Los kurdos resisten al EI en Ain al Arab a la espera de más de 1.000 refuerzos


Mursitpinar, Turquía. - Más de mil combatientes rebeldes sirios llegarán en refuerzo de los kurdos que se baten contra los yihadistas en Ain al Arab (Kobane en kurdo), afirmó este viernes el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.



Esta mañana, previamente al anuncio, responsables americanos ya habían declarado que los kurdos eran "capaces de resistir" los envites de los extremistas que subrayaron en cambio la debilidad de Irak frente al grupo Estado Islámico (EI).

Erdogan aseguró que el Partido de la Unión Democrática (PYD), principal partido kurdo sirio cuyo brazo armado se encuentra en primera línea de combate en Kobane, había aceptado el envío de 1.300 hombres del Ejército Sirio Libre, (ES, la oposición moderada a El Asad).

"Ahora, los kurdos y el ESL se encuentran discutiendo el camino que seguirán", precisó el mandatario ante los medios en Tallin (Estonia).

Erdogan hace malabarismos para no perder la batuta en la gestión del conflicto, lidiando al tiempo con los kurdos y con su propia población, que empieza a rebelarse contra la presencia de 1,6 millones de refugiados en suelo turco. 

Sus declaraciones coincidían con la información de la oposición siria el día anterior, cuando un comandante rebelde sirio, veterano del ESL, reveló a Al-Jazeera que sus tropas llegarían a Kobane en las siguientes 36 horas.

A estos refuerzos se añadirán 150 "peshmergas", combatientes kurdos iraquíes(que en un principio iban a ser 200), en una iniciativa que divide al Parlamento iraquí. 

Ayudados por las incursiones aéreas de la coalición internacional en la batalla de Kobane, los kurdos combaten a los yihadistas en varios frentes y están recuperándose.

Esta mañana, se oían intercambios de tiros esporádicos y el ruido de los aviones sobrevolando la ciudad, según pudieron comprobar periodistas de la AFP. 

Una veintena de combatientes han tomado posiciones en una colina bombardeada el jueves por la coalición y han remplazado la bandera del EI por la verde amarilla y roja del YPG (la milicia kurda siria). 

"El EI está sufriendo duras pérdidas todos los días. Hay testigos que hablan de cuerpos de combatientes tirados en las calles como resultado de los ataques estadounidenses o de la resistencia feroz del YPG", aseguró a la AFP el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

Desde finales de septiembre, los aviones de la coalición dirigida por Estados Unidos golpean diariamente desde el aire las posiciones de los radicales para ayudar a la resistencia kurda a defender una ciudad que se ha convertido en símbolo político y mediático de la lucha contra el EI.

En total, más de 500 yihadistas han muerto en los ataques aéreos en Siria, aunque según el OSDH, la mayoría de los caídos "no son sirios", sino extranjeros.

El EI tiene entre sus filas a decenas de miles de combatientes, según Naciones Unidas.

En ambos países, la coalición internacional ha llevado a cabo más de 600 ataques aéreos y lanzado 1.700 bombas, detalló el jueves el Centcom, el mando militar americano encargado de esta región. 

- Avance yihadista en Irak -

 

Sin embargo, en Irak el gobierno está perdiendo la batalla contra los yihadistas pese al apoyo aéreo de la coalición. Según mandos militares estadounidenses, el ejército iraquí necesitará todavía varios meses para poder lanzar una ofensiva de amplitud.

En el norte, el EI ha vuelto a sitiar el monte Sinjar, donde se refugiaron en agosto millares de civiles de la minoría yazidí huyendo del avance de los yihadistas.

Esos refugiados lograron escapar a través de Siria, pero en el monte quedan todavía milicianos yazidíes, que luchan contra el EI.

Más al sur, el EI se ha hecho con una nueva zona de la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad, que se encuentra casi enteramente bajo su dominio. 

Ante estos avances, el ejército iraquí, que hoy en día cuenta con 200.000 hombres frente a los 400.000 de la época de Sadam Husein, no se encuentra en disposición de retomar el territorio ganado por el EI. 

Tras la disolución del ejército que siguió a la invasión norteamericana de 2003, las nuevas tropas presentan muchas debilidades, entre ellas un alto número de deserciones.

A finales de septiembre 30.000 soldados habían abandonado las filas, lo que ha obligado al gobierno iraquí a declarar una amnistía para quienes vuelvan al ejército.

Frente a la situación de flaqueza actual, los jefes de las tribus sunitas han llamado a la coalición internacional a incrementar su compromiso enviando tropas terrestres. 

Pero el primer ministro, Haidar al Abadi, ha dejado clara su oposición a la presencia de fuerzas extranjeras en territorio iraquí. 

Viernes, 24 de Octubre 2014
AFP (Agencia France-Presse)
           


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