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Política
El primer ministro, Abbas el Fassi-izquierda-, y el rey Muhammad VI.
La campaña oficial comenzó el 21 de junio, tres días después del discurso a la nación en el que Muhammad VI presentó el proyecto, avalado por los principales partidos políticos.
Más de 13 millones de marroquíes están invitados a pronunciarse sobre el proyecto de Constitución. Si bien otorga más poderes al primer ministro y el Parlamento, el texto concede importantes prerrogativas al soberano, que seguirá siendo omnipresente en el juego político.
Entre el 21 y el 30 de junio, la campaña oficial se ha limitado a defender el "Sí", a falta de una campaña por el "No". Los opositores han llamado en su mayoría a boicotear la consulta.
El soberano, de 47 años, marcó la pauta al declarar en su discurso a la nación que votará por el "Sí".
"Por lo que parece, el Palacio intenta promover su reforma con fórceps, sin dejar a la sociedad civil tiempo para organizarse", considera Ahmed Benshemsi, investigador en la Universidad de Stanford, en California, en un artículo publicado en el diario francés Le Monde.
"Se trata de una concesión que viene de arriba. El rey responde a las reivindicaciones de reformas, pero lo hace a su manera, y según su calendario", explica a la AFP la investigadora Jadiya Mohsen-Finan.
"Tampoco ha habido pedido firme (de debate) por parte de los partidos políticos, los intelectuales y los juristas, asociados al proyecto" de Constitución, añade la investigadora.
La mayoría de partidos políticos ha llamado a votar en favor del proyecto presentado por el Rey, con la salvedad de tres formaciones de izquierda, que invitaron a boicotear la cita del viernes.
El Movimiento del 20 de Febrero, compuesto principalmente por jóvenes que se manifestaron en repetidas ocasiones para pedir reformas y la instauración de una auténtica monarquía parlamentaria, se vio excluido de los medios de comunicación públicos durante la campaña.
En respuesta, el Movimiento ha optado por las redes sociales como Facebook, para promover el boicot a una Constitución que ven como una mísera "concesión" del monarca.
Según el nuevo texto, el primer ministro, procedente del partido vencedor en las elecciones legislativas, podrá disolver la Cámara de Representantes, algo que por el momento sólo puede hacer el Rey.
Entre las novedades figura la creación de un Consejo Superior del Poder Judicial. El objetivo oficial es garantizar la independencia de la justicia, pero el Consejo estará presidido por el Rey.
El soberano mantendrá su sólida parcela, especialmente en los asuntos de defensa y religiosos, así como en todo lo que afecta a los nombramientos de carácter estratégico como los gobernadores provinciales, que son representantes del ministerio del Interior.
Más de 13 millones de marroquíes están invitados a pronunciarse sobre el proyecto de Constitución. Si bien otorga más poderes al primer ministro y el Parlamento, el texto concede importantes prerrogativas al soberano, que seguirá siendo omnipresente en el juego político.
Entre el 21 y el 30 de junio, la campaña oficial se ha limitado a defender el "Sí", a falta de una campaña por el "No". Los opositores han llamado en su mayoría a boicotear la consulta.
El soberano, de 47 años, marcó la pauta al declarar en su discurso a la nación que votará por el "Sí".
"Por lo que parece, el Palacio intenta promover su reforma con fórceps, sin dejar a la sociedad civil tiempo para organizarse", considera Ahmed Benshemsi, investigador en la Universidad de Stanford, en California, en un artículo publicado en el diario francés Le Monde.
"Se trata de una concesión que viene de arriba. El rey responde a las reivindicaciones de reformas, pero lo hace a su manera, y según su calendario", explica a la AFP la investigadora Jadiya Mohsen-Finan.
"Tampoco ha habido pedido firme (de debate) por parte de los partidos políticos, los intelectuales y los juristas, asociados al proyecto" de Constitución, añade la investigadora.
La mayoría de partidos políticos ha llamado a votar en favor del proyecto presentado por el Rey, con la salvedad de tres formaciones de izquierda, que invitaron a boicotear la cita del viernes.
El Movimiento del 20 de Febrero, compuesto principalmente por jóvenes que se manifestaron en repetidas ocasiones para pedir reformas y la instauración de una auténtica monarquía parlamentaria, se vio excluido de los medios de comunicación públicos durante la campaña.
En respuesta, el Movimiento ha optado por las redes sociales como Facebook, para promover el boicot a una Constitución que ven como una mísera "concesión" del monarca.
Según el nuevo texto, el primer ministro, procedente del partido vencedor en las elecciones legislativas, podrá disolver la Cámara de Representantes, algo que por el momento sólo puede hacer el Rey.
Entre las novedades figura la creación de un Consejo Superior del Poder Judicial. El objetivo oficial es garantizar la independencia de la justicia, pero el Consejo estará presidido por el Rey.
El soberano mantendrá su sólida parcela, especialmente en los asuntos de defensa y religiosos, así como en todo lo que afecta a los nombramientos de carácter estratégico como los gobernadores provinciales, que son representantes del ministerio del Interior.
