Sacerdotes cristianos sirios
Decenas de cristianos armenios, que celebran la Navidad ortodoxa, avanzan por la callejuela estrecha que lleva hasta su iglesia en el viejo Damasco, para asistir a la misa. En la entrada Boghos Brunsuzian, un joyero de unos 50 años, da la bienvenida a los fieles.
"El Estado en Siria no hace diferencias entre los ciudadanos", dice.
"No nos sentimos discriminados, todos somos iguales", agrega Nubar Terzian, que también es joyero en Damasco.
A falta de estadísticas oficiales, los analistas creen que los cristianos de Siria, cuyo presidente, Bashar Al Assad, es un musulmán alawita, representan el 5-10% de una población de 20 millones habitantes.
El padre Elías Zahlaoui, 78 años, sacerdote católico en la iglesia de Nuestra Señora de Damasco, reconoce sin embargo que la población cristiana se ha reducido en los últimos años en Siria. Pero sobre todo por razones económicas: "los jóvenes emigran para ganarse la vida, y para estudiar".
Varios miembros de la comunidad cristiana en Siria dicen no estar preocupados en absoluto, a diferencia de sus vecinos cristianos de Egipto o Irak, golpeados en los últimos meses por atentados sangrientos.
El 31 de octubre pasado, 44 fieles y dos sacerdotes murieron en un ataque contra una catedral, en plena misa, en Bagdad, reivindicado por Al Qaida. Y en la víspera del Año Nuevo, una bomba mató a 21 personas en una iglesia copta en Alejandría, en el norte de Egipto.
Leon, un armenio iraquí de 69 años que ha venido para asistir a la misa, dijo sentirse "seguro" en Siria, tras haber dejado Basora (sur de Irak), en 2009, huyendo de "las atrocidades cometidas contra los cristianos".
"No tenemos ningún problema con el Islam, no hay nada que temer, el Estado es fuerte y cristianos y musulmanes viven en paz" en Siria, dijo el padre Zahlaoui, dando la bienvenida a sus huéspedes en una estrecha habitación amueblada con una cama y una biblioteca.
En su escritorio hay fotos, incluida la del cristiano Georges Habache, líder histórico del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP).
El sacerdote, que fundó en 1977 una coral, el "Coro-Alegría", uniendo a todas las comunidades cristianas, acusa de paso "la política ciega e injusta de Estados Unidos" como la causa del fundamentalismo islámico en el mundo.
Según el analista Sami Moubaied, el Estado sirio "vela" porque la comunidad cristiana esté representada en el gobierno, que actualmente cuenta con tres ministros cristianos, y en las fuerzas armadas. Así, el actual jefe del estado mayor, Daoud Rajha, es un cristiano.
"Las relaciones entre los grupos religiosos son cordiales y no hay ejemplos de discriminación social o ante la ley", insiste, evocando una "larga tradición de convivencia" islamo-cristiana.
Tres patriarcados de Iglesias orientales tienen su sede en Damasco: la griega ortodoxa, la griega católica y la siria ortodoxa.
"La sociedad y el Estado sirio protegen a los cristianos, lo que refuerza el sentimiento de seguridad en esta comunidad", dice Moubaied. "Los cristianos de Siria no han sido nunca, en la época moderna, blanco de ataques", puntualiza.
"El Estado en Siria no hace diferencias entre los ciudadanos", dice.
"No nos sentimos discriminados, todos somos iguales", agrega Nubar Terzian, que también es joyero en Damasco.
A falta de estadísticas oficiales, los analistas creen que los cristianos de Siria, cuyo presidente, Bashar Al Assad, es un musulmán alawita, representan el 5-10% de una población de 20 millones habitantes.
El padre Elías Zahlaoui, 78 años, sacerdote católico en la iglesia de Nuestra Señora de Damasco, reconoce sin embargo que la población cristiana se ha reducido en los últimos años en Siria. Pero sobre todo por razones económicas: "los jóvenes emigran para ganarse la vida, y para estudiar".
Varios miembros de la comunidad cristiana en Siria dicen no estar preocupados en absoluto, a diferencia de sus vecinos cristianos de Egipto o Irak, golpeados en los últimos meses por atentados sangrientos.
El 31 de octubre pasado, 44 fieles y dos sacerdotes murieron en un ataque contra una catedral, en plena misa, en Bagdad, reivindicado por Al Qaida. Y en la víspera del Año Nuevo, una bomba mató a 21 personas en una iglesia copta en Alejandría, en el norte de Egipto.
Leon, un armenio iraquí de 69 años que ha venido para asistir a la misa, dijo sentirse "seguro" en Siria, tras haber dejado Basora (sur de Irak), en 2009, huyendo de "las atrocidades cometidas contra los cristianos".
"No tenemos ningún problema con el Islam, no hay nada que temer, el Estado es fuerte y cristianos y musulmanes viven en paz" en Siria, dijo el padre Zahlaoui, dando la bienvenida a sus huéspedes en una estrecha habitación amueblada con una cama y una biblioteca.
En su escritorio hay fotos, incluida la del cristiano Georges Habache, líder histórico del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP).
El sacerdote, que fundó en 1977 una coral, el "Coro-Alegría", uniendo a todas las comunidades cristianas, acusa de paso "la política ciega e injusta de Estados Unidos" como la causa del fundamentalismo islámico en el mundo.
Según el analista Sami Moubaied, el Estado sirio "vela" porque la comunidad cristiana esté representada en el gobierno, que actualmente cuenta con tres ministros cristianos, y en las fuerzas armadas. Así, el actual jefe del estado mayor, Daoud Rajha, es un cristiano.
"Las relaciones entre los grupos religiosos son cordiales y no hay ejemplos de discriminación social o ante la ley", insiste, evocando una "larga tradición de convivencia" islamo-cristiana.
Tres patriarcados de Iglesias orientales tienen su sede en Damasco: la griega ortodoxa, la griega católica y la siria ortodoxa.
"La sociedad y el Estado sirio protegen a los cristianos, lo que refuerza el sentimiento de seguridad en esta comunidad", dice Moubaied. "Los cristianos de Siria no han sido nunca, en la época moderna, blanco de ataques", puntualiza.