Rebeldes libios disparan una ametralladora desde un camión en las afueras de Brega, Libia.
El régimen del coronel Muamar Gadafi rechazó el viernes las condiciones de alto el fuego propuestas por los rebeldes, al afirmar que no aceptaba retirarse de las ciudades controladas por sus fuerzas, anunció un portavoz del gobierno en Trípoli.
"Los rebeldes nunca ofrecieron la paz. No ofrecen la paz. Piden lo imposible", declaró el portavoz Mussa Ibrahim, para quien la proposición de los rebeldes es "un ardid".
Los rebeldes libios afirmaron el viernes que están dispuestos a respetar el alto al fuego a condición de que las fuerzas favorables a Gadafi suspendan su ofensiva contra las ciudades en poder de los insurgentes y se retiren de las ciudades que rodean.
"No abandonaremos nuestras ciudades. Nosotros somos el gobierno, ellos no", añadió, aunque señaló que el régimen está siempre listo para la paz y el diálogo.
Según él, las fuerzas leales a Muamar Gadafi respetan el alto al fuego impuesto por la resolución de la ONU.
Por otro lado, el viernes el régimen de Gadafi acusó a la coalición internacional de cometer "crímenes contra la humanidad" al bombardear a civiles, según un portavoz del gobierno.
Los dirigentes de los países de la coalición que participan en las operaciones militares en Libia, declaró el portavoz Musa Ibrahim, son "criminales" e "inmorales", culpables de "crímenes contra la humanidad".
Según Ibrahim, seis civiles murieron el jueves víctimas de los bombardeos de la coalición sobre Buargub, pequeño poblado cerca de Brega, uno de los estratégicos sitios petroleros, situado a 800 km al este de Trípoli y campo de batalla de las fuerzas rebeldes frente a las fuerzas gubernamentales.
Ibrahim acusó también a la coalición de haber atacado puestos de control a cargo de civiles y policías a lo largo de los 400 km de carretera que separa el puerto de Sirte, ciudad natal del coronel Gadafi, y Ajdabiya, estratégico nudo de comunicación en manos de los rebeldes, a 160 km al sur del bastión rebelde de Bengasi.
Los rebeldes y las fuerzas fieles a Gadafi libraron combates este viernes cerca del puerto petrolero de Brega (este).
A media jornada, la línea del frente se situaba en los alrededores de Brega, aunque era imposible saber por una fuente independiente quién controla esta ciudad, situada a 800 km al este de la capital Trípoli.
Según el comandante del Estado Mayor conjunto estadounidense, el almirante Mike Mullen, "el mayor problema (de la coalición) en los últimos tres o cuatro días ha sido el tiempo".
"Esto ha reducido, aunque no eliminado, la eficacia" de los aviones aliados encargados de los ataques, que a veces no pueden "ver los objetivos con precisión", explicó.
Las condiciones meteorológicas permitieron a las fuerzas leales a Gadafi lanzar una contraofensiva hacia el este, según dijo.
Este viernes por la mañana, los rebeldes, peor equipados y organizados que el ejército leal al que combaten desde hace un mes y medio, intentaron poner orden en sus filas.
Ante la puerta oeste de Ajdabiya, al este de Brega, Abdelkarim Mansuri, de 54 años, gritaba las nuevas consignas: "¡No más civiles! ¡No más automóviles civiles! ¡Sólo los soldados y el abastecimiento pueden pasar!"
Según explica a la AFP, se trata de una "nueva técnica". "No queremos que maten a los jóvenes. La guerra no es una distracción. Estas son las órdenes del consejo militar".
Las grandes potencias occidentales se plantean ahora una solución política al conflicto en Libia, que estalló el 15 de febrero con las primeras manifestaciones a favor de la democracia en Bengasi, a 1.000 km de Trípoli.
"La situación en Libia no puede ser resuelta por medios militares. Sólo puede haber una solución política y debemos poner en marcha un proceso político", declaró el jefe de la diplomacia alemana, Guido Westerwelle, desde Pekín.
"Esto debería arrancar con un alto el fuego respetado por Gadafi, para poder iniciar un proceso de paz", añadió.
"Los rebeldes nunca ofrecieron la paz. No ofrecen la paz. Piden lo imposible", declaró el portavoz Mussa Ibrahim, para quien la proposición de los rebeldes es "un ardid".
Los rebeldes libios afirmaron el viernes que están dispuestos a respetar el alto al fuego a condición de que las fuerzas favorables a Gadafi suspendan su ofensiva contra las ciudades en poder de los insurgentes y se retiren de las ciudades que rodean.
"No abandonaremos nuestras ciudades. Nosotros somos el gobierno, ellos no", añadió, aunque señaló que el régimen está siempre listo para la paz y el diálogo.
Según él, las fuerzas leales a Muamar Gadafi respetan el alto al fuego impuesto por la resolución de la ONU.
Por otro lado, el viernes el régimen de Gadafi acusó a la coalición internacional de cometer "crímenes contra la humanidad" al bombardear a civiles, según un portavoz del gobierno.
Los dirigentes de los países de la coalición que participan en las operaciones militares en Libia, declaró el portavoz Musa Ibrahim, son "criminales" e "inmorales", culpables de "crímenes contra la humanidad".
Según Ibrahim, seis civiles murieron el jueves víctimas de los bombardeos de la coalición sobre Buargub, pequeño poblado cerca de Brega, uno de los estratégicos sitios petroleros, situado a 800 km al este de Trípoli y campo de batalla de las fuerzas rebeldes frente a las fuerzas gubernamentales.
Ibrahim acusó también a la coalición de haber atacado puestos de control a cargo de civiles y policías a lo largo de los 400 km de carretera que separa el puerto de Sirte, ciudad natal del coronel Gadafi, y Ajdabiya, estratégico nudo de comunicación en manos de los rebeldes, a 160 km al sur del bastión rebelde de Bengasi.
Los rebeldes y las fuerzas fieles a Gadafi libraron combates este viernes cerca del puerto petrolero de Brega (este).
A media jornada, la línea del frente se situaba en los alrededores de Brega, aunque era imposible saber por una fuente independiente quién controla esta ciudad, situada a 800 km al este de la capital Trípoli.
Según el comandante del Estado Mayor conjunto estadounidense, el almirante Mike Mullen, "el mayor problema (de la coalición) en los últimos tres o cuatro días ha sido el tiempo".
"Esto ha reducido, aunque no eliminado, la eficacia" de los aviones aliados encargados de los ataques, que a veces no pueden "ver los objetivos con precisión", explicó.
Las condiciones meteorológicas permitieron a las fuerzas leales a Gadafi lanzar una contraofensiva hacia el este, según dijo.
Este viernes por la mañana, los rebeldes, peor equipados y organizados que el ejército leal al que combaten desde hace un mes y medio, intentaron poner orden en sus filas.
Ante la puerta oeste de Ajdabiya, al este de Brega, Abdelkarim Mansuri, de 54 años, gritaba las nuevas consignas: "¡No más civiles! ¡No más automóviles civiles! ¡Sólo los soldados y el abastecimiento pueden pasar!"
Según explica a la AFP, se trata de una "nueva técnica". "No queremos que maten a los jóvenes. La guerra no es una distracción. Estas son las órdenes del consejo militar".
Las grandes potencias occidentales se plantean ahora una solución política al conflicto en Libia, que estalló el 15 de febrero con las primeras manifestaciones a favor de la democracia en Bengasi, a 1.000 km de Trípoli.
"La situación en Libia no puede ser resuelta por medios militares. Sólo puede haber una solución política y debemos poner en marcha un proceso político", declaró el jefe de la diplomacia alemana, Guido Westerwelle, desde Pekín.
"Esto debería arrancar con un alto el fuego respetado por Gadafi, para poder iniciar un proceso de paz", añadió.