
Las imágenes del asesinato de esta joven dieron la vuelta al mundo desde el domingo pasado. Ella había sido asesinada 16 días antes de unos diez disparos de fusil ante unos 100 hombres congregados para asistir a su muerte en una aldea de la provincia de Parwan, a unos 100 km al norte de Kabul.
Esta ejecución sumaria tuvo lugar luego de la recitación de versículos del Corán condenando el adulterio. Su muerte fue celebrada con gritos de "larga vida al islam" y "larga vida a los muyaidines".
Las autoridades afganas afirmaron que los verdugos eran talibanes, que acostumbraban a aplicar este tipo de castigo cuando estaban en el poder (1996-2001), y que desde hace diez años llevan adelante una lucha contra los países de la OTAN, liderados por Estados Unidos, que invadieron su país.