Un día después de una jornada de ataques y contraataques en el aeropuerto de Donetsk, principal bastión prorruso, el ejército ucraniano informó de la muerte de dos soldados en las últimas 24 horas.
El portavoz militar ucraniano, Andri Lysenko, aseguró que el ejército todavía controlaba el aeropuerto, único enclave bajo su control desde el mes de mayo en esta ciudad en manos de los separatistas. Kiev teme perder esta infraestructura que, a su juicio, permitiría a los prorrusos recibir ayuda proveniente de Rusia.
"No controlamos el aeropuerto, pero los combates son más esporádicos y quedan bolsas de resistencia, sobre todo en los subterráneos, que debemos limpiar", declaró, por su parte, un combatiente rebelde a la AFP en un puesto de control situado a unos dos kilómetros.
Dos civiles, un hombre y una mujer, murieron tras el estallido de un obús, según el ayuntamiento. Asimismo, dos niños fallecieron y otros cinco resultaron heridos el viernes a 30 kilómetros al este de Donetsk, cuando intentaban desplazar un obús que explotó en ese momento, anunciaron las autoridades regionales.
Tras un apaciguamiento de la situación en septiembre, la semana se termina con un recrudecimiento de la violencia. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas "condenó firmemente" la muerte el jueves en un bombardeo de un empleado suizo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Ambos bandos se culpan de la muerte del trabajador humanitario.
- Sanciones ucranianas -
Los combates iniciados en abril en el este del país han dejado al menos 3.200 muertos, según Naciones Unidas. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, indicó por su parte el viernes que 967 soldados ucranianos (ejército, voluntarios y Guardia Nacional) murieron en combate.
La violencia no impidió, sin embargo, a los separatistas organizar una fiesta popular en el centro de Donetsk, para festejar los seis meses de la "República Popular de Donetsk".
En el frente diplomático, el secretario de Estado norteamericano John Kerry instó a Moscú y a los prorrusos a respetar el alto el fuego firmado en septiembre.
Por su parte, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, anunció que su país debía también adoptar sanciones contra Moscú, a pesar de los estrechos lazos comerciales entre las dos economías.
"Si Estados Unidos y Europa imponen sanciones, Ucrania debe hacer lo mismo", declaró Yatseniuk en televisión. "Sé que pagaremos el precio, pero Rusia ya paga un precio mucho más elevado", añadió.
Cuando los ambientes económicos rusos alertan de las consecuencias de la crisis ucraniana, los analistas de Eurasia Group apuntan a nuevas sanciones occidentales contra Rusia este invierno boreal.
"Todas las señales provenientes del presidente [ruso Vladimir] Putin muestran que el gobierno ruso está dispuesto a enfrentarse a todas las tormentas necesarias en el plano económico para cumplir sus objetivos en Ucrania", estima Eurasia Group en un análisis.