Miles de manifestantes se dirigieron al Gobierno de Tsipras con el lema: "Pobreza, impuestos, desempleo: cruzaron todos los límites".
El transporte público estuvo completamente paralizado en Atenas, mientras que en Tesalónica, la segunda mayor ciudad del país, sólo funcionó una línea de buses.
Tampoco funcionaron los ferrys que conectan el continente con las islas griegas y los vuelos domésticos resultaron afectados por un paro de cuatro horas de los controladores aéreos. Los vuelos internacionales sí se operaron con normalidad.
También las escuelas y hospitales permanecieron cerrados, y sólo se atendieron casos de emergencia. Los medios de comunicación dejaron de transmitir durante 24 horas.
Cera de 20.000 personas se manifestaron en Atenas y otras 8.000 en Tesalónica. Los sindicatos más grandes del país, como el de empleados públicos ADEDY y el privado GSEE, apoyaron la protesta.
Las últimas medidas, que despertaron las protestas de hoy, incluyen limitar el derecho de los sindicatos a convocar huelgas y una flexibilización de las normas de despido de trabajadores.
Grecia ha recibido tres paquetes de rescate desde 2010 por parte de miembros de la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota y reducir los riesgos de contagio a otros miembros de la Unión Europea.
Se espera que el último paquete por 86.000 millones de euros (101.000 millones de dólares), en vigor hasta agosto de 2018, sea el último antes de que Atenas pueda volver a financiarse por sí sola en los mercados financieros.
A cambio, Grecia se ha comprometido a impulsar reformas estructurales muy impopulares entre la población. El ingreso promedio ha caído un 25 por ciento tras siete años de políticas de austeridad y el desempleo es el más alto entre los países miembros de la UE.
El transporte público estuvo completamente paralizado en Atenas, mientras que en Tesalónica, la segunda mayor ciudad del país, sólo funcionó una línea de buses.
Tampoco funcionaron los ferrys que conectan el continente con las islas griegas y los vuelos domésticos resultaron afectados por un paro de cuatro horas de los controladores aéreos. Los vuelos internacionales sí se operaron con normalidad.
También las escuelas y hospitales permanecieron cerrados, y sólo se atendieron casos de emergencia. Los medios de comunicación dejaron de transmitir durante 24 horas.
Cera de 20.000 personas se manifestaron en Atenas y otras 8.000 en Tesalónica. Los sindicatos más grandes del país, como el de empleados públicos ADEDY y el privado GSEE, apoyaron la protesta.
Las últimas medidas, que despertaron las protestas de hoy, incluyen limitar el derecho de los sindicatos a convocar huelgas y una flexibilización de las normas de despido de trabajadores.
Grecia ha recibido tres paquetes de rescate desde 2010 por parte de miembros de la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota y reducir los riesgos de contagio a otros miembros de la Unión Europea.
Se espera que el último paquete por 86.000 millones de euros (101.000 millones de dólares), en vigor hasta agosto de 2018, sea el último antes de que Atenas pueda volver a financiarse por sí sola en los mercados financieros.
A cambio, Grecia se ha comprometido a impulsar reformas estructurales muy impopulares entre la población. El ingreso promedio ha caído un 25 por ciento tras siete años de políticas de austeridad y el desempleo es el más alto entre los países miembros de la UE.