SOUTH PLAINFIELD, NJ —
Lo aún latente en la mente de Sánchez son las palabras que le gritaban sus atacantes mientras lo golpeaban: “Me decían ‘hispano pedazo de mi…’ entre otras cosas”.
Con mucha dificultad para hablar, debido a las placas de platino que le colocaron para sostenerle los pómulos y la quijada, Sánchez, de 33 años, recuerda atónito los momentos que vivió antes del brutal ataque, aparentemente motivado por robo, del 14 de enero, en North Plainfield. Por el mismo han sido acusados cinco hombres, tres de ellos menores de edad.
Haber sobrevivido el ataque, dice Sánchez, “es una segunda oportunidad que me dio la vida”.
Sánchez no puede trabajar en espera de que los médicos le digan si debe ser sometido a nuevas cirugías. Además, sufre de pesadillas constantes, no ha podido dormir una sola noche seguida y cuando sueña, imagina que lo están golpeando. También teme salir solo a la calle porque piensa “que me van a atacar”.
Su alimentación consiste en sólo líquidos debido a que por la cirugía le es imposible masticar, y perdió definitivamente el sentido del olfato.
A Wilter le atacaron cuando iba con su primo, quien se percató de que los iban a robar y le gritó que corriera.
“Todo pasó muy rápido, no me dio tiempo a nada, me resbalé y no alcancé ni a protegerme la cara. El primer golpe que recibí fue certero”, recordó Sánchez con la voz entrecortada.
Sus atacantes lo golpearon brutalmente en la cara, dejándole fracturas en los pómulos, la quijada, la frente, la nariz y la cuenca ocular. A cinco semanas de lo ocurrido, Wilter asegura que para sus atacantes “pido justicia. Si realmente me querían robar, lo hubieran podido hacer sin golpearme”.
Su nueva ilusión es la noticia que recibió ayer sobre la visa humanitaria que le fue concedida a su mamá, con la que se reencontrará después de 10 años.
Dos de los acusados siguen arrestados bajo una fianza de 100 mil dólares cada uno. Los jóvenes están acusados de robo en primer y segundo grado. Uno de ellos tiene un cargo por posesión de un arma con propósitos criminales.
La Fundación Ángeles al Rescate, de Plainfield, está recolectando dinero para el pasaje de la madre de Sánchez. Puede hacer una donación en el Banco de América, a nombre de Norman Ortega, en la cuenta de cheques 381018130898.
Maria.loboguerrero@eldiariony.com
Lo aún latente en la mente de Sánchez son las palabras que le gritaban sus atacantes mientras lo golpeaban: “Me decían ‘hispano pedazo de mi…’ entre otras cosas”.
Con mucha dificultad para hablar, debido a las placas de platino que le colocaron para sostenerle los pómulos y la quijada, Sánchez, de 33 años, recuerda atónito los momentos que vivió antes del brutal ataque, aparentemente motivado por robo, del 14 de enero, en North Plainfield. Por el mismo han sido acusados cinco hombres, tres de ellos menores de edad.
Haber sobrevivido el ataque, dice Sánchez, “es una segunda oportunidad que me dio la vida”.
Sánchez no puede trabajar en espera de que los médicos le digan si debe ser sometido a nuevas cirugías. Además, sufre de pesadillas constantes, no ha podido dormir una sola noche seguida y cuando sueña, imagina que lo están golpeando. También teme salir solo a la calle porque piensa “que me van a atacar”.
Su alimentación consiste en sólo líquidos debido a que por la cirugía le es imposible masticar, y perdió definitivamente el sentido del olfato.
A Wilter le atacaron cuando iba con su primo, quien se percató de que los iban a robar y le gritó que corriera.
“Todo pasó muy rápido, no me dio tiempo a nada, me resbalé y no alcancé ni a protegerme la cara. El primer golpe que recibí fue certero”, recordó Sánchez con la voz entrecortada.
Sus atacantes lo golpearon brutalmente en la cara, dejándole fracturas en los pómulos, la quijada, la frente, la nariz y la cuenca ocular. A cinco semanas de lo ocurrido, Wilter asegura que para sus atacantes “pido justicia. Si realmente me querían robar, lo hubieran podido hacer sin golpearme”.
Su nueva ilusión es la noticia que recibió ayer sobre la visa humanitaria que le fue concedida a su mamá, con la que se reencontrará después de 10 años.
Dos de los acusados siguen arrestados bajo una fianza de 100 mil dólares cada uno. Los jóvenes están acusados de robo en primer y segundo grado. Uno de ellos tiene un cargo por posesión de un arma con propósitos criminales.
La Fundación Ángeles al Rescate, de Plainfield, está recolectando dinero para el pasaje de la madre de Sánchez. Puede hacer una donación en el Banco de América, a nombre de Norman Ortega, en la cuenta de cheques 381018130898.
Maria.loboguerrero@eldiariony.com