Según señaló el responsable de Protección Civil en la sureña Kerala, P. H. Kurien, tan solo desde el pasado 8 de agosto murieron al menos 191 personas. La cifra total incluye a los fallecidos desde fines de mayo. Al menos 30 personas siguen desaparecidas.
Gran parte de las más de 100.000 personas que quedaron aisladas han sido rescatadas, dijo Kurien a dpa. Sin embargo, unas 6.000 personas siguen varadas en los tejados y las plantas altas de sus casas, de ellas 1.000 en la ciudad de Chengannur.
Unos 600 barcos de las Fuerzas Armadas, respaldados por los pescadores locales, estuvieron participando en las tareas de rescate durante la noche.
Los cerca de 1,2 millones de personas repartidas en unos 3.600 albergues en el estado de Kerala tendrán que quedarse todavía un par de días allí, señaló Kurien. Debido a las malas condiciones de higiene, se teme que haya brotes de enfermedades.
El puerto internacional de Kochi sigue cerrado por las inundaciones. De momento aterrizan y despegan aviones comerciales en una base aérea de la Marina india en esa ciudad.
Los medios indios informaron en los últimos días sin pausa sobre la "inundación del siglo". Los pescadores de Kerala son festejados como héroes por su participación en las misiones de rescate. Uno de ellos fue especialmente elogiado: un video muestra cómo se arrodilla en medio de las inundaciones para que mujeres puedan saltar desde su espalda hasta su bote de goma.
La época de los monzones en India comienza en junio y termina en septiembre. Las precipitaciones son necesarias para la agricultura en el sur de Asia, pero también pueden ser devastadoras. El año pasado en India murieron más de 1.700 personas, aunque los medios le dieron menos cobertura al tema. Este año, en lo que va de temporada, ya suman un millar de fallecidos.
Uno de los motivos por los que esta temporada del monzón atrae más la atención de los medios es que Kerala es un conocido destino turístico y su nivel educativo uno de los más altos del país. Esto hace que sus habitantes estén en mejores condiciones para alertar sobre su situación. Eso no quita que en el estado vivan también muchas personas pobres, que corren mayor riesgo de que sus precarias viviendas resulten destruidas. Otras viven en laderas, donde son más propensas a ser arrastradas por aludes.
Casi el 20 por ciento de los 33 millones de habitantes de Kerala es cristiano, el mayor porcentaje de cristianos en un estado indio. La mayoría son católicos. La organización humanitaria católica Cáritas está activa en la zona.
Gran parte de las más de 100.000 personas que quedaron aisladas han sido rescatadas, dijo Kurien a dpa. Sin embargo, unas 6.000 personas siguen varadas en los tejados y las plantas altas de sus casas, de ellas 1.000 en la ciudad de Chengannur.
Unos 600 barcos de las Fuerzas Armadas, respaldados por los pescadores locales, estuvieron participando en las tareas de rescate durante la noche.
Los cerca de 1,2 millones de personas repartidas en unos 3.600 albergues en el estado de Kerala tendrán que quedarse todavía un par de días allí, señaló Kurien. Debido a las malas condiciones de higiene, se teme que haya brotes de enfermedades.
El puerto internacional de Kochi sigue cerrado por las inundaciones. De momento aterrizan y despegan aviones comerciales en una base aérea de la Marina india en esa ciudad.
Los medios indios informaron en los últimos días sin pausa sobre la "inundación del siglo". Los pescadores de Kerala son festejados como héroes por su participación en las misiones de rescate. Uno de ellos fue especialmente elogiado: un video muestra cómo se arrodilla en medio de las inundaciones para que mujeres puedan saltar desde su espalda hasta su bote de goma.
La época de los monzones en India comienza en junio y termina en septiembre. Las precipitaciones son necesarias para la agricultura en el sur de Asia, pero también pueden ser devastadoras. El año pasado en India murieron más de 1.700 personas, aunque los medios le dieron menos cobertura al tema. Este año, en lo que va de temporada, ya suman un millar de fallecidos.
Uno de los motivos por los que esta temporada del monzón atrae más la atención de los medios es que Kerala es un conocido destino turístico y su nivel educativo uno de los más altos del país. Esto hace que sus habitantes estén en mejores condiciones para alertar sobre su situación. Eso no quita que en el estado vivan también muchas personas pobres, que corren mayor riesgo de que sus precarias viviendas resulten destruidas. Otras viven en laderas, donde son más propensas a ser arrastradas por aludes.
Casi el 20 por ciento de los 33 millones de habitantes de Kerala es cristiano, el mayor porcentaje de cristianos en un estado indio. La mayoría son católicos. La organización humanitaria católica Cáritas está activa en la zona.