A partir del 1 de julio, este proyecto piloto permitirá a turistas y empresarios del gigante asiático solicitar la entrada en ambos países con una única visita a centros consulares en Pekín, Guangzhou y Shanghai.
La visa de entrada a Bélgica abrirá a la puerta a los visitantes chinos a todo el espacio Schengen, del que no forma parte Reino Unido.
"Este procedimiento significa una ventanilla única para los visitantes chinos en Reino Unido y Europa, ya vengan por negocios o por placer", aseguró la ministra británica de Interior, Theresa May, en un comunicado.
Con este proyecto, ambos países esperan aumentar con creces el número de turistas chinos en Londres y Bruselas, obteniendo con ello jugosas ganancias: la capital de llegada es generalmente la misma desde la que el visitante regresa a su país de origen y allí donde hace sus compras.