El Gobierno italiano llamó ayer a consultas a su embajador en Brasilia en protesta por la decisión del Gobierno brasileño de conceder estatus de refugiado político y no extraditar a Italia al escritor y ex terrorista Cesare Battisti. El ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, afirmó que Battisti "no merece en absoluto el estatus de refugiado político", concedido por el ministro de Justicia brasileño, Tarso Genro, y consideró la decisión, corroborada por el fiscal general, como "grave y francamente inaceptable". Roma cree que Brasil no ha analizado el caso "con la profundidad" que requería.
Italia reclamó varias veces su extradición, que el Gobierno francés nunca concedió. Battisti siempre ha sostenido que no participó en los cuatro asesinatos, y achaca su condena a un juicio injusto. Llegó a Brasil en 2007.
Miembro del grupo Proletari Armati per il Comunismo, Battisti, de 54 años, fue juzgado en rebeldía y condenado a cadena perpetua en 1990. El juez consideró probado que perpetró tres homicidios y planificó un cuarto durante los llamados años de plomo. Detenido y encarcelado en 1979, Battisti se fugó de la cárcel en 1981. Llegó a Francia, vivió un año como clandestino y luego se fue a México. En 1990 regresó a Francia y se convirtió en autor de novelas negras.