"Nos comprometimos en Bratislava a ofrecer a nuestros ciudadanos en los próximos meses una visión de una UE atractiva, en la que puedan confiar y que puedan apoyar", subraya la denominada Declaración de Bratislava firmada por los 27 mandatarios, reunidos sin su homóloga británica Theresa May.
La voluntad de los británicos de abandonar el bloque, expresada en referéndum el 23 de junio, añadió una nueva crisis a una UE a la defensiva desde la crisis financiera de 2008 y la más reciente crisis migratoria, pasando por los atentados yihadistas en el corazón de Europa.
Para responder a las preocupaciones de 500 millones de ciudadanos y dar un nuevo impulso, los líderes acordaron medidas económicas, de seguridad y de defensa, que tienen previsto aprobar en una cumbre en Roma en marzo con motivo del 60º aniversario del tratado fundador del proyecto europeo.
La "hoja de ruta" acordada en la capital eslovaca prevé actuaciones para proteger las fronteras exteriores del bloque, luchar contra el terrorismo y estimular el crecimiento económico y el empleo, especialmente el juvenil.
Los mandatarios de Francia, la segunda potencia militar del bloque tras Reino Unido, y Alemania, la principal economía de la zona euro, se comprometieron a trabajar juntos "intensamente" en los próximos meses para lograr el "éxito" de Europa.
La tarea se presenta ardua, ya que, como señaló la canciller alemana Angela Merkel a su llegada a Bratislava, la UE se encuentra en una "situación crítica".
Hay que "corregir los errores pasados y avanzar hacia nuevas soluciones", pidió el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, para quien la prioridad pasa por el control "total" de las fronteras de la UE.
"La defensa europea es el desafío para Europa", señaló el mandatario francés, François Hollande, quien junto a Merkel defendió una iniciativa para lanzar operaciones de la UE más fácilmente y obtener una mayor financiación europea en materia de defensa.
Estas medidas van en la línea de las propuestas de la Comisión Europea, que reclama recursos militares comunes entre países del bloque, complementarios a los de la OTAN, así como la creación de "un cuartel general único " y de "un fondo europeo de defensa" para "estimular activamente la investigación y la innovación" en esta industria.
El presidente del ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, presente en la capital eslovaca, aprovechó para proponer a los países europeos la aprobación en marzo de 2017 de su propuesta de ampliar su plan de inversiones hasta los 630.000 millones de euros.
Aunque la salida de Reino Unido representa la marcha de una de las principales potencias militares de la UE, también sale uno de los países más reticentes a avanzar hacia un ejército común.
El Brexit no estaba en la agenda de la cumbre, pero los dirigentes europeos disfrutaron de un almuerzo de trabajo a bordo de un crucero por el famoso Danubio, con las futuras relaciones con Londres como plato principal.
"No había mucha cosa que decir, ya que Londres no ha activado todavía el procedimiento de divorcio" que le exigen los 27 para empezar a negociar, indicó un diplomático europeo.
Pero, en el caso de que lo haga, Tusk aseguró que están listos para negociar la salida de Reino Unido a partir de "mañana mismo".
"La cumbre de Bratislava ha sido hasta el momento una conversación franca sobre las opciones para hacer avanzar la UE. Estamos en el mismo barco, literalmente", tuiteó el primer ministro maltés, Joseph Muscat, durante el almuerzo.
El alegato de unidad del jefe de gobierno maltés no hace olvidar, sin embargo, que los líderes tienen por delante el reto de superar sus diferencias, en asuntos como el reparto de refugiados en la UE.
Los países del denominado Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa) reiteraron este viernes su oposición a un mecanismo obligatorio de reparto de refugiados, como el adoptado en septiembre de 2015 por la UE a petición de una Italia y una Grecia desbordadas en la gestión de la crisis migratoria.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, que organiza en octubre un referéndum sobre la "reubicación" de los refugiados, exigió que se trate "a los húngaros con respeto", tras un encuentro con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz.
Pese a las diferencias, los 27 se mostraron, según su declaración, decididos a continuar con el "indispensable" proyecto europeo que garantizó la "paz" tras "guerras y profundas divisiones" en el continente.
La voluntad de los británicos de abandonar el bloque, expresada en referéndum el 23 de junio, añadió una nueva crisis a una UE a la defensiva desde la crisis financiera de 2008 y la más reciente crisis migratoria, pasando por los atentados yihadistas en el corazón de Europa.
Para responder a las preocupaciones de 500 millones de ciudadanos y dar un nuevo impulso, los líderes acordaron medidas económicas, de seguridad y de defensa, que tienen previsto aprobar en una cumbre en Roma en marzo con motivo del 60º aniversario del tratado fundador del proyecto europeo.
La "hoja de ruta" acordada en la capital eslovaca prevé actuaciones para proteger las fronteras exteriores del bloque, luchar contra el terrorismo y estimular el crecimiento económico y el empleo, especialmente el juvenil.
Los mandatarios de Francia, la segunda potencia militar del bloque tras Reino Unido, y Alemania, la principal economía de la zona euro, se comprometieron a trabajar juntos "intensamente" en los próximos meses para lograr el "éxito" de Europa.
- 'Situación crítica' -
La tarea se presenta ardua, ya que, como señaló la canciller alemana Angela Merkel a su llegada a Bratislava, la UE se encuentra en una "situación crítica".
Hay que "corregir los errores pasados y avanzar hacia nuevas soluciones", pidió el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, para quien la prioridad pasa por el control "total" de las fronteras de la UE.
"La defensa europea es el desafío para Europa", señaló el mandatario francés, François Hollande, quien junto a Merkel defendió una iniciativa para lanzar operaciones de la UE más fácilmente y obtener una mayor financiación europea en materia de defensa.
Estas medidas van en la línea de las propuestas de la Comisión Europea, que reclama recursos militares comunes entre países del bloque, complementarios a los de la OTAN, así como la creación de "un cuartel general único " y de "un fondo europeo de defensa" para "estimular activamente la investigación y la innovación" en esta industria.
El presidente del ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, presente en la capital eslovaca, aprovechó para proponer a los países europeos la aprobación en marzo de 2017 de su propuesta de ampliar su plan de inversiones hasta los 630.000 millones de euros.
Aunque la salida de Reino Unido representa la marcha de una de las principales potencias militares de la UE, también sale uno de los países más reticentes a avanzar hacia un ejército común.
- ¿En el 'mismo barco'? -
El Brexit no estaba en la agenda de la cumbre, pero los dirigentes europeos disfrutaron de un almuerzo de trabajo a bordo de un crucero por el famoso Danubio, con las futuras relaciones con Londres como plato principal.
"No había mucha cosa que decir, ya que Londres no ha activado todavía el procedimiento de divorcio" que le exigen los 27 para empezar a negociar, indicó un diplomático europeo.
Pero, en el caso de que lo haga, Tusk aseguró que están listos para negociar la salida de Reino Unido a partir de "mañana mismo".
"La cumbre de Bratislava ha sido hasta el momento una conversación franca sobre las opciones para hacer avanzar la UE. Estamos en el mismo barco, literalmente", tuiteó el primer ministro maltés, Joseph Muscat, durante el almuerzo.
El alegato de unidad del jefe de gobierno maltés no hace olvidar, sin embargo, que los líderes tienen por delante el reto de superar sus diferencias, en asuntos como el reparto de refugiados en la UE.
Los países del denominado Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa) reiteraron este viernes su oposición a un mecanismo obligatorio de reparto de refugiados, como el adoptado en septiembre de 2015 por la UE a petición de una Italia y una Grecia desbordadas en la gestión de la crisis migratoria.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, que organiza en octubre un referéndum sobre la "reubicación" de los refugiados, exigió que se trate "a los húngaros con respeto", tras un encuentro con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz.
Pese a las diferencias, los 27 se mostraron, según su declaración, decididos a continuar con el "indispensable" proyecto europeo que garantizó la "paz" tras "guerras y profundas divisiones" en el continente.