"Hoy circuló una convocatoria para una posible reunión el lunes de Unasur en Quito de los presidentes (del bloque). Estoy listo para ir, ojalá se diera, pero tengo aquí en el corazón la sensación de que el presidente Santos no se quiere reunir", dijo Maduro en su programa semanal de televisión.
El mandatario dijo haber sido informado por su canciller, Delcy Rodríguez, de que la presidencia pro témpore de la Unasur, a cargo de Uruguay, convocó a una reunión de mandatarios del grupo para abordar la crisis.
Dirigiéndose a Santos, Maduro afirmó que "los problemas de la frontera no se resuelve viajando apuradito a Cúcuta o a Paraguachón" para decir que el gobierno va a "construir vivienda y a llevar agua".
"Se resuelven con un plan, son décadas de abandono de la frontera, no se resuelven con operaciones televisivas, mediáticas. Se resuelven si usted y yo nos vemos, nos sentamos a conversar con respeto", añadió el mandatario venezolano.
Santos visitó este martes Paraguachón (norte), uno de los pasos fronterizos cerrados por Maduro, donde declaró que sólo se reunirá con éste "si hay voluntad de solucionar los problemas" que originaron la crisis.
La canciller venezolana había informado más temprano de una convocatoria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a una cumbre presidencial el próximo lunes en Quito.
Sin embargo, una fuente del gobierno colombiano consultada por la AFP aseguró que lo que está circulando es una carta del canciller argentino, Héctor Timerman, solicitando que se llame a una reunión presidencial extraordinaria en Quito, pero no una convocatoria formal de la Unasur.
El bloque suramericano y la secretaría pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en cabeza de Ecuador, impulsan esa cita, sobre la cual conversaron el pasado sábado en Quito Rodríguez y su homóloga colombiana, María Angela Holguín, sin que hubieran concretado una fecha para un encuentro presidencial.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela se encuentran en crisis desde el pasado 19 de agosto, cuando Maduro ordenó cerrar amplios sectores de la convulsa frontera binacional, de 2.219 km, en respuesta a un ataque contra militares venezolanos atribuido por Maduro a "paramilitares colombianos".
De acuerdo con el gobernante socialista, la medida -que incluye el estado de excepción en varios municipios donde fueron restringidos algunos derechos civiles- también apunta a frenar el contrabando de extracción, que vincula con una aguda escasez de productos básicos.
Tras el cierre de los pasos limítrofes, las autoridades venezolanas deportaron a unos 1.500 colombianos indocumentados, cuyas casas, en algunos casos, fueron marcadas y demolidas o no se les permitió sacar sus pertenencias. Otros 20.000 colombianos han retornado a su país por temor a ser expulsados, según datos de las Naciones Unidas.
El mandatario dijo haber sido informado por su canciller, Delcy Rodríguez, de que la presidencia pro témpore de la Unasur, a cargo de Uruguay, convocó a una reunión de mandatarios del grupo para abordar la crisis.
Dirigiéndose a Santos, Maduro afirmó que "los problemas de la frontera no se resuelve viajando apuradito a Cúcuta o a Paraguachón" para decir que el gobierno va a "construir vivienda y a llevar agua".
"Se resuelven con un plan, son décadas de abandono de la frontera, no se resuelven con operaciones televisivas, mediáticas. Se resuelven si usted y yo nos vemos, nos sentamos a conversar con respeto", añadió el mandatario venezolano.
Santos visitó este martes Paraguachón (norte), uno de los pasos fronterizos cerrados por Maduro, donde declaró que sólo se reunirá con éste "si hay voluntad de solucionar los problemas" que originaron la crisis.
La canciller venezolana había informado más temprano de una convocatoria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a una cumbre presidencial el próximo lunes en Quito.
Sin embargo, una fuente del gobierno colombiano consultada por la AFP aseguró que lo que está circulando es una carta del canciller argentino, Héctor Timerman, solicitando que se llame a una reunión presidencial extraordinaria en Quito, pero no una convocatoria formal de la Unasur.
El bloque suramericano y la secretaría pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en cabeza de Ecuador, impulsan esa cita, sobre la cual conversaron el pasado sábado en Quito Rodríguez y su homóloga colombiana, María Angela Holguín, sin que hubieran concretado una fecha para un encuentro presidencial.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela se encuentran en crisis desde el pasado 19 de agosto, cuando Maduro ordenó cerrar amplios sectores de la convulsa frontera binacional, de 2.219 km, en respuesta a un ataque contra militares venezolanos atribuido por Maduro a "paramilitares colombianos".
De acuerdo con el gobernante socialista, la medida -que incluye el estado de excepción en varios municipios donde fueron restringidos algunos derechos civiles- también apunta a frenar el contrabando de extracción, que vincula con una aguda escasez de productos básicos.
Tras el cierre de los pasos limítrofes, las autoridades venezolanas deportaron a unos 1.500 colombianos indocumentados, cuyas casas, en algunos casos, fueron marcadas y demolidas o no se les permitió sacar sus pertenencias. Otros 20.000 colombianos han retornado a su país por temor a ser expulsados, según datos de las Naciones Unidas.