Este será uno de los episodios más notables de esta resistencia silenciosa al yugo yihadista en el norte de Mali, ilustrado en la película "Timbuktu", gran triunfadora de los recientes premios César, los 'oscars' del cine francés.
En 2012 fueron evacuados clandestinamente a Bamako, la capital de Malí, centenares de manuscritos antiguos, tesoro cultural del islam del África subsahariana.
La inmensa mayoría de estos documentos se encontraban a salvo cuando los islamistas incendiaron, en enero de 2013, el nuevo edificio del Instituto de Investigación Islámica Ahmed Baba en Tombuctú, en el que ardieron cerca de 4.200 manuscritos, según la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), antes de huir de la ciudad ante la llegada del ejército francés para socorrer al gobierno central.
"Fui yo quien trajo los documentos aquí", cuenta Mohammed al Kadi Maiga, bibliotecario del Instituto Ahmed Baba que vela por su preservación en Bamako, después de haber organizado personalmente tres transportes clandestinos de miles de tratados de astronomía, física, química o literatura, escondidos en maletas, mochilas o sacos de arroz.
"Lo hemos visto en Irak: saquearon los manuscritos y el patrimonio" tras la invasión estadounidense de 2003, dice para explicar la decisión del personal del Instituto y de las familias de Tombuctú dueñas de colecciones seculares para sustraerlas al odio yihadista.
"Si nos hubieran detenido, quizá nos hubieran cortado las manos", dice Mohammed al Kadi Maiga, orgulloso de hablar con sus colegas en árabe clásico, la lengua que reivindicaban los exaltados extremistas de Tombuctú, para subyugar a las diferentes poblaciones del norte.
- Regreso arriesgado -
Según el representante de la UNESCO en Malí, Lazare Eloundou, "al menos 370.000 manuscritos salieron de Tombuctú y de su región".
Pero lamenta "la pérdida inestimable" de algunos de los 4.200 que se volatilizaron, y que en ese momento se encontraban "en la sala de restauración".
"Los que destruyen lo hacen para imponer a las comunidades que están en los territorios que ocupan su propia concepción de la vida, de la cultura, de la religión, para dominar mejor a estas poblaciones", dice el representante de la UNESCO: "Cuando borras el pasado, nunca has existido".
En esta mina, hay manuscritos del siglo XII. En el edificio improvisado del Instituto Ahmed Baba en Bamako, se puede encontrar una copia de la biografía del profeta Mahoma del XII, un Corán de escritura hausa del siglo XVIII, un ejemplar del tratado de Madrid de 1880 sobre las protecciones consulares concedidas por Marruecos a los representantes de los países occidentales...
Pero para sobrevivir, este patrimonio tendrá que volver a Tombuctú, un camino de regreso tan peligroso como el de ida, advierten los especialistas.
"Es imprescindible reforzar las condiciones de conservación de los manuscritos antiguos actualmente en Bamako ante el riesgo de deterioro rápido al que están expuestos", recordaron los participantes en la conferencia internacional sobre este tema en la capital maliense a finales de enero, instando a que se "adopte un plan de urgencia".
"Devolver los manuscritos a Tombuctú es una obligación, un deber. Estamos obligados a que un día vuelvan a Tombuctú. Pero, ¿cuándo?", se pregunta Abdel Kadri Idrissa Maiga.
"Lo primero, hay que rehabilitar los locales para que puedan recibir los manuscritos. También tiene que haber seguridad", recuerda, mientras la inseguridad y la inestabilidad aumentan en el norte del país.