La Alianza Atlántica anunció en Bruselas que tomará "inmediatamente" el mando de todas las operaciones militares en Libia.
La OTAN, que ya estaba a cargo del embargo de armas en el Mediterráneo y de la zona de exclusión aérea en cielo libio, reemplaza así al mando estadounidense en las misiones de protección de la población civil, efectuadas hasta ahora por una coalición encabezada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
"Nuestro objetivo es la protección de los civiles y de las zonas habitadas que estén bajo amenaza de ataques del régimen de Gadafi", aseguró el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.
En el terreno, los rebeldes reconquistaron el domingo por la mañana el puerto petrolero de Ras Lanuf y la localidad de Bin Jawad, en el este de Libia.
Bin Jawad, que fue la posición más avanzada de los rebeldes en su primera ofensiva hacia el oeste de Libia a comienzos de marzo, había sido reconquistada por las fuerzas leales a Gadafi el 6 de marzo pasado.
En los últimos tres días, las fuerzas insurgentes conquistaron sucesivamente las ciudades de Ajdabiya, punto estratégico a 160 km de Bengasi, Brega, Ras Lanuf y Bin Jawad.
Las fuerzas pro Gadafi continuaron replegándose en dirección a Sirte, situada 200 km más al oeste.
A última hora de la tarde del domingo, los rebeldes se encontraban en Nofilia, pequeña localidad entre el mar y el desierto, a 110 km de Sirte, y a más de 400 km de su feudo, Bengasi.
Esperan los bombardeos internacionales para intentar entrar en Sirte, ciudad natal de Gadafi, cuyos habitantes huían en dirección a Trípoli por temor a los ataques aéreos de la coalición y a la llegada de los rebeldes, comprobó un periodista de la AFP.
A primera hora de la noche tuvo lugar un ataque aéreo de la coalición en Sirte, donde hombres armados, algunos con atuendo militar, otros vestidos de civil, circulaban a bordo de todoterrenos enarbolando fotos de Gadafi.
También en Trípoli se oyeron explosiones y disparos de la defensa antiaérea por la noche, según una periodista de la AFP.
Pese a que el precio del petróleo subió por los temores a que los combates o sabotajes afectaran las infraestructuras petroleras libias, los periodistas de la AFP no vieron daños importantes en las instalaciones de Brega ni en las de Ras Lanuf.
Según los rebeldes, los campos petroleros situados en las regiones que controlan producen actualmente entre 100.000 y 130.000 barriles diarios. La oposición planea exportar el petróleo "antes de una semana", declaró un portavoz rebelde, Alí Tarhoni, añadiendo que la rebelión delegó a Qatar la comercialización del crudo.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acusado en el Congreso de su país de haberse lanzado al conflicto en Libia sin una estrategia de salida, envió al frente a sus secretarios de Estado y de Defensa, Hillary Clinton y Robert Gates, para justificar la intervención estadounidense.
Clinton y Gates intervinieron en varios programas dominicales estadounidenses para explicar a la población la situación en Libia.
El secretario de Defensa reconoció, en respuesta a las críticas de los legisladores estadounidenses, que Libia no constituye "una amenaza real e inminente" para Estados Unidos, pero que su vecino Egipto es "una pieza central" en la región, y que había que apoyar al movimiento democrático nacido en ese país.
"Hay numerosos diplomáticos y jefes militares en Libia que (...) que cambian de bando, que abandonan porque ven como esto va a terminar", dijo Clinton por su parte en el programa 'Face the Nation' de la cadena CBS.
Unos días antes de una cumbre sobre Libia prevista el martes en Londres -en la que ya confirmaron su participación 35 países-, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció "una iniciativa franco-británica", que busca una salida política al conflicto "para mostrar que la solución no puede ser militar".
De su lado el papa Benedicto XVI pidió a la comunidad internacional y a todas las partes implicadas el inicio "inmediato de un diálogo" para lograr un alto el fuego en Libia.
La primera embarcación que transportaba inmigrantes norafricanos, procedentes de Libia, con cerca de 300 personas, llegó al sur de Italia, informaron los guardacostas y las organizaciones humanitarias.
La OTAN, que ya estaba a cargo del embargo de armas en el Mediterráneo y de la zona de exclusión aérea en cielo libio, reemplaza así al mando estadounidense en las misiones de protección de la población civil, efectuadas hasta ahora por una coalición encabezada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
"Nuestro objetivo es la protección de los civiles y de las zonas habitadas que estén bajo amenaza de ataques del régimen de Gadafi", aseguró el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.
En el terreno, los rebeldes reconquistaron el domingo por la mañana el puerto petrolero de Ras Lanuf y la localidad de Bin Jawad, en el este de Libia.
Bin Jawad, que fue la posición más avanzada de los rebeldes en su primera ofensiva hacia el oeste de Libia a comienzos de marzo, había sido reconquistada por las fuerzas leales a Gadafi el 6 de marzo pasado.
En los últimos tres días, las fuerzas insurgentes conquistaron sucesivamente las ciudades de Ajdabiya, punto estratégico a 160 km de Bengasi, Brega, Ras Lanuf y Bin Jawad.
Las fuerzas pro Gadafi continuaron replegándose en dirección a Sirte, situada 200 km más al oeste.
A última hora de la tarde del domingo, los rebeldes se encontraban en Nofilia, pequeña localidad entre el mar y el desierto, a 110 km de Sirte, y a más de 400 km de su feudo, Bengasi.
Esperan los bombardeos internacionales para intentar entrar en Sirte, ciudad natal de Gadafi, cuyos habitantes huían en dirección a Trípoli por temor a los ataques aéreos de la coalición y a la llegada de los rebeldes, comprobó un periodista de la AFP.
A primera hora de la noche tuvo lugar un ataque aéreo de la coalición en Sirte, donde hombres armados, algunos con atuendo militar, otros vestidos de civil, circulaban a bordo de todoterrenos enarbolando fotos de Gadafi.
También en Trípoli se oyeron explosiones y disparos de la defensa antiaérea por la noche, según una periodista de la AFP.
Pese a que el precio del petróleo subió por los temores a que los combates o sabotajes afectaran las infraestructuras petroleras libias, los periodistas de la AFP no vieron daños importantes en las instalaciones de Brega ni en las de Ras Lanuf.
Según los rebeldes, los campos petroleros situados en las regiones que controlan producen actualmente entre 100.000 y 130.000 barriles diarios. La oposición planea exportar el petróleo "antes de una semana", declaró un portavoz rebelde, Alí Tarhoni, añadiendo que la rebelión delegó a Qatar la comercialización del crudo.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acusado en el Congreso de su país de haberse lanzado al conflicto en Libia sin una estrategia de salida, envió al frente a sus secretarios de Estado y de Defensa, Hillary Clinton y Robert Gates, para justificar la intervención estadounidense.
Clinton y Gates intervinieron en varios programas dominicales estadounidenses para explicar a la población la situación en Libia.
El secretario de Defensa reconoció, en respuesta a las críticas de los legisladores estadounidenses, que Libia no constituye "una amenaza real e inminente" para Estados Unidos, pero que su vecino Egipto es "una pieza central" en la región, y que había que apoyar al movimiento democrático nacido en ese país.
"Hay numerosos diplomáticos y jefes militares en Libia que (...) que cambian de bando, que abandonan porque ven como esto va a terminar", dijo Clinton por su parte en el programa 'Face the Nation' de la cadena CBS.
Unos días antes de una cumbre sobre Libia prevista el martes en Londres -en la que ya confirmaron su participación 35 países-, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció "una iniciativa franco-británica", que busca una salida política al conflicto "para mostrar que la solución no puede ser militar".
De su lado el papa Benedicto XVI pidió a la comunidad internacional y a todas las partes implicadas el inicio "inmediato de un diálogo" para lograr un alto el fuego en Libia.
La primera embarcación que transportaba inmigrantes norafricanos, procedentes de Libia, con cerca de 300 personas, llegó al sur de Italia, informaron los guardacostas y las organizaciones humanitarias.