"Pangea: nuevo arte de África y Latinoamérica" se inaugura este martes en el imponente museo que el coleccionista Charles Saatchi tiene en Sloane Square y que constituye el centro neurálgico del arte contemporáneo en la capital británica.
El Reino Unido es el tercer país del mundo en ingresos por subastas de arte (2.000 millones de dólares en 2012), superado sólo por China y Estados Unidos, según artprice.com.
Sin embargo, y a diferencia de Nueva York, en Londres no hay apenas subastas de arte latinoamericano y la posibilidad de descubrir nuevos artistas se limita a la feria Pinta, cuya edición de este año se celebrará del 12 al 14 de junio.
"Pangea" -título que alude a la unión física de África y Latinoamérica, cuando sólo existía un supercontinente- reúne el trabajo de 16 artistas entre los que están los colombianos Rafael Gomezbarros, Óscar Murillo, Fredy Alzate, los brasileños Antonio Malta Campos y Christian Rosa y el peruano José Carlos Martinat.
"Como resultado de las nuevas alianzas comerciales y políticas, el arte de los mercados emergentes, que previamente permanecía encerrado en la perpetua atemporalidad del 'primitivismo', ha ampliado su alcance (...) Los artistas de esta muestra narran visualmente la complejidad de sus ciudades, gente y experiencias", afirma la galería en la presentación de la exposición.
La instalación del colombiano Gomezbarros "Casa tomada", como el cuento de Julio Cortázar, es un ejemplo de ello.
Está compuesta por cuatrocientas cincuenta hormigas, de unos 90 centímetros cada una, que parecen recorrer las paredes de la galería. Su torax está hecho con dos calaveras de fibra vidrio y sus patas con ramas de jazmín.
Gomezbarros, de 41 años, explica a la AFP que es un homenaje a los emigrantes y a los desplazados por conflictos.
"Lo que trato en el proyecto es reivindicar al inmigrante como una persona que llega con un espíritu de perseverancia y constancia de trabajo. La hormiga carga diez veces el peso de su cuerpo. El inmigrante hace eso, se sostiene en un país y sostiene a su familia en su país natal", explicó.
"Le terminé poniendo el nombre de Casa Tomada por el final del cuento, donde los dos hermanos que se ven desplazados de su propio lugar, de su propia casa, terminan dejando las llaves en un espacio de la misma casa, ya con la idea de la añoranza, de querer regresar, de querer volver", explicó.
"Es lo que puede vivir un desplazado o un inmigrante, la nostalgia de querer volver", sentenció el colombiano.
El brasileño Antonio Malta Campos, de 51 años, se define como un pintor modernista y es un ejemplo del hueco que llena la exposición, porque le ha permitido que sus cuadros cuelguen en el extranjero por primera vez.
"Es la primera exposición internacional para mí. Es fantástico, porque el mundo del arte es muy internacional, no puedes quedarte toda la vida en un lugar", declaró a la AFP.
"Londes es una cudad cosmopolita, hay gente de todo el mundo y me siento muy bienvenido", añadió.
Malta Campos cree que es una ocasión única exponer con artistas africanos.
Pese a las conexiones históricas, "en Brasil queremos ser más europeos (que africanos), y ahora que estoy aquí, en Europa, acabo exponiendo con artistas africanos. Es fantástico, es muy enriquecedor".