Uno de los artefactos hallados
El presidente estadounidense Barack Obama mencionó una "amenaza terrorista creíble" para Estados Unidos y levantó el dedo acusador contra Al Qaida en Yemen.
Precisó que los paquetes contenían "aparentemente" explosivos y estaban dirigidos a "lugares de culto judíos, en Chicago" (norte), su feudo electoral, donde pernoctará el sábado con motivo de su última gira antes de las legislativas del martes.
"Seguimos reforzando nuestra cooperación con el gobierno yemení a efectos de desarticular nuevos atentados y de destruir la rama de Al Qaida" en la Península Arábiga, lanzó Obama.
La policía de Dubái, donde se encontró uno de los paquetes, en los locales de la compañía aérea de transporte FedEx, asegura haber encontrado una mezcla de pentrita y de plomo, un explosivo muy potente, oculto en una impresora de ordenador y con un dispositivo de detonación.
"El artefacto fue preparado de forma profesional y dotado de un circuito eléctrico conectado a una tarjeta de teléfono móvil escondida en la impresora", según un comunicado de la policía de Dubái, que ve en ello un método "característico" de grupos terroristas como Al Qaida.
El otro paquete, hallado en un avión de carga de la compañía estadounidense UPS en el aeropuerto de East Midlands, en el centro de Inglaterra, "contenía efectivamente material explosivo", informó por la noche la ministra del Interior británica, Theresa May.
El sábado a última hora de la mañana, el comité de urgencia británico "Cobra" se reunió en Downing Street, en presencia de May, para examinar si el paquete (una impresora de ordenador) constituía realmente una bomba, como en Dubái.
Horas después, una fuente próxima a la investigación en Yemen anunciaba que las autoridades yemeníes habían interceptado el sábado 26 paquetes sospechosos y detenido a varios empleados de compañías de transporte aéreas y de la división de carga del aeropuerto de Saná.
Al Qaida en Yemen es un motivo de preocupación desde el atentado frustrado con explosivos contra un avión el día de Navidad de 2009. El autor era un joven nigeriano, Umar Faruk Abdulmutalab, que presuntamente había escondido pentrita en su ropa interior.
También se encontró pentrita en los zapatos del británico Richard Reid, acusado de haber intentado prender fuego a explosivos ocultos en sus zapatos a bordo de un vuelo entre París y Miami en diciembre de 2O01.
Las autoridades de Saná se encuentran de nuevo bajo presión estadounidense y europea para luchar contra las redes de Al Qaida activas en su territorio.
Diez años después del atentado del 12 de octubre de 2000 contra el buque estadounidense "USS Cole" en el puerto yemení de Adén, en el que murieron 17 norteamericanos, Al Qaida, que reivindicó su autoría, sigue prosperando en el país, multiplicando los ataques contra intereses económicos y blancos extranjeros.
El sábado, un portavoz oficial declaró que "Yemen continuaría desplegando sus esfuerzos en el ámbito de la lucha contra el terrorismo en colaboración con la comunidad internacional".
Pero la tarea del presidente Ali Abdalá Saleh es ardua ya que tiene que lidiar con las tribus, cuyo apoyo es esencial para su supervivencia política, y satisfacer a su aliado estadounidense.
Y algunas tribus no lo siguen cuando se trata de enfrentarse a miembros de Al Qaida, ya sea por propio interés o por indiferencia, según el analista Adel al Cahye, profesor de la universidad de Saná.
La alerta llevó el viernes a las autoridades estadounidenses a registrar dos aviones en los aeropuertos de Filadelfia y de Newark y a hacer escoltar un avión de línea de la compañía Emirates procedente de Dubái y con destino a Nueva York.
La Casa Blanca agradeció el viernes a Arabia Saudita por haber permitido "obtener informaciones sobre la inminencia de una amenaza procedente de Yemen".
Los vuelos directos de Yemen hacia Gran Bretaña están suspendidos desde enero de 2010 y los transportistas estadounidenses UPS y Fedex anunciaron que ponían fin a sus servicios desde territorio yemení.
Precisó que los paquetes contenían "aparentemente" explosivos y estaban dirigidos a "lugares de culto judíos, en Chicago" (norte), su feudo electoral, donde pernoctará el sábado con motivo de su última gira antes de las legislativas del martes.
"Seguimos reforzando nuestra cooperación con el gobierno yemení a efectos de desarticular nuevos atentados y de destruir la rama de Al Qaida" en la Península Arábiga, lanzó Obama.
La policía de Dubái, donde se encontró uno de los paquetes, en los locales de la compañía aérea de transporte FedEx, asegura haber encontrado una mezcla de pentrita y de plomo, un explosivo muy potente, oculto en una impresora de ordenador y con un dispositivo de detonación.
"El artefacto fue preparado de forma profesional y dotado de un circuito eléctrico conectado a una tarjeta de teléfono móvil escondida en la impresora", según un comunicado de la policía de Dubái, que ve en ello un método "característico" de grupos terroristas como Al Qaida.
El otro paquete, hallado en un avión de carga de la compañía estadounidense UPS en el aeropuerto de East Midlands, en el centro de Inglaterra, "contenía efectivamente material explosivo", informó por la noche la ministra del Interior británica, Theresa May.
El sábado a última hora de la mañana, el comité de urgencia británico "Cobra" se reunió en Downing Street, en presencia de May, para examinar si el paquete (una impresora de ordenador) constituía realmente una bomba, como en Dubái.
Horas después, una fuente próxima a la investigación en Yemen anunciaba que las autoridades yemeníes habían interceptado el sábado 26 paquetes sospechosos y detenido a varios empleados de compañías de transporte aéreas y de la división de carga del aeropuerto de Saná.
Al Qaida en Yemen es un motivo de preocupación desde el atentado frustrado con explosivos contra un avión el día de Navidad de 2009. El autor era un joven nigeriano, Umar Faruk Abdulmutalab, que presuntamente había escondido pentrita en su ropa interior.
También se encontró pentrita en los zapatos del británico Richard Reid, acusado de haber intentado prender fuego a explosivos ocultos en sus zapatos a bordo de un vuelo entre París y Miami en diciembre de 2O01.
Las autoridades de Saná se encuentran de nuevo bajo presión estadounidense y europea para luchar contra las redes de Al Qaida activas en su territorio.
Diez años después del atentado del 12 de octubre de 2000 contra el buque estadounidense "USS Cole" en el puerto yemení de Adén, en el que murieron 17 norteamericanos, Al Qaida, que reivindicó su autoría, sigue prosperando en el país, multiplicando los ataques contra intereses económicos y blancos extranjeros.
El sábado, un portavoz oficial declaró que "Yemen continuaría desplegando sus esfuerzos en el ámbito de la lucha contra el terrorismo en colaboración con la comunidad internacional".
Pero la tarea del presidente Ali Abdalá Saleh es ardua ya que tiene que lidiar con las tribus, cuyo apoyo es esencial para su supervivencia política, y satisfacer a su aliado estadounidense.
Y algunas tribus no lo siguen cuando se trata de enfrentarse a miembros de Al Qaida, ya sea por propio interés o por indiferencia, según el analista Adel al Cahye, profesor de la universidad de Saná.
La alerta llevó el viernes a las autoridades estadounidenses a registrar dos aviones en los aeropuertos de Filadelfia y de Newark y a hacer escoltar un avión de línea de la compañía Emirates procedente de Dubái y con destino a Nueva York.
La Casa Blanca agradeció el viernes a Arabia Saudita por haber permitido "obtener informaciones sobre la inminencia de una amenaza procedente de Yemen".
Los vuelos directos de Yemen hacia Gran Bretaña están suspendidos desde enero de 2010 y los transportistas estadounidenses UPS y Fedex anunciaron que ponían fin a sus servicios desde territorio yemení.