Pablo Suárez.- Era un 19 de marzo del año 1775 y el mariscal de campo Juan Sherlock, que durante cien días resistió el envite de las fuerzas del sultanato con una cuidada estrategia, se alzaba victorioso sobre las tropas marroquíes. Esta es la historia que cada 19 de marzo conmemoran los melillenses recordando aquella numantina resistencia de Sherlock y a los que perdieron la vida durante el asedio. Por ello, y como viene siendo tradición, las autoridades políticas y militares de la ciudad se dieron ayer cita en Melilla La Vieja para rendir homenaje a tales personajes históricos situando una corona de laurel a los pies del monolito del mariscal Sherlock.
No obstante, los actos comenzaron a las 12:30 horas con la celebración de una misa en la Iglesia de la Purísima Concepción. En ella, el vicario episcopal, Juan Manuel Barreiro, quiso recordar a las 105 víctimas que perecieron en el asedio, así como realzar la figura del mariscal, cuya heroicidad “es una de las señas que el Ejército español demuestra en cada una de sus misiones en el extranjero”. Como oración a San José, un mensaje claro; que haga “de este pequeño solar de España un foco activo de justicia”.
Momentos después, alrededor de las 13:00 horas, representantes de la Ciudad Autónoma, la Delegación del Gobierno y la Comandancia General de Melilla se encaminaron hacia el monolito del mariscal Sherlock para depositar la consabida corona de laureles al mismo tiempo que la Orquesta Municipal entonaba el himno de Melilla y el de España.
“Es un día para felicitar a todos los melillenses sin distinción”, señalaba el presidente accidental del Gobierno local, Miguel Marín, instantes después del acto. “Es una fecha insigne para la historia de la ciudad, el cual debemos conmemorar, ya que gracias a lo ocurrido hace 235 años Melilla es a día de hoy una ciudad española, europea y próspera”
Por su parte, el delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, mostró su satisfacción de acudir por segundo año consecutivo a la celebración de tal efeméride en su actual cargo, ya que la gesta de Sherlock “es un ejemplo de la entrega y capacidad de sacrificio del pueblo melillense”, que supo estar a la altura de las circunstancias durante los terribles hechos que se extendieron durante cien días. “Su valor nos debe servir como ejemplo y guía”, reseño.
Asimismo, señaló que tal mirada a la historia de la ciudad no debe convertirse en un recuerdo de los conflictos del pasado, sino en una guía “que nos permita construir nuestro presente y planificar nuestro futuro”. Además, reseñó que la tónica general que presenta la ciudad hoy en día es la de una multiculturalidad y convivencia entre religiones “ejemplar”.
En este sentido, señaló que la celebración del fin del asedio debía convertirse en una fecha simbólica para renovar el compromiso de las fuerzas políticas en la construcción de un futuro común para todos los melillenses y para realizar un llamamiento a la ciudadanía, “para que continúen manteniendo esa convivencia pacífica que nos caracteriza y que nos hace brillar a los ojos de España, de Europa y del mundo”.
Una gesta de hace 235 años
Fue en septiembre del año 1774 cuando emisarios del sultán marroquí Moulay Mohamed Ben Abdalah ponía sus ojos sobre la ciudad de Ceuta con la intención de anexionar a su imperio las plazas fuertes que España tenía diseminadas a lo largo del litoral marroquí. Igualmente, reservaba las mismas intenciones de conquista para Melilla.
Así pues, el monarca español Carlos III, decidió declarar la guerra a Marruecos y comenzó a enviar tropas a tierras africanas para defender la ciudadela de Melilla. Al frente del contingente imperial, un mariscal de campo, Juan Sherlock, que al poner píe en tierra, comenzó a planificar la defensa de la ciudad.
El 9 de diciembre de ese mismo año, las tropas marroquíes iniciaron el sitio a la ciudad. Una acción militar llamada al fracaso ante la numantina resistencia que presentaron las tropas de Sherlock, buen conocer de las estrategias del califa gracias una cuidada red de espionaje.
Tras cien días de ataques constante, las tropas del sultanato decidieron poner punto y final al sitio. Atrás quedaban más de tres meses de defensa española tras las muros de la ciudadela, durante los cuales perdieron la vida 103 hombres, una mujer y un niño. Corría el 19 de marzo de 1775.
Por tanto, ayer se conmemoró un año más el cese del ataque marroquí. Un hecho que, como reseñó Escobar, no debe ser recordado rememorando los antiguos conflictos del pasado, sino construyendo el presente y planificando el futuro entre todos los melillenses.
No obstante, los actos comenzaron a las 12:30 horas con la celebración de una misa en la Iglesia de la Purísima Concepción. En ella, el vicario episcopal, Juan Manuel Barreiro, quiso recordar a las 105 víctimas que perecieron en el asedio, así como realzar la figura del mariscal, cuya heroicidad “es una de las señas que el Ejército español demuestra en cada una de sus misiones en el extranjero”. Como oración a San José, un mensaje claro; que haga “de este pequeño solar de España un foco activo de justicia”.
Momentos después, alrededor de las 13:00 horas, representantes de la Ciudad Autónoma, la Delegación del Gobierno y la Comandancia General de Melilla se encaminaron hacia el monolito del mariscal Sherlock para depositar la consabida corona de laureles al mismo tiempo que la Orquesta Municipal entonaba el himno de Melilla y el de España.
“Es un día para felicitar a todos los melillenses sin distinción”, señalaba el presidente accidental del Gobierno local, Miguel Marín, instantes después del acto. “Es una fecha insigne para la historia de la ciudad, el cual debemos conmemorar, ya que gracias a lo ocurrido hace 235 años Melilla es a día de hoy una ciudad española, europea y próspera”
Por su parte, el delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, mostró su satisfacción de acudir por segundo año consecutivo a la celebración de tal efeméride en su actual cargo, ya que la gesta de Sherlock “es un ejemplo de la entrega y capacidad de sacrificio del pueblo melillense”, que supo estar a la altura de las circunstancias durante los terribles hechos que se extendieron durante cien días. “Su valor nos debe servir como ejemplo y guía”, reseño.
Asimismo, señaló que tal mirada a la historia de la ciudad no debe convertirse en un recuerdo de los conflictos del pasado, sino en una guía “que nos permita construir nuestro presente y planificar nuestro futuro”. Además, reseñó que la tónica general que presenta la ciudad hoy en día es la de una multiculturalidad y convivencia entre religiones “ejemplar”.
En este sentido, señaló que la celebración del fin del asedio debía convertirse en una fecha simbólica para renovar el compromiso de las fuerzas políticas en la construcción de un futuro común para todos los melillenses y para realizar un llamamiento a la ciudadanía, “para que continúen manteniendo esa convivencia pacífica que nos caracteriza y que nos hace brillar a los ojos de España, de Europa y del mundo”.
Una gesta de hace 235 años
Fue en septiembre del año 1774 cuando emisarios del sultán marroquí Moulay Mohamed Ben Abdalah ponía sus ojos sobre la ciudad de Ceuta con la intención de anexionar a su imperio las plazas fuertes que España tenía diseminadas a lo largo del litoral marroquí. Igualmente, reservaba las mismas intenciones de conquista para Melilla.
Así pues, el monarca español Carlos III, decidió declarar la guerra a Marruecos y comenzó a enviar tropas a tierras africanas para defender la ciudadela de Melilla. Al frente del contingente imperial, un mariscal de campo, Juan Sherlock, que al poner píe en tierra, comenzó a planificar la defensa de la ciudad.
El 9 de diciembre de ese mismo año, las tropas marroquíes iniciaron el sitio a la ciudad. Una acción militar llamada al fracaso ante la numantina resistencia que presentaron las tropas de Sherlock, buen conocer de las estrategias del califa gracias una cuidada red de espionaje.
Tras cien días de ataques constante, las tropas del sultanato decidieron poner punto y final al sitio. Atrás quedaban más de tres meses de defensa española tras las muros de la ciudadela, durante los cuales perdieron la vida 103 hombres, una mujer y un niño. Corría el 19 de marzo de 1775.
Por tanto, ayer se conmemoró un año más el cese del ataque marroquí. Un hecho que, como reseñó Escobar, no debe ser recordado rememorando los antiguos conflictos del pasado, sino construyendo el presente y planificando el futuro entre todos los melillenses.