Dmitri Medvedev
Acusaciones casi idénticas ya habían sido lanzadas por el primer ministro, Vladimir Putin, en momentos en que la oposición prepara una enorme manifestación de protesta en Moscú.
De acuerdo con expertos y parte de la prensa, el poder ruso se está esforzando en frenar la creciente ola de cuestionamientos luego de las elecciones legislativas del 4 de diciembre, marcadas por denuncias de fraudes generalizados.
"El derecho de la gente a expresar su opinión a través de todos los medios legales está garantizado, pero las tentativas de manipular a los ciudadanos rusos, de inducirlos a error, de atizar los conflictos sociales, son inaceptables", dijo Medvedev ante las dos cámaras del parlamento.
"No dejaremos a los provocadores y extremistas arrastrar a la sociedad en sus aventuras. No toleraremos tampoco la injerencia del extranjero en nuestros asuntos internos", dijo, haciéndose eco de las acusaciones formuladas por Putin sobre el papel de Estados Unidos en el fomento de las manifestaciones.
"Rusia necesita democracia, y no caos", dijo el presidente.
Las elecciones legislativas suscitaron una oleada de protestas sin precedentes en el país desde la década de 1990, en la que la oposición denuncia fraudes generalizados en beneficio del partido en el gobierno, Rusia Unida, para mantener la mayoría absoluta en la Duma (cámara baja del parlamento).
"Propongo una reforma completa de nuestro sistema político", dijo Medvedev. "Yo escucho a los que hablan de la necesidad de un cambio, y los entiendo", apuntó.
Medvedev anunció el retorno de la elección directa de los gobernadores de regiones (nombrados por el Kremlin desde 2004), una simplificación de las reglas de registro de partidos políticos y la reducción de dos millones a 300.000 en el número de firmas de electores para registrar una candidatura presidencial.
También anunció el retorno de una parte del escrutinio uninominal a las legislativas, siendo que el modo de escrutinio a la proporcional es actualmente muy favorable al partido Rusia Unida.
El presidente también propuso la creación de una nueva cadena pública de televisión, para que haga "más competitivo" el escenario de los medios de comunicación.
Medvedev insistió en que las propuestas tenían el apoyo de Putin, quien ya adelantó su intención de disputar como candidato las elecciones presidenciales de marzo de 2012.
El presidente ruso también alertó contra la crisis económica mundial, que puede durar "muchos años", aunque destacó que durante su gobierno "el país pasó con honras las pruebas de la crisis".
Para el analista Nikolei Petrov, del Centro Carnegie, las propuestas de Medvedev están destinadas a hacer que el régimen "sobreviva". Yuri Korguniul, del fondo Indem, expresó similar opinión, y añadió que el gobierno percibió que "ya no puede hacer hoy lo que hacía ayer".
Los dos expertos, sin embargo, coincidieron en que podría ser "demasiado tarde" para que los anuncios puedan tener alguna influencia en el desarrollo de la crisis política.
Según un estudio publicado el jueves, unas 200.000 personas son esperadas en la manifestación prevista para el sábado en Moscú. De confirmarse ese número, sería la mayor protesta pública desde la llegada de Putin al poder en el año 2000.
De acuerdo con expertos y parte de la prensa, el poder ruso se está esforzando en frenar la creciente ola de cuestionamientos luego de las elecciones legislativas del 4 de diciembre, marcadas por denuncias de fraudes generalizados.
"El derecho de la gente a expresar su opinión a través de todos los medios legales está garantizado, pero las tentativas de manipular a los ciudadanos rusos, de inducirlos a error, de atizar los conflictos sociales, son inaceptables", dijo Medvedev ante las dos cámaras del parlamento.
"No dejaremos a los provocadores y extremistas arrastrar a la sociedad en sus aventuras. No toleraremos tampoco la injerencia del extranjero en nuestros asuntos internos", dijo, haciéndose eco de las acusaciones formuladas por Putin sobre el papel de Estados Unidos en el fomento de las manifestaciones.
"Rusia necesita democracia, y no caos", dijo el presidente.
Las elecciones legislativas suscitaron una oleada de protestas sin precedentes en el país desde la década de 1990, en la que la oposición denuncia fraudes generalizados en beneficio del partido en el gobierno, Rusia Unida, para mantener la mayoría absoluta en la Duma (cámara baja del parlamento).
"Propongo una reforma completa de nuestro sistema político", dijo Medvedev. "Yo escucho a los que hablan de la necesidad de un cambio, y los entiendo", apuntó.
Medvedev anunció el retorno de la elección directa de los gobernadores de regiones (nombrados por el Kremlin desde 2004), una simplificación de las reglas de registro de partidos políticos y la reducción de dos millones a 300.000 en el número de firmas de electores para registrar una candidatura presidencial.
También anunció el retorno de una parte del escrutinio uninominal a las legislativas, siendo que el modo de escrutinio a la proporcional es actualmente muy favorable al partido Rusia Unida.
El presidente también propuso la creación de una nueva cadena pública de televisión, para que haga "más competitivo" el escenario de los medios de comunicación.
Medvedev insistió en que las propuestas tenían el apoyo de Putin, quien ya adelantó su intención de disputar como candidato las elecciones presidenciales de marzo de 2012.
El presidente ruso también alertó contra la crisis económica mundial, que puede durar "muchos años", aunque destacó que durante su gobierno "el país pasó con honras las pruebas de la crisis".
Para el analista Nikolei Petrov, del Centro Carnegie, las propuestas de Medvedev están destinadas a hacer que el régimen "sobreviva". Yuri Korguniul, del fondo Indem, expresó similar opinión, y añadió que el gobierno percibió que "ya no puede hacer hoy lo que hacía ayer".
Los dos expertos, sin embargo, coincidieron en que podría ser "demasiado tarde" para que los anuncios puedan tener alguna influencia en el desarrollo de la crisis política.
Según un estudio publicado el jueves, unas 200.000 personas son esperadas en la manifestación prevista para el sábado en Moscú. De confirmarse ese número, sería la mayor protesta pública desde la llegada de Putin al poder en el año 2000.