí y Estados Unidos.
Los comicios se celebraron también bajo la influencia de la guerra en la vecina Siria. Líbano, que cuenta con una población de 6,2 millones de personas, ha acogido alrededor de 1,5 millones de refugiados de Siria. Esto ha influido fuertemente en la situación social y económica del país mediterráneo. Debido a las crisis políticas, el Parlamento había renovado de forma autónoma su mandato caducado en 2013.
"El nuevo Parlamento representa una garantía para proteger (...) la estabilidad del país", señaló y añadió que el hecho de que se hayan celebrado las elecciones "es un logro nacional histórico".
Los primeros datos de las primeras elecciones en el país en nueve años indican que Hariri obtuvo apenas 21 de 128 mandatos, alrededor de un tercio menos de los 33 escaños que ganó su coalición en 2009. "Esperábamos obtener un mejor resultado y conformar un bloque mayor", dijo hoy Hariri en Beirut.
El primer ministro anunció que quiere trabajar junto a todos los partidos para lograr la estabilidad política del país.
Unos 583 candidatos aspiraban a ocupar uno de los 128 escaños del Parlamento en liza. El sistema de reparto de poder que rige en el país otorga la mitad de los escaños a musulmanes y la otra mitad a cristianos.
Además, los principales cargos están también repartidos entre las principales confesiones: la presidencia está reservada a un cristiano, mientras la jefatura de Gobierno es para un sunita y la presidencia del Parlamento para un chiita. Dado que Hariri es sunita, es el candidato con más posibilidades de que se le vuelva a encargar la formación de Gobierno.
La población multireligiosa de Líbano está conformada por un cuarto de sunitas, un cuarto de chiitas y alrededor de un 40 por ciento de cristianos.
La votación del domingo fue vista como un test de una nueva legislación electoral, que reduce distritos electorales e introduce representación proporcional con el objetivo de favorecer a partidos menores. Se preveía que esto podría favorecer a Hibzolá.
El movimiento, apoyado por Irán, apunta también a ganar en la mayoría de distritos donde presentó candidatos, según sugieren expertos electorales y los resultados recogidos por el propio movimiento.
Las primeras elecciones parlamentarias en Líbano en casi una década estuvieron marcadas por una baja participación que se cifró en el 49,2 por ciento. Los resultados oficiales iban a ser anunciados hoy hacia el mediodía (09:00 GMT), pero se vieron retrasados por el lento recuento, indicó el Ministerio del Interior.
La mayor presencia de la milicia Hibzolá y con ello el aumento de la influencia de Teherán había generado en el pasado fuertes tensiones con el otro gran poder regional, Arabia Saudí y su aliado Estados Unidos. Hariri tiene estrechas relaciones con Arabia Saudí y Estados Unidos.
Los comicios se celebraron también bajo la influencia de la guerra en la vecina Siria. Líbano, que cuenta con una población de 6,2 millones de personas, ha acogido alrededor de 1,5 millones de refugiados de Siria. Esto ha influido fuertemente en la situación social y económica del país mediterráneo. Debido a las crisis políticas, el Parlamento había renovado de forma autónoma su mandato caducado en 2013.
