De izquierda a derecha, Netanyahu, Rodham Clinton y Abbas
Tras un día de alto simbolismo y elevada retórica en la Casa Blanca, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se sentó junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, en la sede del Departamento de Estado.
"Quiero agradecer a todos por estar hoy con nosotros para reanudar las negociaciones", dijo Clinton a ambos líderes, de los que elogió su "coraje y compromiso".
"Sé que la decisión de sentarse a esta mesa no fue fácil", agregó Clinton.
En una decorada habitación del departamento de Estado, los líderes comenzaron a abordar los asuntos centrales que hicieron fracasar durante décadas los intentos de alcanzar la paz, o sea, la seguridad de Israel, las fronteras de un futuro Estado palestino, el derecho al retorno de los refugiados y el estatuto de Jerusalén, reclamada por ambas partes como su capital.
Netanyahu dijo al comienza que "una paz duradera sólo se logrará con concesiones dolorosas y mutuas de ambos lados" y pidió a los palestinos que reconocieran a Israel como un Estado judío.
Abas respondió que "la seguridad es esencial y vital tanto para nosotros como para ustedes" y aseguró que "no aceptaremos que nadie cometa actos contra vuestra seguridad y la nuestra".
El enviado estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell, y otros altos funcionarios norteamericanos tienen previsto trabajar intensamente con Netanyahu, Abas y sus respectivos equipos durante tres horas.
Analistas esperaban que ambas partes abordaran primero los temas menos conflictivos, como la seguridad y las fronteras, y eludieran el problema de los refugiados y de Jerusalén.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien estaba en la Casa Blanca para ayudar a mediar en las conversaciones, urgió el miércoles al presidente Barack Obama a poner todo el peso de Estados Unidos en las negociaciones.
"Lo que realmente se necesita es que Estados Unidos tome cartas en el asunto, siga comprometido y ayude a ambas partes a superar las distancias en las posiciones", dijo el portavoz de Mubarak, Soliman Awaad.
Con Mitchell como mediador, Abas y Netanyahu ya habían mencionado algunos de los temas neurálgicos durante el diálogo de "proximidad" que se inició en mayo sin señales de avances.
Abas se había negado a iniciar negociaciones directas sin un cese total de la construcción de asentamientos en Cisjordania, pero cedió ante la presión de Obama.
Sin embargo, el presidente palestino advirtió que una reanudación de la colonización tras el 26 de setiembre, cuando expira una moratoria israelí, condenaría las negociaciones al fracaso. Los asentamientos albergan a cerca de 500.000 personas en tierras ocupadas por Israel en 1967.
Los palestinos quieren erigir un Estado en Cisjordania y la Franja de Gaza, que actualmente está administrada por el movimiento islamista Hamas, con Jerusalén Este como capital. Israel reivindica a Jerusalén como su capital indivisible.
Mientras tanto, fuerzas de seguridad israelíes y palestinas buscaban en Cisjordania a los responsables del segundo ataque reivindicado por Hamas contra colonos israelíes.
A pesar del reciente recrudecimiento de la violencia, Obama, pidió a ambas partes que no dejaran escapar esta oportunidad para la paz.
"Esta oportunidad quizás no vuelva a presentarse pronto. No pueden dejarla escapar", dijo Obama, quien se reunió con los líderes por separado el miércoles, y luego ofreció una cena que incluyó también a Hillary Clinton y a Tony Blair, representante del Cuarteto para Medio Oriente que integran Estados Unidos, Rusia, la ONU y la Unión Europea.
Obama se declaró "cautelosamente optimista". "No nos hacemos ilusiones. Las pasiones son profundas. Cada lado tiene intereses legítimos y duraderos. Años de desconfianza no van a desaparecer en una noche", dijo Obama.
Aún así, tras 62 años de conflicto y varios fracasos, Estados Unidos cree que es posible una solución que contemnple dos Estados en el plazo de un año.
"Quiero agradecer a todos por estar hoy con nosotros para reanudar las negociaciones", dijo Clinton a ambos líderes, de los que elogió su "coraje y compromiso".
"Sé que la decisión de sentarse a esta mesa no fue fácil", agregó Clinton.
En una decorada habitación del departamento de Estado, los líderes comenzaron a abordar los asuntos centrales que hicieron fracasar durante décadas los intentos de alcanzar la paz, o sea, la seguridad de Israel, las fronteras de un futuro Estado palestino, el derecho al retorno de los refugiados y el estatuto de Jerusalén, reclamada por ambas partes como su capital.
Netanyahu dijo al comienza que "una paz duradera sólo se logrará con concesiones dolorosas y mutuas de ambos lados" y pidió a los palestinos que reconocieran a Israel como un Estado judío.
Abas respondió que "la seguridad es esencial y vital tanto para nosotros como para ustedes" y aseguró que "no aceptaremos que nadie cometa actos contra vuestra seguridad y la nuestra".
El enviado estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell, y otros altos funcionarios norteamericanos tienen previsto trabajar intensamente con Netanyahu, Abas y sus respectivos equipos durante tres horas.
Analistas esperaban que ambas partes abordaran primero los temas menos conflictivos, como la seguridad y las fronteras, y eludieran el problema de los refugiados y de Jerusalén.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien estaba en la Casa Blanca para ayudar a mediar en las conversaciones, urgió el miércoles al presidente Barack Obama a poner todo el peso de Estados Unidos en las negociaciones.
"Lo que realmente se necesita es que Estados Unidos tome cartas en el asunto, siga comprometido y ayude a ambas partes a superar las distancias en las posiciones", dijo el portavoz de Mubarak, Soliman Awaad.
Con Mitchell como mediador, Abas y Netanyahu ya habían mencionado algunos de los temas neurálgicos durante el diálogo de "proximidad" que se inició en mayo sin señales de avances.
Abas se había negado a iniciar negociaciones directas sin un cese total de la construcción de asentamientos en Cisjordania, pero cedió ante la presión de Obama.
Sin embargo, el presidente palestino advirtió que una reanudación de la colonización tras el 26 de setiembre, cuando expira una moratoria israelí, condenaría las negociaciones al fracaso. Los asentamientos albergan a cerca de 500.000 personas en tierras ocupadas por Israel en 1967.
Los palestinos quieren erigir un Estado en Cisjordania y la Franja de Gaza, que actualmente está administrada por el movimiento islamista Hamas, con Jerusalén Este como capital. Israel reivindica a Jerusalén como su capital indivisible.
Mientras tanto, fuerzas de seguridad israelíes y palestinas buscaban en Cisjordania a los responsables del segundo ataque reivindicado por Hamas contra colonos israelíes.
A pesar del reciente recrudecimiento de la violencia, Obama, pidió a ambas partes que no dejaran escapar esta oportunidad para la paz.
"Esta oportunidad quizás no vuelva a presentarse pronto. No pueden dejarla escapar", dijo Obama, quien se reunió con los líderes por separado el miércoles, y luego ofreció una cena que incluyó también a Hillary Clinton y a Tony Blair, representante del Cuarteto para Medio Oriente que integran Estados Unidos, Rusia, la ONU y la Unión Europea.
Obama se declaró "cautelosamente optimista". "No nos hacemos ilusiones. Las pasiones son profundas. Cada lado tiene intereses legítimos y duraderos. Años de desconfianza no van a desaparecer en una noche", dijo Obama.
Aún así, tras 62 años de conflicto y varios fracasos, Estados Unidos cree que es posible una solución que contemnple dos Estados en el plazo de un año.